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Rubén cerró la puerta del cuarto detrás de él, sintiendo un nudo en el estómago. Sabía que tenía que llamar a su madre, pero cada vez que lo hacía, las cosas parecían complicarse. Se sentó en la cama, el móvil temblando ligeramente en su mano, y marcó el número.

La voz de su madre sonó firme, como siempre.

Madre: "¿Te está tratando bien ese tal Samuel? ¿No ha intentado propasarse contigo o insinuarte algo, verdad?"

Rubén suspiró, sabiendo que su madre siempre se ponía en alerta cuando se trataba de que él conviviera con un alfa.

Rubén: "No, mamá, te lo digo en serio. Vegeta es muy bueno conmigo, no pasa nada."

La desconfianza en el tono de su madre era palpable a través del teléfono, y Rubén podía imaginarse la mirada crítica en su rostro.

Madre: "Mmm... No me convences. Quiero conocerlo."

Rubén se recostó en la cama, mirando el techo mientras intentaba mantener la calma. ¿Cómo le iba a explicar esto a Vegeta?

Rubén: "Mamá, estamos en plena pandemia. No podemos viajar."

Su madre suspiró al otro lado, pero no cedió.

Madre: "Lo sé, hijo, pero quiero verlo. ¿Cómo se llama esa cosa donde te puedes ver en cámara?"

Rubén se frotó la cara, sintiendo el cansancio apoderarse de él.

Rubén: "¿Una videollamada?"

Madre: "¡Eso! Quiero hablar con él y verlo al menos por pantalla."

Rubén se incorporó, mirando la puerta del cuarto y preguntándose si podría retrasar la situación.

Rubén: "Mamá, no creo que sea necesario..."

La respuesta de su madre fue tajante.

Madre: "Te lo digo en serio, Rubén. O me haces esa videollamada o no sé cómo le harás, pero quiero conocerlo."

Finalmente, Rubén se rindió, sabiendo que no tenía escapatoria.

Rubén: "Está bien, mamá. Luego te mando un mensaje con la hora para la videollamada."

Antes de que pudiera siquiera despedirse, su madre ya había colgado, dejándolo con el teléfono en la mano y la sensación de que las cosas solo se iban a complicar más. Después de la llamada, Rubén volvió a la sala donde Vegeta estaba sentado, con la televisión encendida pero sin prestar demasiada atención. La tensión en el aire había desaparecido un poco, pero Rubén seguía dándole vueltas a la conversación con su madre. Se dejó caer en el sofá junto a Vegeta, dejando escapar un suspiro.

Vegeta (sin apartar la vista de la pantalla): "¿Todo bien?"

Rubén (sonriendo ligeramente): "Mi mamá quiere hacer una videollamada contigo."

Vegeta levantó una ceja, claramente sorprendido por la petición.

Vegeta: "¿Conmigo? ¿Por qué?"

Rubén: "No sé, es mi mamá. Dice que quiere conocerte porque está preocupada por mí."

Rubén trataba de bromear con la situación, pero sabía que su madre no se andaba con juegos cuando se trataba de su bienestar. Vegeta soltó una risa leve.

Vegeta: "Bueno, supongo que tendré que ser encantador entonces."

Rubén (sonriendo más relajado): "Sí, más te vale. O nunca me va a dejar en paz."

Ambos rieron suavemente, y la tensión que Rubén había sentido antes comenzó a disiparse. La pantalla seguía mostrando escenas de "Jurassic Park", pero ninguno de los dos estaba ya tan interesado en la película.

Encerrado en tu corazón (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora