16. Suéltame.

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Luego de unos instantes, Jasper salió de su habitación para encontrarse con Diana. Ella estaba sentada en el sofá de la sala de estar, perfectamente peinada, como siempre, y solo vestía su pijama de satín color blanca que usaba en las noches. Sus grandes ojos acaramelados fueron hasta los del más alto, solo para ver cómo el se sentaba en otro sofá, no muy lejos de ella, mas tampoco cerca.

— ¿Y bien? — dijo él. Tan seco como de costumbre.

Ella jugaba un poco con sus finos dedos, mirando las propias uñas, largas y pintadas de color blanco, mientras pensaba antes de hablar. — Quería hablarte de algo. — subió nuevamente su mirada hacia él.

— ¿Es lo mismo de hace rato? — Él puso sus ojos en blanco, refiriéndose con aquella pregunta a los comentarios de su madre.

Ella asintió. — ¿Qué ocurre? —

— Maldita sea. Si te digo ¿dejarás de molestar? —

— Lo prometo. —

Jasper inhaló, inflándose los pulmones por escasos instantes, antes de desviar la mirada. — Hay una... estudiante. Es un año mayor que yo. — Pausó. — Es una problemática... y últimamente me está arrastrando con ella. A veces pelea conmigo pero después... — y allí recordó los besos. Carraspeó. — Después se comporta raro. —

— ¿Es ella, no? —

— ¿Eh? —

— La que vi en la fiesta. Linda, popular, malcriada... — Enumeraba Diana.

— ...Se llama Shelly. Y la odio. La odio demasiado. — Exclamó él, apretando los puños sobre su regazo.

— ¿Porqué? — Ella ladeó la testa, curiosa, confusa.

— ¿Cómo que porqué? — Él se puso de pie, andando de un lado a otro, irritado. — Primero interrumpe mi paz, me golpea en la nariz, me corta el rostro, me acosa y yo no puedo hacer nada ¡porque ella es una mujer! — parloteaba él, sin siquiera mirar a Diana.

Esta, lo observaba a él con preocupación. — ¿Y... de qué hablaban ese día en la fiesta? La noté muy rara conmigo. —

Jasper se sobresaltó ligeramente. — ¡Eso no te importa! —

Ella chasqueó la lengua. — ¡Pero si me importa! Quiero saber porqué estás tan alterado... si es verdad que ella no te deja en paz ¿porqué no simplemente hablas con algún profesor y ya? —

— ¡No necesito la ayuda de ningún tonto profesor! — bufó. — Envuelto en estúpidas peleas y rumores... estoy harto de eso. Yo solo quiero terminar el maldito curso y salir de allí. — Él se giró, dándole la espalda. Su voz se quebró un poco, mas eso fue suficiente como para que Diana se preocupara más y se elevara del sofá.

— Oye, oye... hablas como si tú fueses el problema. ¡No lo eres! —

— ¡Sé que no lo soy, pero de alguna forma lo termino siendo! Tú no entiendes nada. — Su voz se quebró un tanto más, y había bajado la mirada. Pero Diana no podía alcanzar a ver qué tipo de expresión tenía, así que se aproximó unos cuantos pasos.

— Mira... — Se paró a su lado. Él ni la miraba. — Sé que por tu físico muchos podrían tomarte como un reto, un tipo intimidante... una amenaza. Quizás sea eso, pero yo podría ayudarte si quieres. —

Jasper la miró de reojo. — ¿Ayudarme? —

Ella asintió, haciendo contacto visual con el más grande de estatura. — Sé que esta chica... Shelly, está siendo un problema para ti ahora, pero si te esfuerzas un poco más, sé que podrás terminar estos dos últimos años con éxito, Jas. — 

Debí huir el día que la conocíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora