Capítulo 10

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La ovación se extendió al paso de la bandera de México ondeando en lo alto de la mano del piloto de Red Bull con el número 11. Sergio Michel Pérez Mendoza, aquel 29 de mayo del 2022, logró la victoria de la mano de una conducción implacable y una pequeña bendición de los dioses de la suerte. Su compañero Max Verstappen, actual contendiente por el campeonato mundial, se había logrado subir al podio con un tercer puesto...

El equipo, estaba feliz.

Max bajó de su auto mirando a su compañero ser rodeado por todos esos brazos. Lo dejó tener su momento, se lo había ganado. Se dirigió al pesaje retirando su casco y colocándose la gorra del tercer lugar, quería acercarse a Checo, pero algo en él lo detenía. El mexicano miraba a todos lados abrumado por las atenciones, la gente del equipo, de ambos garajes no paraba de felicitarlo, había gente de Aston Martin cerca también... Un hombre de cabello rubio rojizo, bastante alto y robusto, se acercó a él levantándolo ligeramente al abrazarlo, era él de nuevo, Mikey Brown. Había visto que en distintas ocaciones se acercaba a él, de esa forma efusiva, también publicaba cosas de él en sus redes sociales. A veces Max, tenía la sospecha de que había sido él... Ese hombre, con el que Sergio en algún momento se había besado...

Desvió la mirada como si estuviera buscando algo en otra parte, algunos pilotos se habían pasado por donde estaba para darle la mano. Tal vez sería mejor esperarlo antes de subir al podio para felicitarlo, porque aquel hombre seguía tomando su mano ¿No lo piensa soltar?  Se preguntaba si reaccionaría igual si uno de sus pilotos ganara. Su otra mano seguía sosteniendo su cabeza hablándole con su rostro pegado al casco, casi como si quisiera besarlo ¿Cuánto tiempo se iba a quedar allí? Ni siquiera es de su equipo... Se quedó un momento contemplándolos, hasta que la mirada de Horner lo distrajo. El director aún sonreía, sintiéndo a su piloto a lo lejos, moviendo su cabeza hacia Sergio, indicándole que se acercara... Max Dudó un momento, pero al final, sería raro que simplemente se fuera después de eso.

El muchacho se acercó, dándole la mano a su equipo, que también lo felicitó por su podio. Christian le dio una pequeña palmada cuando llegó con él, antes de acercarse a su compañero. Checo aun le daba la espalda, entonces tocó su hombro para hacerlo voltear. Los ojos del mexicano se alegraron al instante y extendió sus brazos hacia él. Max cerró sus brazos alrededor de él inmediatamente, apoyando su cabeza sobre su hombro, sintiendo ese olor que le parecía tan agradable, simplemente el olor de su cuerpo. Estaba felíz por él.

—Tenías razón, con lo de Ferrari... —Le dijo el mexicano, Max dejó salir una risa, balanceándose un poco más en el abrazo antes de soltarse.

Mantuvo el contacto con un brazo en su espalda, al tiempo que el resto del equipo se acercaba a felicitarlos a ambos. Sergio también pasó su brazo por la espalda de su compañero, manteniéndolo cerca, el neerlandés se vio rodeado de esa felicidad, eran uno en ese momento, ellos dos, los dos garajes juntos, Red Bull era uno...

Después de la ceremonia del podio, Max fue a cambiar su traje, estaba complemente empapado de champaña. El festejo tradicional de Red Bull en la piscina del Energy Station, si se realizaría, y mientras Checo terminaba de recibir felicitaciones y dar algunas entrevistas, el equipo entero lo esperaraba en la cima. Max estaba terminando de ponerse la camisa, cuando alguien entró por la puerta...

—Felicidades... por tu tercer lugar... —miró detrás un tanto sorprendido, no lo esperaba.

Se acercó, dándole un pequeño abrazo y palmeando su espalda. Max había olvidado que le había dicho que llegaría para la carrera.

—Al menos no fue el segundo, ya sabes lo que todos dicen del segundo lugar... —Caminó sentándose en un pequeño sofá, mientras su hijo terminaba de guardar algunas cosas en una mochila.

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