El Sargento II David "Deacon" Kay, un devoto católico y firme creyente de la justicia, quien forma parte del equipo SWAT. Por otro lado, está Emily Anderson Smith, la primera mujer oficial del equipo, quien es devota de sí misma y cree que la justic...
¡Hola! Disfruten la lectura Los leo en comentarios, anímense Emily los está mirando... muevan sus deditos sobre las teclas y dejen un comentario
*la loca no paraba de mendigar comentarios JAJAJA*
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GRACIAS POR LEER SIEMPRE
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-¡Ay, mierda! -gruñó adolorida cuando se sentó repentinamente sobre la cama, sintió como si un peso invisible la hubiera empujado hacia abajo. Todo a su alrededor parecía dar vueltas. Su cabeza dolía con una intensidad que la hacía gemir, como si pequeños martillazos la golpearan cada vez que intentaba abrir los ojos y adaptarse a la luz de la habitación. Miró a su alrededor, confundida y desorientada, sin poder recordar cómo había llegado. Los recuerdos fragmentados solo servían para perturbar su mente, como piezas de un rompecabezas que no encajaban. Y entonces, su nombre surgió en su mente: Deacon. ¿Deacon había estado con ella? La confusión y el dolor la abrumaban, dejándola sin saber qué había sucedido ni cómo había llegado - ¡Carajo! ¿Qué pasó anoche? -sus piernas estaban entrelazadas con las sábanas húmedas, evidenciando su excitación. ¿Otra vez había soñado con él? Su aroma, podía jurar que su aroma no estaba siendo producto de su imaginación - no debí beber tanto... nunca más -musitó entre dientes, mientras hacía un esfuerzo descomunal para irse a dar una ducha
Tomó su teléfono. Tenía un mensaje de Deacon. Dejó de respirar, abrió el mensaje y se sentó en la cama, exhalando todo el aire de sus pulmones
"¿Cómo estás? Te llevaré electrolitos a la central"
Comenzó a hiperventilar, su respiración agitada reflejaba la turbulencia de sus pensamientos. La cama deshecha y su propio estado de desorden la hacían cuestionar si habían estado juntos. ¿Por qué no recordaba? No, era imposible que hubieran estado juntos y no lo recordara, Deacon siempre se aseguraba de que ella estuviera consciente y consentidora -¡Piensa, Emily! -no, no habían tenido sexo. Su cuerpo jamás olvidaría el contacto de ese hombre -No, no estuvimos juntos porque no importa cuánto hubiera bebido, Deacon jamás accedería a tocarme estando ebria -de eso estaba segura. Pero, ¿estuvo con ella? ¿En su casa? ¿Cómo? La confusión la abrumaba. Buscó su historial de llamadas, y allí estaba, la prueba de que lo había llamado - ¡Carajo! ¿Qué estupidez hice anoche?
Se preparó deprisa, intentando ignorar el dolor de cabeza y la sensación de confusión que la embargaba. Mientras su cuerpo iba reaccionando a la realidad, se dirigió a la central. Antes de que pudiera llegar a los vestuarios, Rocket se puso adelante de ella, bloqueando su camino
-Rocketa, es muy temprano y no estoy de humor para tus tonterías -suspiró, desviándose por la derecha -estamos comenzando a llevarnos bien... no lo arruines con tus estupideces
