El Sargento II David "Deacon" Kay, un devoto católico y firme creyente de la justicia, quien forma parte del equipo SWAT. Por otro lado, está Emily Anderson Smith, la primera mujer oficial del equipo, quien es devota de sí misma y cree que la justic...
¡Hola! ¿Cómo están? El capítulo 27 estará dividido en 2 ¿Por qué? No hay porqué 😅
Disfruten de la lectura. Los leo en comentarios, me gusta saber qué opinan del curso de la historia Gracias por votar y leer
Aprecien mi súper edición... ni la IA tiene este talento de edición 💅🏻
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-Deac, suéltame -susurró sintiendo como si una pitón birmana le estuviera rompiendo los huesos -vine a despertarte porque tenemos que ir a trabajar, no vine para me manosees entera
-Si no te importa... quiero dormir -se negó acurrucando más su cuerpo -faltemos al trabajo. Duerme conmigo y cállate, bonita
-No, no faltaremos al trabajo y yo no dormiré contigo. El hecho de que hoy hayas amanecido en mi cama fue porque anoche viniste ebrio a mi casa y no podía dejarte ir así. Pero eso no significa nada porque yo aún sostengo nuestra separación -se zafó, dándole golpes en el pecho -suéltameo te pateó las bolas
-Me niego -susurró enredando sus piernas en la figura de ella -no estoy de acuerdo con la separación. Tampoco estoy de acuerdo con ir al trabajo. Quiero dormir, contigo. Y si estamos desnudos, es mejor. Solo con eso estoy de acuerdo. Si vas a seguir hablando para regañarme u ordenarme cosas... mejor cierra la boca y abrázame fuerte porque de verdad quiero dormir
-¡A mí no me ordenas ni me haces callar, idiota! Y no me importa si estás de acuerdo o no, ¡suéltame! -chilló con su rostro pegado a su pecho desnudo - Deacon, hueles muy mal. Suéltame... en serio, hueles a vagabundo borracho y ese olor se está mezclando con tu perfume, ¡es asqueroso!
-Me estás clavando las uñas en mis pectorales, ¿intentas alejarme? Porque sabes que eso me excita... relájate. Yo te extraño, ¿tú no me extrañas? Así... tan cerquita mío, ¿no lo estás disfrutando?
-Ay, Dios. Hablas tanto, carajo -ladeó los ojos y trató de alejarse, pero su cuerpo estaba atrapado -mira, si te extrañaría sería al Deacon limpio y con aroma rico, no al puerco transpirado que me tiene atrapada entre sus brazos pegajosos y olorosos
-Tienes el olfato muy sensible -musitó y chilló doloroso el sentir que la cabeza se le partiría al medio -tú hueles siempre tan rico. Extrañaba tu aroma -escondió su rostro en su nuca e inhaló con fuerzas, sonriendo cuando el aroma le inundó las fosas nasales -hueles delicioso y estoy seguro de que estás aún más rica que la última vez que me deleité contigo -sus manos comenzaron a inquietarse, se deslizaron por debajo de la remera, suspirando al sentir el contacto de su piel -bonita, ¿puedo bajar?
