Cap 16 El parto y prejuicio (el final)

28 2 0
                                    

+Tranquila, mi amor – me dio un beso en la frente – todo está bien, es algo normal.

+Tengo que ir a la cena – dije levantándome adolorida.

+No, ¡olvídalo! Yo les diré que nos traigan la cena aquí.

+No está bien, Jaehaerys, insisto, debo ir.

Cuando llegué a la cena, todos se quedaron mirándome mientras mi novio me halaba la silla para que me sentara.

Comenzamos a cenar y yo solo agarré las frutas, cuando Visenya, la temeraria hija de Rhaenyra, lanzó un comentario.

+¡Oh! Veo que solo te gustan los ingredientes frescos para ser tan pobre – dijo riendo junto a su tío Aegon II.

No entendía por qué se burlaba de mí al estar con mi hermano en secreto. Tal vez ella pensaba que yo no sabía nada, pero en realidad lo sabía todo.

+Tu comentario está de más, Visenya – respondió Jaehaerys, molesto, mientras yo le tomaba del brazo.

+¿Qué? ¿No pudiste elegir algo mejor? – dijo burlona, a lo que su tío le siguió el coro.

+Eso es cierto, ni siquiera cuando ese niño nazca querré verlo – dijo Aegon II, a lo que Helaena le respondió molesta, diciéndole que se estaba pasando de la raya. Por otro lado, Rhaenyra regañaba a su hija Visenya.

+Por eso el hijo de mi otra hija sí tendrá los privilegios que el tuyo no tendrá – continuó Aegon II, a lo que Jaehaerys se levantó y le lanzó una copa a su padre, sorprendiendo a todos.

+¡Tú! ¡Eres un patán! ¡No eres mi padre! – gritó Jaehaerys, molesto, y me agarró del brazo. – Vámonos – me dijo, jalándome, y me levanté para seguirlo.

Cuando llegamos a mi habitación, se quitó los zapatos. Se veía tan molesto que se acostó en mi cama y no me atreví a decirle nada porque, en realidad, tenía que irse a su cuarto, pero como me defendió, lo dejé quedarse.

Avergonzada por lo ocurrido, me senté en una silla mirando la chimenea para que no me viera y comencé a llorar lo más bajo que pude, pero como siempre, él se dio cuenta y vino hacia mí.

Se puso de rodillas frente a mí y secó mis lágrimas.

+Mi corazón... – dijo, pero lo interrumpí.

+Jaehaerys, lo siento, pero yo soy muy sensible. Deberíamos dejar esto atrás. Agradezco que me hayas defendido, pero esto nunca va a poder ser.

+¿Qué dices? ¿Te estás volviendo loca? ¡Esto sí va a ser! Nosotros siempre estaremos juntos – dijo con los ojos aguados. – Tn, yo te amo, y lo que piensen los demás no me interesa. ¡Yo solo quiero estar contigo y con nuestros hijos!

+Jaehaerys...

+Nada. Vamos a acostarnos, que ha sido un día bastante largo – dijo, ayudándome a levantarme.

Me quitó el vestido y me colocó una bata, deshaciéndome el peinado.

+¿No se supone que no hagas esto?

+¿Qué? ¿No puedo cuidar de mi novia? Tú eres mi mujer, y prefiero hacerlo yo y tocarte yo.

Al verme con la bata sin nada debajo, comenzó a tocarme, pero yo le detuve la mano.

+Lo siento – respondió –, es que sabes lo mucho que me encantas y daría todo por ti.

+Tú también me encantas, Jaehaerys, pero sabes que hoy fue un día complicado y deberíamos descansar – le dije, pero al ver su cara de tristeza y comprensión, me dio pena, así que no tardé mucho en que, mientras dormíamos abrazados, me tenté y le caí encima, haciéndole el amor.

Al otro día, Jaehaerys me despertó llenándome de besos, y nos trajeron el desayuno. Nos sentamos en la mesa uno frente al otro y comenzamos a hablar.

+Prueba este jarabe, sabe exquisito – me dijo, derramándolo sobre una tostada y poniéndomelo en la boca.

+Mmm, sabe riquísimo – dije saboreándolo.

+Te lo dije – dijo feliz.

+Eres hermosa – me dijo.

+Gracias, tú eres el hombre más hermoso que existe en todo el universo – le dije, haciéndolo reír. – ¿Qué? ¿Qué es tan gracioso? – dije riéndome también.

+Amo tus halagos, amo tu interés por mí, pero eres algo exagerada – dijo riendo, sonrojado.

+Son exagerados, pero te hacen sonrojar.

+Basta, tn – dijo riéndose, pero esta vez aún más avergonzado, así que se estiró de su lado, me besó y yo le correspondí.

Después de desayunar, caminamos juntos, agarrados de la mano, por todo el castillo.

Tras casi un año de prejuicios, Visenya admitió unos meses después que salía con mi hermano, y ya estaban juntos. Para todos fue una gran impresión, pero calmó las aguas, y pude estar más tranquila. La hermana de Jaehaerys, Jaehaera, ya había dado a luz, y todos abrazaban a su niño como lo más esperado y preferido de todos los tiempos, mientras yo sentía mi panza a punto de explotar, ya que me quedaba menos de un mes, y Jaehaerys siempre estaba preocupado por mí.

Ya me había casado con Jaehaerys y bailamos con un hermoso vestido que impresionó a todos y deslumbró nuestro amor. Él no me soltó en todo el baile y no dejó que bailara con nadie más. Me besó miles de veces, a lo que yo cedía, incómoda, porque su familia nos miraba desde la gran mesa.

Después, cuando se acercó el día del parto, sentía tal dolor que mis gritos retumbaban por todo el castillo. Al estar ya en el parto, todas las chicas me ayudaban a empujar y Jaehaerys esperaba desesperado en la puerta. Mientras empujaba, se escuchaban rayos caer, y cada vez que gritaba, un dragón lo hacía al unísono desde lo lejos, lo que impresionaba a todos en el castillo.

+¡Ahhh! ¿Por qué tanto escándalo en mi parto? – grité, sudada y con dolor.

Hasta que finalmente salió mi bebé. Después de expulsar la placenta, lo tomé en mis brazos, escuchando su llanto, y las chicas me limpiaron rápidamente y me taparon.

Jaehaerys entró rápidamente, abriendo las puertas de par en par, y se acercó a mí corriendo.

+¿Estás bien? – dijo acariciando mi cabello sudado.

+Sí, mira – dije, mostrándole al bebé exhausta. Entonces él lo tomó con los ojos llorosos, mirándolo a él y luego a mí.

+¡Es idéntico a mí! – dijo feliz, derramando unas cuantas lágrimas. El niño había nacido bendecido con sus ojos violetas y su cabello blanco.

+Sí – dije, muy feliz, derramando unas lágrimas también.

No tardó mucho en que su abuela Alicent, su bisabuelo Otto y sus padres Helaena y Aegon II entraran, haciéndome sentir avergonzada.

+¡Oh! Pero qué vergüenza – dije.

+Tranquila, es algo normal – dijo mi esposo.

Al ver que Alicent lo agarraba, me preocupé un poco y me acomodé mejor.

+Oh, por los dioses, es igual a su padre – todos se acercaron y quedaron maravillados, especialmente Aegon II.

+Definitivamente, que los dioses bendigan a esta criatura hermosa – dijo Alicent, devolviéndome a mi hijo, y yo no sabía qué miradas lanzarles después de tantos murmullos sobre mí. Su padre al menos no pudo soportar el desprecio de su hijo y unos meses antes se disculpó con el y conmigo por lo que había un ambiente tenso entre yo y mi suegro.

Terminó siendo el hijo favorito de todos, y al pasar el tiempo, esperaba otro hijo. Jaehaerys era cada vez más apegado a mí, y los dos éramos uno. A pesar de los prejuicios, fuimos amados por todos. Mi hijo fue un chico valiente, inteligente y fuerte, y fue muy amigo de su primo, el hijo de Jaehaera.

Mis hermanos cumplieron con sus funciones honorables como se prometió en el castillo, y mi hermano Arne finalmente se casó con Visenya, después de que ella se disculpó conmigo. Jaehaerys y yo fuimos más felices que nunca y mi voz fue escuchada.

Fin.

🎉 Has terminado de leer Pasión del principe jaehaerys(house of the dragon) 🎉
Pasión del principe jaehaerys(house of the dragon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora