Cap 14 Amor prohibido y desafio

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Al llegar exhausta al castillo, mis pasos resonaban por los pasillos oscuros y fríos. Vi a Jaehaerys en una esquina, sus ojos como brasas, observándome. Aceleré el paso, pero él me siguió, y antes de que pudiera escapar, me acorraló contra una pared.

—¿Quién te amenaza? ¿Es mi padre? ¿Quién es? —preguntó con desesperación, sus palabras rasgando el silencio del lugar. Sin embargo, yo no le respondí, ni me atreví a mirarle.

—¡Ven conmigo! —gritó, sujetándome del brazo con firmeza. Me sacó del castillo casi a la fuerza, y el temor se apoderó de mí.

—¡Majestad! ¿Qué pretende hacer? —pregunté, mi voz temblaba de miedo y confusión. No obtuve respuesta de sus labios. Caminamos en silencio, hasta que nos adentramos en un callejón sombrío. Allí, me empujó suavemente contra la pared y me besó con pasión contenida.

—Dime... —susurró cerca de mi oído—, puedo salvarte. Si es necesario, huiremos lejos de aquí.

—¿Y abandonar la realeza? —repliqué—. Eso no es ganar, Jaehaerys, es perderlo todo.

—No me importa nada más que tú —susurró, su aliento rozando mi piel—. Solo quiero estar contigo.

Al oír esas palabras tan cerca, me dejé llevar por el deseo y lo besé. Envolví mis brazos alrededor de su cuello, mientras él, sorprendido, me abrazaba por la cintura con firmeza.

—Te amo —dije, mi corazón latiendo con fuerza.

—Y yo a ti más que a nada en este mundo.

—Recibí tu obsequio —dije con una sonrisa, mostrando la cadena que llevaba oculta bajo mi vestido en mi cuello —. Es hermoso

Al verla, sus ojos se llenaron de ternura, y me acarició el rostro con delicadeza.

—Gracias, Jaehaerys.

Nos besamos de nuevo con pasión y luego decidimos alejarnos del castillo caminando juntos por el bosque de la mano. La naturaleza a nuestro alrededor parecía susurrar su aprobación.

—Este lugar es un paraíso —comenté, sentándome en una piedra.

—Pensé que yo era tu paraíso —bromeó él, riendo mientras se sentaba a mi lado.

—Y lo eres —respondí, riendo también.

—Ahora dime —su semblante se tornó serio—, ¿quién te amenaza? ¿Qué tipo de miseria ha osado a ponerte en peligro?

—No puedo decirte —murmuré—. Podría empeorar las cosas. Sé que tú mandaste a acabar con quienes me hirieron anteriormente.

—Lo hice por ti haría lo que fuera —dijo acariciando mi mejilla. En ese momento, comencé a sentirme débil y un sudor frío recorrió mi frente, y las náuseas me invadieron.

—¿Estás bien? —preguntó preocupado, justo antes de que para vomitara

—Creo que el desayuno me ha caído mal —dije, limpiándome mientras él me sostenía con suavidad.

—¿Segura? —insistió, mirándome con preocupación—. ¿Por eso estás tan pálida? ¡Espera! ¿Podrías estar... embarazada? —su voz se llenó de esperanza, y me tomó por los hombros, emocionado.

Me reí débilmente y le sonreí, sin saber qué responder.

—No lo sé, Jaehaerys, pero parece que no puedo luchar contra tus fluidos... —él se rio y me abrazó con fuerza.

—Ahora más que nunca debo protegerte.

—Jaehaerys... —dudé un momento antes de hablar—. Creo que sería mejor esperar hasta después del torneo para estar juntos.

—¿Qué? ¿Por qué? —respondió, visiblemente alterado—. Nuestro amor no puede esperar ni un minuto más eres la luz de mis ojos.

—Hazme caso —dije, con una sonrisa triste—. El torneo será pronto es este fin de semana. Te lo pido por favor.

Él me miró con tristeza y frustración.

—No puedo permitirlo, ¡esto ya es demasiado! —exclamó con furia, dándose la vuelta para dirigirse al castillo

—¿A dónde vas? —le grité, tomándolo del brazo, pero él se soltó.

—Voy a arreglar esto de una vez por todas —respondió con ira, y partió hacia el castillo.

Me quedé sola en el bosque, mientras Jaehaerys marchaba al castillo, donde una furiosa discusión se desató entre él y su padre.

—¿Tú has amenazado a Tn? —gritó Jaehaerys a su padre

—¿A la sirvienta? ¿Por qué habría de hacerlo? —respondió su padre con desdén.

—Porque no quieres que esté conmigo.

—¿Qué? ¿Estás con esa muchacha?

—¡No finjas ignorancia! ¡Lo sabías todo!

—¡No sabía nada! ¡Y cuida cómo me hablas!

—¡No! ¡Tú ten cuidado! Si le pasa algo a ella, te juro que te mataré con mis propias manos. No sabes lo que es amar, solo te preocupas por ti mismo y por lo que dirán los demás. Yo la amo, y me casaré con ella. Tendremos hijos, tantos como sea necesario. ¡Y si la dañas, cumpliré mi palabra!

La voz de Jaehaerys resonó por todo el castillo, y cuando salió de la sala, la puerta retumbó tras él, dejando a su padre pensativo y atónito.

Después, Jaehaerys acudió a su hermana en busca de consejo. Ella, comprensiva, habló con su madre, y juntos planearon una forma de hablar con la reina rhaenyra.

—Majestad —dijo Jaehaerys con reverencia ante el trono—, me he enamorado.

La reina lo miró con una sonrisa de comprensión.

—Pero necesito pedirle un favor —continuó—. La mujer de la que me he enamorado es la sirvienta Tn, y temo por su vida. Mi padre la amenaza, a ella y a su familia. Os ruego que intervengáis.

La reina, recordando sus propios sufrimientos por haberse enamorado de un bastardo asintió con sabiduría.

—Para el amor no hay límites, sobrino mío. No permitiré que esto continúe.

—¿Estás seguro de que es ella con quien deseas pasar tu vida y engendrar a tus hijos? —preguntó la reina con gravedad.

—Lo estoy.

—Entonces, puedes marcharte —respondió ella con autoridad.

Pasión del principe jaehaerys(house of the dragon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora