El sol resplandecía sobre la ciudad, llenando las oficinas de Method de una luz casi cegadora. Anelix y Antony se habían vuelto inseparables, y la noticia de su relación se había esparcido como fuego.
Anelix estaba en la oficina con Antony, discutiendo los asuntos habituales del trabajo. Las conversaciones eran fluidas, como siempre, hasta que el sonido de su teléfono interrumpió el momento. Anelix vio el nombre de Cassius en la pantalla y, con una ligera sonrisa, se disculpó con Antony antes de salir de la oficina. A través de la pared de vidrio, Antony podía ver cómo ella reía suavemente mientras hablaba. Una alarma interna se disparó en él, una sensación que no podía sacudirse.
Cuando Anelix regresó, Antony no pudo evitar preguntar, su tono más serio de lo que pretendía:
"¿Quién era?"
Anelix, aún sonriendo contestó: "Oh, era Cassius. Nuestros padres se reunirán, así que me estaba avisando."
Un silencio tenso se instaló en la habitación mientras Antony procesaba sus palabras. Finalmente, lo rompió con una observación que pesaba en su mente desde hacía tiempo: "Hablas bastante con él, ¿no?"
Anelix se encogió de hombros, sin darle mayor importancia: "Claro que sí, es como un hermano para mí. Nos conocemos desde siempre."
La respuesta, lejos de tranquilizarlo, pareció molestar a Antony: "Sabes perfectamente que él no te ve como una hermana. Deberías alejarte de él y no alimentar sus esperanzas."
Anelix frunció el ceño, sorprendida por la dirección que estaba tomando la conversación.: "¿Eh? Yo no le doy esperanzas, lo trato como siempre lo he hecho."
Antony se cruzó de brazos, el tono de su voz más firme: "Pero ahora que estás conmigo, deberías tomar distancia. Debe quedarle claro que no quieres nada más con él."
La frustración empezó a crecer en Anelix. Aunque entendía el punto de Antony, le resultaba difícil aceptar esa demanda.
Anelix con un leve suspiro dijo: "Eso está claro, Antony, pero no es algo que pueda decirle directamente. Él es mi amigo de toda la vida."
"Igual, deberías distanciarte más de él". Antony seguía sin ceder terreno, "si yo tuviera una amiga así de cercana, ¿cómo te sentirías?"
Anelix se quedó en silencio por un momento, dándose cuenta de la verdad en sus palabras. Cassius había sido una constante en su vida, y la idea de alejarse de él era dolorosa, pero sabía que también debía ser justa con Antony. Aun así, la rigidez de Antony empezaba a irritarla.
Antony, notando su duda, agregó de manera autoritaria: "De todas formas, no quiero que lo veas por el momento.2
Anelix lo miró, sorprendida por lo tajante que sonaban sus palabras: "¿Que?...pero..."
"Es mi última palabra", dijo Antony, sin dejar espacio para la discusión
La indignación empezó a crecer en el pecho de Anelix. Sentía que Antony le estaba dando una orden, sin considerar sus propios sentimientos. Apretando los puños, lo miró con enojo:
2Deberías confiar en mí. Eres tan frustrante."
Y con esas palabras, salió de la oficina, cerrando la puerta de un portazo. El sonido reverberó en el aire, dejando a Antony en el silencio de la oficina.
Antony suspiró profundamente. No quería ser tan duro con ella, pero cada vez que veía a ese niño rico cerca de Anelix, algo en su interior le decía que debía mantenerla lejos de él. Había algo en Cassius que lo inquietaba de una forma inexplicable. Pero sabía que no podía presionar demasiado. Apenas estaban empezando su relación, y lo último que quería era arruinarlo tan rápido.
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El Mar de los Recuerdos Perdidos
Novela JuvenilAnelix despierta en un hospital tras un aparatoso accidente de auto, solo para descubrir que ha olvidado los últimos ocho años de su vida. Atrapada entre la confusión de no recordar su matrimonio ni a su pequeña hija, su mundo se convierte en un cao...