¿Por qué tan sonriente?
Atticus salió del baño con la toalla agarrada de las caderas. Estaba pensando en acostarse desnudo en la cama a dormir un rato antes de que le tocase salir a buscar a Jenna. Uf, esto va a ser una aventura. Ella siempre está en una aventura. Sus pensamientos fueron destrozados por una risa histérica que venía del pequeño salón del apartamento. Así que decidió apresurarse hasta allí, sintiendo el corazón latiéndole rápido. Se le cayó la toalla por no estar bien agarrada y su compañero, Raffaello, le dedicó una mirada rápida. Las risas continuaron, pero más fuerte.
─ ¿Estás haciendo nudismo? Ya habíamos hablado de esto ─dijo, intentando ponerse serio, pero no lo consiguió fácilmente.
─No, solo se me cayó la toalla ─contestó, bastante malhumorado. Se quitó un pelo rubio del rostro─. ¿Qué es tan gracioso?
─Jenna ─dijo antes de quedarse sin aire. Atticus pensó que a su amigo lo habia poseído el fantasma de la risa, porque nunca lo habia visto así.
─ ¿Qué hizo ella? ¿Se cayó en medio de la llamada? ─preguntó entonces─. Porque en general es bastante pendeja. Me causa mucha risa tambien.
─Insinuó que debería acostarme con Sarina ─dijo entonces a lo que el rubio le interrumpió.
─Si ella supiera ─expresó el rubio. No pudo evitar reírse, aunque eso provocó que su amigo dejase de reírse.
─Ella no tiene por qué saber nada. Sarina es simplemente mi jefa.
─Ahora se llevan bien.
─Eso solo significa que ya no existe rencor entre nosotros. Ya me acepta en el ambiente laboral, eso es todo ─contestó con frialdad.
─Ay, vamos. Ustedes saben como arruinarse la diversión. Podrían disfrutarlo y no lo hacen.
─Más vale que te calles ─dijo. Vio como una molestia se le dibujó en los ojos a su compañero. No tenía buenos augurios en ninguna parte.
Esto es raro, creo que... toqué fibras sensibles. ¿Se gustan? Internamente se partió de la risa. No podía evitarlo, pero su cuerpo se tensó sin rastro de algarabía. No le gustaba pelear, era incomodo, y sabia que Raffaello en la academia habia sido mejor. Sin importar de donde lo mirase, no podia salir bien para él. Por lo que izó su vela y se marchó a la habitación, no sin antes decir.
─Voy a dormir un rato, estoy seguro de que lo que sea que pase con Jenna, va a ser demasiado intenso si no he descansado.
─Está bien.
Regresó a la habitación. Se recostó desnudo en la cama, aunque sus pensamientos seguían en lo que acababa de pasar. En lo que habia pasado alguna de esas noches. No recordaba cual, su condición le impedía recordar fechas o situarse en algún lugar exacto en el tiempo.
'─ ¿Está Raffaello? ─preguntó de inmediato la mujer aquella, vestida de manera elegante. Con un pronunciado escote que dejaba ver que tan atribuida estaba.
─Ha salido un momento. Puedes esperarlo adentro ─había respondido. Entonces se extrañó al ver la sonrisa indignada de la mujer.
─Es algo rápido. Solo debo preguntarle algo.
─No está, regresa en un momento. ¿Le digo que te llame? ─preguntó.
La mujer respondió negando con la cabeza: ─Hablaré más tarde con él. Solo dile que he venido.
─Lo haré ─dijo. Su mirada estaba perdida en el ambiente, era demasiado cálido para ser de noche. La mujer estaba nerviosa, como si desease hacer algo rápido, estaba frustrada. ¿Qué demonios era lo que quería? Ni siquiera tenia idea de quien era hasta que todo cobró sentido con una simple revelación─. ¿Quién le digo que vino?
─Sarina Everett ─dijo mientras se mordía el labio─. Por favor, no se olvide de decírselo.
─No lo haré.
─Gracias. Que tenga una linda noche ─dijo. De repente se dio la vuelta y se alejó caminando por el sendero hasta su auto. Dejó demasiadas preguntas en la mente de Atticus, preguntas que se seguían formulando y creciendo mientras más cosas pasaban. Ella todavía no hablaba con Raffaello. Todavía esa conversación no se llevaba acabo y estaba seguro de eso porque no sentía que algo hubiese cambiado realmente y esas palabras debían cambiarlo todo'.
¡Bendita sea! Quiero dormir, no pensar. Cada uno de esos pensamientos y recuerdos tomaban fuerza cuando él se encontraba a punto de dormir. Solo tenía una opción, alargó su mano hasta la gaveta de la coqueta y la abrió sin reparos. Agarró de allí su propio medallón, que brillaba de un tono azul, siente ilusión, y lo colocó frente a la luz de la habitación. Sus ojos miraron directamente la luz que se confundía con el brillo celeste que siempre tenían sus ojos. Estuvo así unos segundos hasta que todo comenzó a cambiar.
La habitación ya no era la del departamento en el que vivía con Raffaello, sino la suya propia en el otro mundo: Astrum. Teñida de un color azul y totalmente vacía. Apenas se habia mudado y no tenía tanto tiempo para ponerle cosas, después de todo, tampoco tenía dinero para comprar cosas. Igual se sentía feliz y calmado con su cama toda esponjosa, donde se acostaba desnudo también. No tenía problemas con la ropa, pero sentir la brisa acariciándole el cuerpo era algo mágico.
Nívea estaba sentada en la cama y casi muere de un ataque cardiaco cuando vio el halo de luz aparecer repentinamente. Solo entró en calma cuando notó que era Atticus.
─Deberías avisar ─dijo intentando respirar con calma.
─Ay, no seas tan dramática ─Atticus comenzó a reírse, aunque no sentía mucha gracia─. ¿Cómo estás?
─Llena de malas noticias.
─ ¿Cómo cuáles? ─se preguntó internamente si es que nadie nunca podia tener buenas noticias─. ¿Sobre qué?
─Sobre Jenna.
─ ¡¿De Jenna?! ¿Qué le pasó ahora? ─preguntó. El sueño, la diversión, la intriga o cualquier otra emoción que debiese haber aflorado en él, se desvaneció sin dejar rastro.
─Al parecer ha estado rodeada de demonios ─dijo entonces. Sus ojos se encontraban mirando su pequeña libreta de anotaciones. Ella era del tamaño del dedo pulgar de Atticus.
─Se supone que me tocaba cuidarla, creo que soy un pendejo ─murmuró─. ¿Hace cuanto la ultima vez?
─ ¿Dos horas? ─se preguntó más a su misma.
─Con razón el medallón se había puesto de color negro ─dijo. Se dio un golpe en la mano─. Creo que debería hacer más acto de presencia a su alrededor.
─Tampoco parece que ese demonio le haya hecho daño ─comentó intentando calmarlo.
─Demonio es demonio, sin importar como actúe ─se dijo a si mismo. Se sentó en la cama y se quedó mirando a la pared que seguía siendo lisa─. El teniente va a matarme si se da cuenta de que no he estado cuidándola.
─No debería darse cuenta... ─dijo, más por pena a Atticus que porque eso fuese real─. Si se da cuenta estaríamos fritos. La otra era la ultima advertencia.
─Estaré más pendiente. Por ahora voy a dormir ─dijo, aunque en su mente pensó Ya ni siquiera voy a poder dormir.
—No te lo recomiendo —dijo Nívea. Ojeaba rápidamente las hojas de su diario.
❤️🔥❤️🔥❤️🔥
Aquí les traigo el capítulo de ayer 🥺
El drama se está poniendo intenso y va a venir creciendo durante los próximos capítulos 😏
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Amante del Infierno
FantasyJenna es una escritora frustrada y Daveen un hombre obsesionado con ella. ❤️🔥❤️🔥❤️🔥 Tras la muerte de su padre, Jenna se ve obligada a acogerse a una rutina que destroza todos sus sueños y la aleja lentamente de las letras. El trabajo en el que e...