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Los dos se sentaron en el comedor, Rubén con el plato frente a él, listo para devorar lo que Vegeta había preparado. A la primera cucharada, sus ojos se iluminaron y comenzó a comer con entusiasmo, casi decorando el plato con su manera torpe y graciosa de comer. Vegeta no podía dejar de reír al ver la escena.

Vegeta (riendo): "¿Tenías hambre, osito? Jajaja. Creo que ahora ya te puedo decir qué lleva esto..."

Con una sonrisa, Vegeta le explicó que el gazpacho estaba hecho de tomate, pepino, pimientos, ajo y aceite de oliva, todos ingredientes frescos y saludables.

Rubén (finciendo estar sorprendido): "¿O sea que me diste pasto, pero le pusiste algo para que supiera rico?"

Vegeta (sonriendo): "Lo tomaré como un cumplido".

Rubén continuó comiendo con gusto mientras Vegeta lo observaba. Había algo tranquilizador en esta escena, una sensación de intimidad compartida en medio del caos exterior.

Rubén : "¿Y dónde aprendiste a cocinar tan rico? Yo apenas sé hacer una tortilla española, y ni siquiera me queda tan bien."

Vegeta (grabando): "Mi mamá me enseñó. Ella siempre decía que no necesitaba un omega para que me cocinara, es muy celosa. No quería nietos jóvenes, decía".

Rubén (riendo): "Mi mamá es todo lo contrario. Siempre me dice que encuentre un buen alfa que me cuide y que me apure con los niños, porque no quiere que, cuando lleguen, ya no pueda cargarlos".

Vegeta (sonriendo con nostalgia): "Bueno, mi mamá también decía eso antes. Ahora más bien me cuestiona por qué no tengo pareja y está convencida de que me voy a quedar solo".

Rubén (bromeando): "¿Tú? ¿Quedarte solo? ¡Mentiroso! Si eres un partidazo."

Vegeta (riéndose): "Pues hasta ahora no he encontrado a nadie".

Rubén (sin perder la broma): "Eso es porque no quieres. Vamos, eres muy guapo y cocinas bien. No me vengas con el cuento de que a nadie le interesas... Si es así, te aparto yo".

Vegeta (con picardía): "Pues será todo tuyo, pero tú también serás mío".

Rubén se sonrojó al instante. No esperaba que su broma llegara tan lejos y de repente se sintió avergonzado, apartando la mirada con una risa nerviosa.

Rubén (intentando retomar el control): "Estaba jugando... pero creo que se me salió de control".

Ambos rieron para disimular la pequeña tensión que se había formado, y siguieron comiendo en silencio, el ambiente relajado pero con una chispa diferente en el aire.

Encerrado en tu corazón (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora