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La relación entre Rubén y Vegetta, a pesar de mantenerse en secreto, había florecido de manera inesperada. El tiempo que pasaban juntos durante la cuarentena había creado un lazo profundo entre ellos, y aunque ninguno de los dos había hablado abiertamente sobre el futuro, ambos sentían que lo que tenían era mucho más que algo pasajero.

Después de aquella noche en la que comenzaron a salir, Rubén se había vuelto más dependiente de la presencia de Vegetta, lo que lo hacía sentirse algo inseguro cuando no estaba cerca. Su necesidad de estar cerca de él crecía con el tiempo, y el aroma de las feromonas de Vegetta, un recordatorio constante de su conexión, lo hacía sentir más tranquilo y seguro.

A medida que el gobierno extendía la cuarentena otro mes, Rubén comenzó a trabajar de nuevo, transmitiendo desde la casa de Vegetta. Había usado las primeras dos semanas como un período de descanso, pero ahora era el momento de retomar sus responsabilidades. Usaba el cuarto de Vegetta como su pequeño estudio improvisado, pero aún así se sentía cómodo allí, rodeado de las cosas de su pareja. Todo tenía un toque que le recordaba a él, lo cual le hacía feliz.

Rubén disfrutaba de compartir su día a día con Vegetta, pero también sentía una creciente inquietud. En el fondo de su mente, comenzaba a considerar seriamente cómo sería su futuro juntos una vez que la pandemia terminara. Aunque no se lo había mencionado a Vegetta, ya había empezado a mirar casas en Andorra, pensando en un hogar que pudieran compartir los dos. Le gustaba la idea de establecerse allí, aunque también pensaba en España como una opción. Sin embargo, quería que la decisión fuera algo que ambos discutieran y acordaran, no solo una fantasía suya.

Cada semana que pasaba, Rubén pensaba en cómo sería hablarle a Vegetta sobre su idea de vivir juntos después de la pandemia. No quería precipitarse, pero el deseo de compartir su vida con él era cada vez más fuerte. Sabía que algún día tendrían que anunciar su relación a sus familias y amigos, pero por ahora prefería mantenerlo en secreto. No era el momento de decírselo a los fans, pero sentía que estaba listo para que ambos se reconocieran como pareja oficialmente.

Rubén (pensando en silencio): "Algún día tendré que decirle lo que siento, lo que estoy planeando. No puedo seguir buscando casas sin decírselo. Pero primero... quiero asegurarme de que estamos bien. De que estamos listos."

Mientras tanto, Rubén continuaba trabajando y disfrutando del espacio personal de Vegetta. Aunque su relación seguía siendo un secreto para el mundo, cada día se sentían más cómodos el uno con el otro, y Rubén esperaba con ansias el momento en que pudieran llevar su relación al siguiente nivel, ya sin ocultarse de nadie.

A pesar de la incertidumbre que la pandemia traía consigo, Rubén estaba convencido de una cosa: no quería que lo que tenían se quedara en el confinamiento. Quería que fuera real, duradero, y no podía esperar a hacer público su amor, pero también sabía que el tiempo debía ser el adecuado. Y mientras tanto, seguirían disfrutando de su pequeña burbuja de intimidad, soñando con el día en que pudieran gritarle al mundo que se pertenecían.

Encerrado en tu corazón (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora