Pensamientos oscuros,muy oscuros
El pánico de Sarina aumentó de nivel y su mirada a Jenna fue demasiado explicita al respecto.
─Dame el teléfono ─susurró.
─Jenna, eso... ¿te pasa algo? ─preguntó Raffaello, riéndose─. Estas algo rara. No puedo creer que hayas dicho eso.
─Estoy bien. Te paso a Sarina ─dijo entonces. Contenía la risa a medias, no podia parar de pensar en la cara de su amiga, eso fue un alivio al temor que se albergaba bien en su interior.
Sarina respiró con alivio. Agarró el teléfono en sus manos y se lo llevó al oído. Bastante nerviosa, mientras la pelirroja se quedaba mirándola en silencio. La tensión se convirtió en un torbellino ascendente que las iba cubriendo.
─Hablamos luego, ¿te parece? ─preguntó la joven de cabello castaño. Entonces colgó, ni siquiera parecía que hubiese esperado una respuesta. Colgó antes de cualquier posible palabra. Su mirada se dirigió a su amiga y dijo: ─No puedo creer que hayas usado un doble sentido tan evidente. ¿Qué te hizo el almuerzo?
─No fue el almuerzo, pero tampoco parece que la vuestra fuese una conversación sin ningún sentido más allá.
─Es mi secretario.
─Al que hace unos días decías que te quería secuestrar. ¿Qué pasó?
─Nada. Solo que la última vez que le vi tenía todo el pecho rajado y todavía estoy un poco preocupada por él.
─ ¿Preocupada por tu acosador?
─No es mi acosador.
─Tú dijiste que lo era ─comentó. Dio un paso atrás simulando que se iban a agarrar a trompadas como en las películas.
─Pues no lo es, vamos a dejar eso en claro.
─Hace un rato siento que ya no lo odias tanto.
─Mañana voy a hacer que traiga diez cafés grandes, así vas a ver que de verdad lo odio ─dijo riéndose.
─ ¿Y porque te sonrojaste en vez de echarme un grito? ─preguntó con una mirada picara─. Cualquier otra persona hubiese gritado directamente.
─Estamos en una oficina.
─Pero te noté demasiado sonrojada. ¿No crees que eso es demasiado sospechoso?
─Puede que sea un poco sospechoso, pero te juro que no lo es ─dijo, era como si no supiese como proseguir─. A veces te das cuenta de cosas de las que no te habías dado cuenta.
Eso dice muchas cosas, Sarina, muchas cosas.
─Vamos, ¿se gustan? ─dijo. Sus ojos se abrieron ligeramente, a la vez que se llevaba una mano a los labios.
─ Él es lindo, hablamos de algunas cosas ─dijo, mostrándose tosca─. No más preguntas, hay que trabajar.
─Ay, no puedes dejarme así. Tenemos que hablar al respecto, esta es la primera vez que estás enamorada.
─No estoy enamorada ─dijo con cierta molestia.
─ ¿Entonces que es?
─Hablaremos en otro momento al respecto, regresa a tu oficina ─. Esta vez la pelirroja notó nerviosismo en su amiga, las manos le temblaban y su mirada se debatía entre ella y el piso.
─ ¿Estás molesta conmigo?
─No ─contestó─. Voy a regresar a mi oficina.
─Lo siento.
─No es tu culpa. Solo no sé cómo expresarlo.
─ ¿El que?
─Sobre Raffaello ─dijo entonces. Apretó las manos y dio dos pasos en dirección a su despacho. Sentía que no valía la pena mencionar lo que habia pasado desde hacia apenas dos días, ¿para que ilusionar con algo que ni siquiera estaba afianzado realmente? Todavía sentía un profundo desagrado hacia el hombre. Quiero creer que siento desagrado hacia él. Lanzó un suspiro, se agarró sus propias manos. Uy, es malditamente obvio que le tengo manía.
─Sarina ─dijo Jenna.
Su amiga se detuvo y le dedicó una mirada. La pelirroja sonrió.
─ ¿Te molestaría llevarme a la librería del pueblo?
─No ─dijo entonces, tambien una sonrisa se posó en sus labios─. ¿Para qué?
─Quiero regalarle algo a mis hermanas ─comentó. Aunque en su mente solo palpitaba una idea que apenas había resurgido. Daveen es una fuerza oscura. Tenía que ver con su sueño, de ahí era que habia salido es idea, pero no la entendía del todo. No podía creerlo como verdad y... quería buscar al respecto. Daveen es un jodido sol inocente, ¿cómo va a ser un ser de la oscuridad?
─ ¿Vienen de vuelta?
─La próxima semana. Justo con mi semana de vacaciones ─dijo con una sonrisa, un poco amarga.
─Que puntería, seguro la pasaran genial las tres. Tu madre debe estar feliz por ello.
─Sí... ¿y me acompañas?
─ ¿Por qué no? ─contestó con una amplia sonrisa. Aunque en su mente no paraba de sentirse torturada, el nombre de su secretario no paraba de rondar su mente─. Nos iría muy bien dar una vuelta por la ciudad. No todo puede ser trabajo.
─Eso mismo.
─ ¿También viene él?
─ ¿Él?
─Dave.
─ ¿Daveen? No ─dijo, sonrió un poco. No estoy tan loca como para hacerle saber que sé su potencial secreto o que estoy loca. Lo que sea, es un enorme misterio─. No sabía que ya le tenías un apodo.
─Es una manera más fácil de pronunciar su nombre, pronunciar las dos e no es un reto que quiera asumir, ¿sabes? ─dijo entonces, riéndose─. Ya hasta parece cosa de practica.
─Hay nombres mil veces más difíciles de decir ─comentó.
─Pero no me vas a decir que Daveen es un nombre común. Dave suena mejor.
─Como a señor loco que obliga ardillas para cantar ─comentó Jenna. Sus ojos se dirigieron a Sarina y ambas estallaron en carcajadas. Después de eso, la conversación no duró mucho y ambas se sumergieron en sus puestos de trabajo.
❤️🔥❤️🔥❤️🔥
Banda, aquí tenemos el nuevo capítulo. Un poquito corto, eso sí, pero es que en los próximos se viene la revelación ×2, Jenna dejará de ser ignorante ante todo.
Por ahora, ¿que creen que está ocultando la Sarina sobre Raffaello? Ella se está poniendo demasiado intensa 🥺
¿Que tal les pareció el capítulo?
Adicional, ¿me gustaría preguntarles cómo dicen los nombres de los personajes?
¿Deiveen, Deivin, Daveen, Divin? ¿Sarina, Seirin, Seirina? ¿Y los demás?
Creo que los de los demonios son los más raros 🤣🤣
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Amante del Infierno
FantasyJenna es una escritora frustrada y Daveen un hombre obsesionado con ella. ❤️🔥❤️🔥❤️🔥 Tras la muerte de su padre, Jenna se ve obligada a acogerse a una rutina que destroza todos sus sueños y la aleja lentamente de las letras. El trabajo en el que e...