El Sargento II David "Deacon" Kay, un devoto católico y firme creyente de la justicia, quien forma parte del equipo SWAT. Por otro lado, está Emily Anderson Smith, la primera mujer oficial del equipo, quien es devota de sí misma y cree que la justic...
¡Hola! Disfruten la lectura Deacon nos tiene una sorpresa en este capítulo, nos mostrará una partecita que desconocíamos de él Ahí me dicen qué les pareció 🙊🙉🙈 Emily se nos enamoró un poquito más Este hombre es perfecto... ...yo lo amo, qué decirles
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-¡Smith! Ya es hora de ir a trabajar -gritó Rocket, tocando la puerta por milésima vez -me iré solo si no te apuras, bruja
-Ya estoy despierta -gruñó adormilada al abrir la puerta y mirarlo con frustración
-¡Ay, carajo! ¿Te comiste a la princesa? -se burló al verla despeinada, con el maquillaje corrido y el vestido desacomodado - ¿Dónde está la hermosa mujer que durmió en mi cama durante la noche?
-¡Ay, cállate, sarnoso! Tú estás duchado... arreglado y aún así eres horrible -ladeó los ojos y caminó hacia la cocina - dime que preparaste café antes de llamarme como un desquiciado
-Sí, está en los vasos térmicos -rió por lo atípico que le resultaba todo -te fui a comprar ropa... un conjunto deportivo, ropa interior y zapatillas. Es de tu talle, creo -se cruzó de brazos y se apoyó sobre la barra, mirándola fijamente -no te dará tiempo de ir hasta tu casa. Tampoco es mucho, no me mires así. No soy tan perro como me tienes definido
-Siento que toda tu hospitalidad me saldrá muy caro -hurgó en la bolsa y sacó la ropa -sí, es de mi talle... ¿una marca de ropa más barata no había? Está tela me dará urticaria en todo el cuerpo, Rocketa
-No voy a gastar mi sueldo en ropa para ti. Confórmate porque no hay más que eso
-Quédate con el sostén... no uso -tomó lo que usaría y caminó hacia el baño -me daré una ducha rápida y estaré lista
-¿No usas sostén? Déjame ver -bromeó -me lo merezco por mi gentileza en las últimas horas
-Eso no pasará -caminó hacia el baño y se quitó el vestido, regulando la temperatura del agua
-Te traje toallas limpias, en este baño no hay -abrió la puerta y se quedó inmóvil al verla -¡Ay, bruja! -cerró los ojos y se tapó con la misma toalla que sostenía entre sus manos -no creí que te ibas a desvestir tan rápido... no quise incomodarte. Carajo, no quise mirarte
-Sé que es tu casa y tu baño, pero golpea la puerta antes de entrar, salvaje pervertido
-¿Puedo verte mejor? Es que me tapé muy rápido porque soy un caballero, ¿puedo?
Ella ladeó los ojos y le quitó la toalla de las manos. Tapó su tatuaje de la fresa y rió con picardía por verlo tan desperado
-Mírame... siempre soy mala contigo y hoy pagaré tu buen servicio con el prójimo... además, quiero que envidies un poco más al Sargento Kay
