Lana e Iris se despertaron al amanecer, la luz del sol filtrándose a través de la entrada de la cueva, iluminando su espacio con un cálido resplandor. El aire fresco de la mañana traía consigo el aroma de la naturaleza, y los sonidos de los pájaros cantando creaban una melodía suave que prometía un día lleno de oportunidades. Era el día perfecto para comenzar su ambicioso proyecto de construir un hogar en la zona oculta que Elizabeth había descubierto. Ambas chicas, con la determinación de hacer de este lugar su nuevo refugio, se sentaron en un área despejada, rodeadas de hojas, ramas y las herramientas que habían ido recolectando en sus aventuras.
- Vamos a necesitar un plano bien pensado -dijo Lana, desenrollando un trozo de papel que habían encontrado en uno de los módulos abandonados. Su rostro reflejaba la seriedad de la tarea que tenían por delante-. Si queremos que esto funcione, cada detalle cuenta.
Iris asintió con firmeza, sacando lápices y tizas de colores que había guardado en su mochila. La emoción de crear un espacio propio iluminaba su rostro.
- Deberíamos comenzar con el almacén y la zona de juntas. Es el corazón de nuestro nuevo hogar -propuso, dibujando en el aire con su dedo.
Ambas se pusieron a trabajar, dibujando líneas y formas, creando el diseño de un edificio de dos pisos que serviría como almacén y lugar de reunión. La idea era que este espacio no solo almacenara suministros, sino que también fuera un sitio donde pudieran discutir sus planes, compartir risas y celebrar momentos importantes juntas.
- Podríamos hacer un gran ventanal en la parte frontal -sugirió Iris-. Así podemos ver la entrada de la cueva y estar alertas ante cualquier cosa que se acerque.
Lana sonrió al imaginarlo. - Y un balcón -agregó con entusiasmo-. Así podríamos tener un espacio al aire libre donde reunirnos, especialmente cuando el clima sea agradable. ¡Imagínate tomando el sol allí!
A medida que avanzaban, decidieron que el diseño necesitaría un cerco alrededor, con caminos que conectaran cada una de las seis casas de las chicas. Este enfoque no solo les proporcionaría seguridad, sino que también fomentaría un sentido de comunidad.
- Creo que sería bueno que cada una de nosotras tuviera su propio estilo -dijo Lana-. Podemos hacer que cada casa refleje nuestra personalidad. Por ejemplo, la casa de Emily podría ser brillante y acogedora, mientras que la mía puede tener un toque más rústico.
- Exacto. Yo quiero una casa llena de luz, con muchas ventanas y un pequeño jardín en el frente -añadió Iris, imaginando su espacio ideal con flores y plantas que decoraran su hogar.
Después de definir el almacén y las casas, comenzaron a pensar en la distribución de un invernadero y un huerto, esenciales para su supervivencia. La zona era lo suficientemente amplia como para cultivar diversas plantas y hierbas, lo que les permitiría ser autosuficientes.
- Si cultivamos nuestros propios alimentos, no solo será más seguro, sino que también nos dará un sentido de logro -comentó Lana, visualizando los campos llenos de vida.
- Y no olvidemos el área para los corrales de los dinosaurios -recordó Iris-. Necesitamos asegurarnos de que tengan suficiente espacio y seguridad. Podríamos hacer cercas altas y fuertes para protegerlos.
Las chicas pasaron horas dibujando y discutiendo, transformando sus ideas en un plano coherente. Con cada trazo, su entusiasmo crecía; podían visualizar su futuro en ese lugar. La conversación se volvió animada mientras cada una comenzaba a imaginar cómo sería su día a día en esa nueva comunidad.
- Ahora, hablemos de las entradas -sugirió Lana, pensando en la seguridad-. Sería inteligente tener dos grandes puertas, una al inicio y otra al final de la cueva. Así podríamos controlar mejor quién entra y sale.
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Ecos del arca: Valguero
Science FictionElizabeth despierta en Valguero, un mundo artificial diseñado para preservar la vida después del colapso de la Tierra. Con un implante en su brazo, rodeada de una fauna prehistórica y tecnología avanzada, deberá descubrir los secretos del Arca mient...