Capítulo 16

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Al otro día, después de hacer algunos pendientes, Max habría recibido la llamada de Julian.

Quedaron de verse por la noche en un restaurante sumamente exclusivo, reservando una mesa en una zona privada. Cuando el campeón mundial llegó, aquel muchacho ya estaba esperando. Julian era un hombre delgado y alto, con unas piernas largas que a Max siempre le habían parecido sumamente atractivas. Su piel era blanca como la leche y tenía unos hermosos ojos verdes que contrastaban bien con su cabello rojizo.

Después de darle las gracias al host, ambos se abrazaron un momento, hasta antes de separarse, cuando Julian tomaría el rostro de Max dándole un beso prologado en la mejilla.

—Luces tan bien Max. Estás radiante...

—Tú también luces bien...

Ambos se dirigieron a la mesa, en donde Max aprovechó para observarlo por un momento más. Era realmente atractivo, proveniente de Escocia, si delgado, pero le gustaba mantenerse en forma, ligeramente afeminado, pero no tanto para estar del lado de los twink. Tenía unos labios voluptuosos que le daban mucha sensualidad a su rostro... y un trasero espectacular. Max haló la silla para él, dando un pequeño apretón de forma juguetona antes de que se sentara. Julian rio soltando un pequeño manotazo en su hombro, finalmente tomando asiento y observando a su compañero tomar el lugar frente a él. El escocés mordió ligeramente su labio inferior...

—No puedo dejar de verte. Estás hermoso... —Max sonrió— Aún más que la última vez que nos vimos.

—Que si no mal recuerdo, fue precisamente en el verano de hace dos años.

—Exactamente hace dos años... —suspiró, mirándolo de arriba abajo, al tiempo que el personal entraba, acercando un par de bebidas y se retiraba de nuevo— Es un gran recuerdo, el que guardo de ese verano...

—Fue bueno...

—Lo fue...

Ambos sonrieron de nuevo. La tensión era palpable, siempre se habían gustado, pero después de dejar de verse por un tiempo, los recuerdos de las noches que pasaron juntos parecían provocar cierta excitación en ambos, haciendo que la noche se volviera súbitamente emocionante.

Los temas de conversación comenzaron a fluir junto con los aperitivos y las copas. Ambos reían poniéndose al corriente, recordando viejos tiempos. Como solían escabullirse de su padre y de los guardaespaldas que le ponía su familia, y todas esas veces que se sonsacaron uno al otro con sus respectivos "amoríos". A diferencia de Max, Julian si había tenido algunas parejas estables, que llevaba a escondidas a todos lados. Sin embargo, entre la mala suerte y malas decisiones, todas habían fracasado.

—A veces lo he pensado ¿sabes? Decírselo a mis padres... —dijo de pronto en medio de la plática— Pero con la atención de los medios sobre mi familia. Sería difícil... Tal vez deba resignarme a que un día simplemente tendré que darme por vencido a la presión, y desposar a una linda chica. Una condesa o algo así, con la cual tener hijos, y un golden retriever. Es agotador ¿no lo crees? La búsqueda de esa persona...

—Suena como algo agotador...

—Realmente te envidio...

—¿Por qué?

—Tu mentalidad, la forma en que puedes involucrarte con alguien sin mezclar las cosas. Eres tan fuerte. Supongo que esa es la razón por la cual eres campeón...

—Supongo... Tu siempre fuiste más sentimental. Recuerdo esa vez que corrimos en Alemania, alguien te hizo enojar sobre la pista y te molestaste tanto que comenzaste a llorar. Al final no pudiste ver nada por tus lágrimas y terminaste volcándote.

GreedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora