El tiempo había pasado de forma extraña desde que Elizabeth había despertado sola en el vasto y misterioso mundo de Valguero. Tras encontrar el extraño módulo que le había dado las primeras pistas sobre dónde estaba, y su encuentro con Sam, una sobreviviente que parecía tan desconcertada como ella, Elizabeth comenzaba a adaptarse a esta nueva realidad. Las preguntas aún revoloteaban en su mente: ¿Qué era exactamente este lugar? ¿Por qué habían sido llevadas allí? ¿Y quién más podría estar vagando por esas tierras?
El sol empezaba a descender cuando ambas decidieron establecer un campamento cerca de la entrada de la cueva. El aire estaba cargado con el olor de la vegetación y el sonido distante de dinosaurios que, a lo largo de los días, Elizabeth había empezado a reconocer. Desde el imponente bramido de un Brontosaurio hasta los gritos agudos de los Pteranodones surcando los cielos, cada rincón de Valguero estaba vivo.
-Aún me cuesta creer que estamos aquí- dijo Sam mientras avivaba el fuego.-He estado tratando de descifrar el propósito de todo esto. Es como si alguien nos hubiera elegido específicamente.-
Elizabeth asintió en silencio, observando el fuego danzar frente a ellas.-El Arca-murmuró, sus pensamientos volviendo al módulo que había encontrado entre las rocas.-Esto es lo que nos ha traído aquí, lo que ha creado este lugar. Pero no entiendo... ¿por qué a nosotras?-
Sam se inclinó hacia adelante, su rostro iluminado por las llamas.-Puede que nunca lo sepamos. Pero lo que sí sabemos es que tenemos que sobrevivir. Y para eso, necesitamos conocer mejor este mundo, estas criaturas...- señaló hacia la densa jungla a su alrededor, donde podían escucharse los crujidos y gemidos de la fauna local.
El día siguiente amaneció con un cielo despejado, aunque el aire tenía un toque de humedad que indicaba que pronto llovería. Tras alimentarse con algo de fruta silvestre y pequeños animales cazados, las dos decidieron que su primera misión sería explorar más a fondo el territorio circundante. Si Valguero era una vasta reserva de vida, necesitarían conocer cada rincón para planificar su supervivencia a largo plazo.
-Lo primero que necesitamos es un refugio más sólido-dijo Elizabeth, trazando mentalmente una estrategia. -Algo que no solo nos proteja de los depredadores, sino que también nos sirva para almacenar suministros.-
Sam asintió, recogiendo su arco improvisado.-También necesitamos más armas. Esa lanza apenas funciona contra las criaturas más pequeñas. Si nos enfrentamos a algo más grande, estamos perdidas.-
Comenzaron a adentrarse en los bosques, siguiendo el curso de un río que serpenteaba entre las montañas. El paisaje de Valguero seguía siendo imponente: montañas altísimas cubiertas de vegetación, enormes planicies que se extendían hasta donde alcanzaba la vista, y en la distancia, la silueta de criaturas que parecían sacadas de un sueño.
A medida que avanzaban, notaron algo curioso en el suelo: rastros de otras personas. Pequeñas marcas de botas que claramente no pertenecían ni a ellas ni a los dinosaurios. Esto significaba que no estaban solas. Elizabeth y Sam intercambiaron una mirada tensa. Podría ser peligroso, pero también podría ser una oportunidad.
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Ecos del arca: Valguero
Science FictionElizabeth despierta en Valguero, un mundo artificial diseñado para preservar la vida después del colapso de la Tierra. Con un implante en su brazo, rodeada de una fauna prehistórica y tecnología avanzada, deberá descubrir los secretos del Arca mient...