CAPÍTULO XII

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El sonido de risas y murmullos animados llenaba el aire en la academia, creando una sinfonía de energía juvenil que reverberaba en cada rincón del recinto. El día había avanzado lentamente, marcado por el retumbar de las competencias en el terreno de entrenamiento, donde estudiantes se desafiaban entre sí, empujando sus límites. Había presenciado varias de estas competencias, desde las pruebas de fuerza que hacían temblar el suelo hasta los desafíos mentales que exigían ingenio y concentración, pero aún no se había atrevido a unirse a ninguna. Algo en su interior la frenaba; no había encontrado una prueba que realmente creyera que la haría destacar.

Mientras observaba, sus ojos se posaron en Yizhuo, quien, con un despliegue de telequinesis, movía objetos a su alrededor con una elegancia natural. Los pequeños fragmentos de metal danzaban en el aire como si estuvieran hechizados por su voluntad. Sin embargo, a pesar de su notable talento, Yizhuo se había negado a participar en la prueba de vuelo, lo que sorprendió a Jimin. No era que Yizhuo fuera tímida; simplemente parecía que los juegos de vuelo no la llamaban, especialmente con la participación de algunos de los miembros del escuadrón de la directora Kang.

La competencia de vuelo había comenzado, y los participantes estaban demostrando su destreza sin reservas. Hyunjin, el primero en lanzarse al aire, volaba rodeado de llamas, su cuerpo ardiendo en un espectáculo de luz y calor que desafiaba la gravedad. A pesar de sus sentimientos negativos hacia él, no pudo evitar admirar la intensidad con la que lo hacía, el control que tenía sobre su poder era asombroso. Pero el verdadero espectáculo llegó cuando Minjeong se lanzó al aire. En ese instante, el mundo pareció detenerse.

La rubia desafiaba las leyes de la física con cada movimiento. Se deslizaba en el aire con una gracia celestial, como si realmente estuviera hecha para volar, su poder brillando con una luz dorada que parecía emanar de su ser. Jimin se quedó sin palabras, cautivada por la imagen de la chica surcando el cielo, deslumbrando a todos con su luz cegadora.

Era como si cada gesto estuviera impregnado de una armonía natural que la hacía destacar entre el resto. Y verla ahí, tan cerca pero a la vez tan distante, le provocó un pensamiento que la recorrió como un relámpago: debía disculparse.

Justo en ese momento, la voz de Yeji la sacó de su trance.

—Jimin, ¿quieres algo para beber?—preguntó con una sonrisa ligera, los ojos brillando con la energía del evento, —¡Yizhuo y yo vamos a por algo, venimos enseguida!

Asintió, aunque no pudo articular respuesta. No era que no quisiera acompañarlas, sino que en ese momento prefería la calma antes de la tormenta. Mientras Yeji y Yizhuo se apartaban hacia el punto de bebidas, volvió a mirar la pista de vuelo. La figura dorada de Minjeong apareció nuevamente en el cielo, cruzando el aire con una gracia sobrenatural, su cabello rubio brillando bajo el sol de la tarde, deslumbrante.

Un bullicio comenzó a formarse a lo lejos, en el área del campo donde se llevaría a cabo la siguiente competición.

—¡Vamos, Jimin-unnie! No podemos quedarnos aquí todo el día, ¡hay otra competición!— exclamó Yuna, su voz llena de entusiasmo mientras tomaba su mano y la guiaba con rapidez hacia el nuevo evento.

Intentó protestar, pero las palabras se quedaron atoradas en su garganta. Se dejó llevar, sintiendo la presión de la multitud a su alrededor, y pronto se encontró frente a una imponente estructura metálica: una pared gigante de más de dos metros de grosor, que se alzaba en el aire como un muro desafiante. Un grupo de estudiantes se había reunido allí, observando expectantes, sus ojos llenos de anticipación.

En el centro de la atención estaba Ryujin, que suspendida en aire, se movía con una confianza palpable, rodeada de partículas metálicas que flotaban a su alrededor, como si el propio metal respondiera a su energía. Con cada levantamiento de sus manos, la pared respondía, retorciéndose y girando, como si fuera una extensión de su cuerpo. La precisión y el control que exhibía eran simplemente impresionantes.

Gen Mutante || JiminjeongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora