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El día siguiente llegó con una sensación de tensión contenida. Rubén y Vegeta ya habían decidido tener la videollamada con su madre justo después de que Vegeta terminara su directo. Era importante que todo saliera bien, así que ambos acordaron que no habría prisas para que Vegeta pudiera comenzar a transmitir tranquilo.

Rubén, por su parte, estaba un poco más nervioso de lo que dejaba ver. Sabía que su madre era muy exigente y religiosa, y aunque confiaba en que Vegeta manejaría la situación con su habitual tranquilidad, no podía evitar pensar en todos los "peros" que su madre podría poner.

Durante el directo, los dos decidieron hablar abiertamente sobre su situación ante la audiencia. Mientras el chat se llenaba de preguntas y comentarios, Vegeta explicó con calma.

Vegeta: "Bueno, para los que preguntan, sí, Rubius se va a quedar aquí en mi casa. La idea era que él viniera de vacaciones una o dos semanas, pero, como sabéis, con la pandemia le cancelaron los vuelos y todas las reservas. Así que, por ahora, estamos conviviendo aquí."

Rubén (riéndose nervioso): "Sí, chicos, me tocó vivir con Vegeta, así que si notan que mis directos van a ser un poco irregulares, ya saben por qué."

Los espectadores reaccionaron con entusiasmo, preguntando si harían más directos juntos o si habría más colaboraciones en los videojuegos. Entre risas y comentarios, el tiempo pasó volando, y pronto ya habían estado cinco horas en directo. Ambos estaban agotados, pero había algo más en el aire: la videollamada con la madre de Rubén.

Cuando el reloj marcó las siete de la noche, Rubén se estiró y miró a Vegeta con una mezcla de nerviosismo y resignación.

Rubén: "¿Estás listo?"

Vegeta se recostó en el sofá, estirándose con confianza.

Vegeta: "Claro, no hay adulto que no quede encantado conmigo. Además, tu madre no será la excepción."

Rubén: "Sí, pero mi mamá es medio religiosa. Apenas aceptó que me quedara con un alfa, así que esto es... complicado."

Vegeta sonrió con esa calma que siempre lo caracterizaba, sin perder la compostura.

Vegeta: "Tú confía en mí. No te preocupes."

Rubén asintió, aunque seguía sintiendo un leve cosquilleo de nervios. Tenía la sensación de que esa llamada sería crucial, no solo para tranquilizar a su madre, sino también para su propia tranquilidad mental. Vegeta lo observó por un momento antes de poner una mano en su hombro, transmitiéndole seguridad.

Escena: La Videollamada con la Madre de Rubén

Unos minutos después, se sentaron juntos frente a la pantalla. Rubén marcó el número y esperó a que su madre respondiera. Después de un par de segundos, la pantalla se iluminó con la imagen de la señora, con una expresión firme y una mirada inquisitiva que Rubén conocía bien.

Madre: "¿Rubén? ¿Todo bien, hijo?"

Rubén: "Sí, mamá, estoy bien. Aquí con Vegeta, como te dije."

Vegeta, sentado al lado de Rubén, saludó con una sonrisa educada y cortés.

Vegeta: "Hola, señora. Un placer conocerla, aunque sea por cámara."

La madre de Rubén observó a Vegeta con ojos críticos por un momento antes de devolverle una sonrisa moderada.

Madre: "Así que tú eres el famoso Vegeta. Mi hijo ha hablado mucho de ti."

Vegeta (con una sonrisa tranquila): "Espero que solo cosas buenas."

Madre: "Mmm... Eso depende. ¿Cómo están las cosas por allá? ¿Está Rubén cómodo? ¿Lo estás cuidando bien?"

La pregunta sonaba seria, pero Rubén podía notar la preocupación de su madre detrás de sus palabras. Antes de que pudiera responder, Vegeta se adelantó.

Vegeta: "Le estoy cuidando lo mejor que puedo, señora. Nos aseguramos de que esté cómodo y bien alimentado. Además, estamos siguiendo todas las medidas de seguridad por la pandemia."

La madre de Rubén pareció relajarse un poco con esa respuesta, pero aún mantenía una postura firme.

Madre: "Bueno, eso espero. No quiero que mi hijo pase ningún mal rato, y sabes cómo soy. Espero que todo esté en orden."

Rubén, sintiendo que la conversación se ponía demasiado tensa, intervino.

Rubén: "Mamá, de verdad, todo está bien. Vegeta ha sido increíble, me está ayudando muchísimo con todo. Puedes estar tranquila."

Hubo un silencio breve, y luego la madre de Rubén asintió lentamente, como si finalmente estuviera dispuesta a aceptar la situación.

Madre: "Está bien, hijo. Pero me mantendré en contacto. Quiero que me avises si pasa cualquier cosa, ¿entendido?"

Rubén: "Sí, mamá. Te lo prometo."

La llamada terminó poco después, y Rubén dejó escapar un suspiro profundo de alivio mientras se dejaba caer contra el respaldo del sofá. Vegeta lo miró con una sonrisa ligera.

Vegeta: "Ves, no fue tan malo."

Rubén soltó una risa, aún algo tenso, pero agradecido.

Rubén: "No, tienes razón. Gracias."

Vegeta: "Siempre a la orden, chiqui."

Ambos se quedaron un momento en silencio, hasta que Rubén no pudo evitar reírse, aliviado de que todo hubiera salido mejor de lo esperado.

Encerrado en tu corazón (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora