Myd Lirid [𝐉𝐚𝐬𝐩𝐞𝐫 𝐇𝐚𝐥𝐞 - 𝐊𝐥𝐚𝐮𝐬 𝐌𝐢𝐤𝐚𝐞𝐥𝐬𝐨𝐧]

9.

"Las palabras tienen poder. Las palabras pueden destruir o pueden construir."

- Joyce Meyer -

La noche había sido larga y, aunque Grace intentaba concentrarse en los libros viejos y polvorientos que había acumulado en su búsqueda de respuestas, su mente no dejaba de divagar. Desde su llegada a Mystic Falls, las sombras de su propio pasado la perseguían, cada vez más cercanas y oscuras. Había algo en ella, algo que no terminaba de entender, algo que Klaus parecía conocer mejor que ella misma.

Sentada en su escritorio, bajo la luz tenue de una lámpara, se sumergió una vez más en uno de los tomos más antiguos de la biblioteca de la universidad. A medida que pasaba las páginas, el peso de la historia caía sobre sus hombros. Había leyendas, crónicas de brujas poderosas y de vampiros que habían caminado por la Tierra mucho antes que los humanos siquiera existieran. Pero entonces, algo llamó su atención.

Una página se abrió con facilidad, como si esperara ser descubierta. En ella, unos símbolos extraños  Aquellas figuras adornaban el margen del texto, como si hubieran sido dibujados a mano en el intento de representar un mapa. Estos símbolos no pertenecían a ningún idioma conocido por Grace. No eran latín, ni griego, ni ningún otro dialecto antiguo con el que hubiera tenido contacto. Se sentía como si el libro estuviera vivo, como si esos símbolos vibraran con una energía oscura y desconocida.

Grace frunció el ceño, pasando los dedos por las marcas, tratando de entender. ¿Qué significa esto?, pensó. Con cada página que volteaba, los símbolos se volvían más prominentes, y pronto el idioma del texto cambió completamente, transformándose en algo arcano, ilegible y que la hacía sentir inquieta.

Su respiración se aceleró mientras pasaba más páginas. Los caracteres bailaban ante sus ojos, moviéndose como si tuvieran vida propia. Algo en su interior, algo primigenio, reaccionaba a esas marcas.

—Esto no puede ser parte del libro original —murmuró, su voz apenas un susurro. La sensación de peligro latente aumentaba con cada segundo.

Con el corazón acelerado y un presentimiento que no podía ignorar, decidió cerrar el libro con un golpe. La habitación quedó en silencio, pero el eco de los símbolos parecía resonar en sus pensamientos.

Al día siguiente, sin saber exactamente a quién recurrir, Grace decidió visitar a Shane, el profesor de la universidad conocido por sus conocimientos de lo oculto. Sabía que él era quien más podría ayudarla a entender esos símbolos. Así que, temprano en la mañana, se dirigió de nuevo al campus universitario, esperando encontrar respuestas.

Al llegar a la oficina de Shane, tocó suavemente la puerta y la abrió cuando escuchó su voz ronca llamándola.

—Grace, pasa. —Shane la observó con curiosidad desde su escritorio abarrotado de libros y pergaminos—. ¿Qué te trae por aquí a esta hora? —