Capitulo 18:Domesticado Dinos farmeadores

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Las chicas estaban llenas de energía después de ese increíble despertar que les dio elizabeth y un delicioso desayuno preparado por Iris en el campamento. El sol comenzaba a asomar tímidamente por encima de las montañas, iluminando el paisaje con su luz dorada. El olor del fuego aún permanecía en el aire mientras recogían lo necesario para emprender la búsqueda de Ankylosaurios. Sabían que estos dinosaurios serían claves para recolectar metal de manera eficiente, un recurso esencial para las construcciones que tenían en mente.

Elizabeth, sentada cerca de la fogata, observaba el ir y venir de sus compañeras mientras revisaba su diario. A lo largo de los días, había documentado cada encuentro, cada nuevo descubrimiento en el Arca. Hoy, sus notas se centraban en los Ankylosaurios, criaturas robustas y poderosas, capaces de destrozar rocas con la fuerza de su cola.

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Entrada en el diario de Elizabeth - Día 27 en el Arca

El objetivo de hoy es claro: encontrar y domesticar Ankylosaurios. Son perfectos para recolectar metal debido a su fortaleza. He leído que son animales tranquilos, siempre y cuando no se sientan amenazados. Lo más difícil será mantener alejados a los depredadores mientras lo hacemos. Aunque el proceso de domesticación será lento, valdrá la pena. Las herramientas y estructuras que podremos fabricar con el metal nos permitirán mejorar nuestra base y aumentar nuestras posibilidades de sobrevivir en este entorno salvaje.

Hasta ahora, hemos visto un par de rastros cerca de la montaña. Tengo la sensación de que hoy será el día en que logremos nuestro objetivo. Fluffy, por supuesto, sigue siendo mi fiel acompañante.

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Cerrando el diario, Elizabeth acarició la pequeña cabeza de Fluffy, la nutria que había domesticado hace poco. La criatura se había vuelto inseparable de ella y solía acomodarse en su regazo mientras Elizabeth trabajaba o escribía.

—¿Todo listo? —preguntó Elizabeth, levantándose y ajustando su mochila.

—Sí, tenemos suficiente para una expedición larga —respondió Emily, quien estaba terminando de afilar una lanza junto a Sam. Las dos habían estado trabajando en un nuevo diseño, más resistente y ligero, para protegerse mejor en las montañas.

Emily miró a Sam con una sonrisa orgullosa y añadió: —Rappy también está lista. Ella y yo nos aseguraremos de mantener el camino despejado.

Sam, más enfocada en su trabajo, asintió sin decir mucho. Había pasado la última media hora asegurándose de que todas sus herramientas estuvieran en perfecto estado.

—Perfecto, entonces vamos —dijo Elizabeth mientras echaba un último vistazo a la zona antes de partir.

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El grupo se adentró en el denso bosque que rodeaba la base de las montañas. El camino era rocoso y empinado, pero todas sabían que encontrar Ankylosaurios les daría una ventaja significativa. Mientras caminaban, Elizabeth anotaba cualquier detalle importante que pudiera servir para futuras expediciones.

A medio camino, Sam rompió el silencio.

—¿Qué crees que encontremos primero? ¿Un Ankylosaurio o algún depredador? —preguntó con una mezcla de seriedad y humor.

—Con suerte, solo encontraremos Ankylosaurios —respondió Elizabeth, sonriendo—. Aunque no estaría mal toparse con uno de esos dinosaurios bola de los que hablé antes, los Doedicurus. Podrían ser útiles también.

Emily se rió mientras Rappy caminaba junto a ellas, siempre alerta.

—Sea lo que sea, tenemos que estar listas para cualquier cosa. Este lugar nunca deja de sorprendernos.

Ecos del arca: Valguero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora