Capitulo 19: ¿En serio?

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Pov Rai

A-Perdón Rai...

Sus palabras retumbaban por mis oídos y de solo escucharlas sabía que eran tan reales. Estaba tan confundida y a la vez el momento era lindo para mi como para ella.

Mi corazón por otro lado estaba muy desordenado. Todo este suceso fue demasiado imprevisto y me generaba la curiosidad de por qué Alondra había hecho este caos.

R-Tranquila...-Susurré-

Sus ojos empezaban a perderse en los míos y el brillo en estos emanaba en todo el lugar, cada vez sentía más la necesidad de abrazarla y llenarla de besos para demostrarle que lo que había hecho era una grata actitud de respeto.

F-Vaya vaya vaya...

Mis ojos se abrieron asustados al escuchar y mirar a mi Jefe.

F-¿Que paso aquí?

En este momento quedé sin palabras, ni yo sabía que había ocurrido.

A-Lo provoqué yo Señor Fausto...-Dijo agotada-

F-Mmmh...

R-De verdad perdóneme, juro que no quise que pasara esto pero por favor no le heche del trabajo...-Sabia que esto podía provocar mi desempleo de forma muy fácil-

F-Tu trabajo...-Rio-

Me sentí mal, creí que ya se había acabado para mí.

El hombre se puso de cuclillas en frente de nosotras y su mirada demostraba arrepentimiento.

F-Quiero ofrecerte una disculpa por mi actitud Señorita Raineliss... -Mi expresion cambio- ...He sido muy duro con usted y si le soy sincero opino que es usted una excelente psicóloga -Rio- Creó que una gran lección me dió la dama Alondra al hacerme reflexionar sobre mis actos y también considero su ayuda...-Decía mirandola-

Miré confusa a la morena y vi su sonrisa orgullosa dibujada en su rostro.

A-Me alegra mucho que lo haya considerado...-Rio suave-

Mi Jefe me miró de vuelta.

F-Quiero que sepas desde ahora que me enorgulleces demasiado y que me encantaría que sigas trabajando aquí, por lo mismo no quiero que sigas pensando en tu trabajo, solo haz lo que debes hacer pero siempre con cuidado...-Sonrio-

R-G-Gracias jefe -No pude evitar la emoción e inevitablemente saqué lágrimas-

F-Ya anda a curarle los puños a esta agresiva -Dijo refiriéndose a Alo-

Reí mirándola y ambas nos levantamos del suelo mientras el Señor Fausto se iba del lugar.

A-Perdoneme enserio...

R-Ya déjate -Dije regalandole una sonrisa-

Ambas fuimos a mi consultorio para ir por un kit de curación.

Aún tenía dudas de lo que había pasado pero si sentía algo de alivio con respecto a mi trabajo, y no faltaba decir que Natalia también se convirtió en un problema menos, su voz ya era una pesadilla para mis oídos y era bueno saber que ya no estaría más conmigo.

Al llegar Alondra se sentó en el sofá y yo agarre el maletín para ponerme a su lado y empezar a abrirlo.

Encontré un algodón y lo humecte con agua oxigenada para empezar a rozarlo con los nudillos de la morena.

Tomé su mano y con solo sentir el tacto de su piel sentí un bajón a mi estómago. Me sentía muy rara pero me gustaba esa sensación.

Con cuidado pase el algodón sobre sus nudillos con suma delicadeza pero al parecer los gestos de la morena parecían ser totalmente exagerados.

Lujuria || Railo ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora