Capítulo 2:Alianzas a la sombra del arca

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Los pasos resonaban con un eco bajo mientras avanzaba entre las rocas, explorando la cueva donde había encontrado la terminal

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Los pasos resonaban con un eco bajo mientras avanzaba entre las rocas, explorando la cueva donde había encontrado la terminal. El diario que había encontrado sobre una vieja mesa descansaba en su mano izquierda, mientras con la derecha rozaba las paredes irregulares de piedra. Todo se sentía tan extraño, tan ajeno. La luz tenue que se colaba por las grietas de la cueva proyectaba sombras alargadas y siniestras, como si el lugar estuviera lleno de secretos esperando a ser descubiertos. Y no podía dejar de preguntarse... ¿quién había estado aquí antes?

El peso del implante en su brazo seguía presente, recordándole su realidad. No había respuestas aún, pero ese pequeño dispositivo parecía contenerlas todas. Se detuvo un momento, respirando hondo, intentando calmar su mente mientras volvía a abrir el diario que había encontrado. Páginas arrancadas. Fragmentos de información.

Valguero..., murmuró para sí misma, pasando los dedos por las hojas ajadas. 'Un refugio para los últimos rastros de vida en la Tierra.' Aquella frase, repetida en el módulo que había activado, resonaba en su mente una y otra vez. Pero había tantas preguntas sin respuesta: ¿por qué ella?, ¿qué significaba todo esto?, ¿estaba sola en ese lugar?

El sonido de un rugido distante la hizo estremecerse. Aún no había visto ninguna de las criaturas de cerca, pero los sonidos eran inconfundibles: dinosaurios. Animales que había estudiado en la escuela, pero que jamás imaginó ver en la vida real. El miedo y la fascinación se mezclaban en su pecho, pero sabía que no podía quedarse quieta.

Con el diario en mano, decidió salir de la cueva. Afuera, el cielo estaba despejado, y el sol empezaba a descender en el horizonte. El paisaje era impresionante: colinas cubiertas de árboles gigantescos, ríos que serpenteaban entre montañas, y a lo lejos, sombras de enormes criaturas caminando libremente por la llanura. La belleza del lugar contrastaba con la sensación constante de peligro que la rodeaba.

Sin rumbo fijo, caminó por el pasto sintético, el cual crujía bajo sus pies, buscando algún tipo de pista, algo que le indicara qué hacer a continuación. El implante en su brazo brilló débilmente una vez más. Curiosa, lo observó más de cerca. Parecía tener un patrón luminoso que se encendía y apagaba, como si estuviera reaccionando a su entorno.

De repente, sintió algo. Una presencia. Se agachó instintivamente, escondiéndose tras unas rocas cercanas. Sus ojos buscaron entre los árboles, y allí, entre las sombras, una figura humana apareció. Era difícil discernir si estaba sola o acompañada, pero lo que sí era claro era que no estaba vestida como un nativo de este mundo. Parecía... igual de perdida que ella.

Con el corazón latiendo rápido, se debatió entre salir de su escondite o permanecer oculta. ¿Sería alguien como ella, atrapada en este extraño lugar sin respuestas? ¿O quizás un enemigo? La desconfianza que había crecido en su pecho desde que despertó en Valguero la mantenía paralizada, pero una parte de ella ansiaba contacto, ansiaba respuestas.

El silencio se hizo aún más denso, solo roto por el susurro del viento y los lejanos rugidos de los dinosaurios. La figura humana se movía con cautela, mirando a su alrededor, como si también buscara algo o alguien.
Elizabeth-aunque trataba de mantenerse serena-sabía que no podría mantenerse oculta para siempre.

Ecos del arca: Valguero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora