Capítulo 22

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Inicio de temporada 

Bahréin. 2023

La temporada comenzaría con el bicampeón haciendo una declaración desde la primera carrera: Ese año, iba por su tercer campeonato. 

Los compañeros obtuvieron un 1-2 para los toros rojos, en el gran premio de Bahréin.

Vino el primer podio de la temporada, acompañados de Fernando quien era conocido por ser uno de los mejores amigos de Checo en la parrilla. Después de acercarse con su equipo para las felicitaciones, cuando los compañeros se toparon, se tendieron la mano, dándose una pequeña palmada en el hombro y siguieron su camino. 

Max volteó fugazmente en dirección al mexicano, antes de ser pesado, vio que él y Frenando se estaban abrazando fuertemente. Alonso como siempre, llevando su mano a su cuello. Sonriendo, tan cerca de su cara...

Fernando era una de las personas a las que Checo conocía de más tiempo. Siempre decía que era el único que realmente lo había ayudado desde el principio. Alguna vez Max pensó que podría ser él "el hombre del beso", título que había tomado en su mente. Checo había dicho que ellos aun tenían "una buena relación" lo que terminaba por parecerle poco probable, ya que era evidente que la relación con Fernando, era de amigos.

Tal vez, solo estaba dándole demasiadas vueltas a ese asunto.

Después de la carrera, Max habría tenido que quedarse al otro día para atender unos asuntos con la prensa holandesa, por lo que él, su padre, y Kelly, terminaron por tomar el vuelo del jet privado durante la noche. Era un vuelo corto, llegarían perfecto para instalarse en el hotel y dormir. Sus acompañantes se habían adelantado, durmiendo una pequeña siesta antes de aterrizar, pero Max continuó despierto, miraba a través de la ventana, todavía pensando en lo ocurrido al inicio de la postemporada.

No había tenido oportunidad de hablar con Checo, o mejor dicho, no había querido hacerlo. Al menos no de lo que había pasado. Sentía que era algo privado, que no se podía discutir casualmente en una plática en un garaje. Había visto a Sergio llorar de alegría, pero jamás de esa forma... ¿cuántas personas lo habrían hecho? La imagen de sus lágrimas se había quedado plasmada en su mente, casi podía sentir aquel cuerpo entre sus brazos temblar como si se estuviera congelando, estremeciéndose, luchando por no desmoronarse ¿qué habría pasado?

Después de eso, cuando llegaron a la pista, se disculparon con todos. La gente de Netflix se puso a trabajar en las tomas. Checo se había puesto los lentes oscuros antes de llegar, pero justo antes de comenzar a grabar una de las chicas de producción le preguntó si podía retirárselos. Notaron que tenía los ojos enrojecidos, Sergio dijo que había dormido muy mal, llamaron a la maquillista y todo se arregló. 

Para el momento en que se comenzaron a correr los test, su compañero había vuelto a su humor habitual, concentrándose en su trabajo, enfocado en dar el mejor resultado; lo normal, al menos para el resto del equipo.

Después de que Checo obtuviera el mejor tiempo, los halagos no faltaron, por parte de los dos garajes y los directivos, incluso Helmut. Para Max no era algo extraño que Checo hubiera obtenido esos tiempos, después de todo, había trabajado muy duro en ese auto desde temporadas pasadas, y a ese punto estaba más familiarizado que Max con los cambios.

A partir de ese punto, todo fue como una marea, como todos los inicios de temporada. Una locura de compromisos. Checo y él estaban de nuevo frente a esos reflectores. Él arrastrando la expectativa de un tercer campeonato, con la tarea de cumplir con aquello que era para lo que había nacido, por lo que su padre había dado todo, incluso su matrimonio, y Sergio con las expectativas de todo un país, de todo un continente, que lucha por recuperar esa dignidad que tantas veces fue aplastada y menospreciada.

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