FC. cap 11 !

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—Uff, que mujer.

—¿Te caíste del cielo a caso?

—Porqué sos alto sorete de pájaro.

Mire a Franco con el ceño fruncido, el me miro con una sonrisa inocente y no pude evitar soltar una risa.

Acomode la tira de mi vestido, mirándome a través del espejo, acomode un poco mi cabello y mi vista se dirigió a Franco, quien estaba acostado en la cama con su mirada sobre su celu, ya vestido, peinado, listo y esperando que yo termine.

—Ahora si, ¿como me veo?— volte a ver a mi pareja y espere su respuesta —y como digas una boludes como dijiste recién, te quedas acá.

—Eyy, me costo mucho pensar en eso— se quejo —vos no aprecias mi esfuerzo.

Lo mire fijamente, esperando una respuesta no absurda.

Iríamos a una boda, de unos amigos cercanos, era una seremonia bastante formal y teníamos que ir presentables, tanto Franco, como yo.

—Te vez hermosa, y se que no hace falta decírtelo para que lo sepas— su vista subió y bajo por mi cuerpo —pero no esta nada mal recordartelo...

La mirada de Franco corriendo por mi cuerpo,e dio a entender que no me veía tan mal. La verdad es que saber que Franco siempre me mira de esa forma, y el hecho de que el se sienta tan atraído físicamente, me sube bastante el ego.

Sería preocupante para mi que Franco deje de verme atractiva y tire sus chamuyos extraños, pero también seria fácil saberlo.

Porque Franco no es para nada disimulado, y no se guarda nada.

—¿Que hora es?— pregunte terminando de colocarme los aritos.

—Las nueve.

—Me pongo perfume y vamos yendo.

Mi pareja asintió.

—Tomate tu tiempo, no pasa nada si llegamos unos minutitos tarde— dijo despreocupado jugando con su teléfono.

A Franco no le importaba si terminó en cinco minutos o cinco horas, el esperaría todo el tiempo del mundo sin drama.

Cuando finalmente termine de alistarme agarre mi bolso y salimos con Franco, en camino a la boda.

La ceremonia fue hermosa, la novia estaba preciosa y el novio apenas la vio se largo a llorar. No perdí de vista ningún detalle de la iglesia, desde los claveles que llevaba la novia en su ramo, el encaje de la cola del vestido que se deslizaba por el suelo.

El pequeño que llevaba los anillos a los novios se veía tan adorable en su pequeño traje, con su moñito.

Sentí la mano de Franco acariciar mi mejilla, seguida por un beso en esta, yo lo mire.

—¿Estas bien?

No fue hasta escuchar su pregunta en un susurro que note que un par de lágrimas rebeldes bajaron por mis mejillas.

Rápidamente las seque, temiendo arruinar mi maquillaje, le di una sonrisa a mi pareja y asentí, asegurándole que estaba bien. El asintió de vuelta y agarro mi mano entre las suyas y siguió mirando a los novios.

Pocos minutos después de que terminará la seremonia en la iglesia, fuimos a lo que sería la fiesta finalmente.

Con Franco nos manteníamos al lado se la mesa donde estaba la comida, cada uno con su plato y tirábamos chisme acerca de los invitados que nos caían mal.

—Y ese es el tío, creo que me dijo Marco que era re rata mal— murmurro mi novio mientras mirábamos a un hombre acompañado de sus hijos —No, y además me dijo que.

—Ayyy hola— fingió una toz y sonrio —usted es el tío de Marco, soy Franco un amigo— extendió su mano y saludo hombre.

Quien se había acercando a nosotros de un momento a otro, tomándonos desprevenidos.

—Ella es Sami, mi mujer.

—Un gusto— salude amable.

El hombre devolvió el saludo y dijo que sus hijos eran fans de Franco, y nada, lo usual, se tomaron unas fotos, unos autógrafos.

La rutina diría yo.

Franco se quejo jugando con los nenes a un lado, mientras que a mi me había hecho una seña la novia, así que me acerque a ella y hablamos durante un rato.

—Cuando tire el ramo, quiero que lo agarres vos Sami— me dijo emocionada.

Yo abrí los ojos y negue rápidamente.

—Dale sami, Franco y vos son todo lo que están bien.

—Si, ya se, pero no quiero apurar las cosas, estamos bien así como estamos— me encogí de hombros.

—¿Vos crees que a Franco le guste la idea?

Raramente no pude responder al instante, por una parte quería decir que si, que el estaría feliz por que yo atrape el ramo.

Pero no podía asegurarlo por el, a mi me gustaría, casarme ahora, en unos años, sería igual de feliz mientras sea con Franco.

—Sami no sabes, el pendejito ese de haya me cago el final se la novela que estábamos viendo.

—¿La de telefe?

—Si de la pendejita esa que no soportas— se quejo —re maldito.

—Todo porque es gallina y le dije descendido— se encogió de hombros —si no se aguanta la verdad que se cague, quien lo manda a ser de river.

Yo rode los ojos y la novia soltó una risa.

—¿Que te dije de pelear con nenes Franco?

—Me provoco— se justifico, en un tono de nene chiquito.

Pasamos el resto de la fiesta en la pista de baile, con la música de fondo y la mayor parte del tiempo con alguna comida o postre en la mano.

Sonaba la canción de Downtown, me había estado apareciendo mucho en tiktok esta última semana, tanto el tend como edits de este mismo.

La mano de Franco se posaba sobre mi espalda baja, con la otra me dio una vuelta y me miro con una sonrisa divertida.

Cuando sono la parte del trend ambos empezamos a bailarlo porque, obviamente obligue a Franco a aprenderselo conmigo.

—Sos un atrevido— me reí acercandome a el cuando termino la canción.

—Me hiciste aprenderme ese baile, mínimo teníamos que hacerlo— se burlo y nuevamente me agarro de la mano para darme una vuelta.

Decidimos darnos un descanso de tanto baile, tanto movimiento y nos alejamos del resto de los invitados.

Franco se apoyo contra una pared con una copa en la mano, yo estaba frente a el mientras miraba a los novios celebrando junto a sus invitados.

—¿Pensaste en nosotros casados?

La pregunta hasta a mi me sorprendió, salió sin que yo quisiera y mire a mi pareja.

Miraba a los novios el también, con una sonrisa tranquila y serena en su rostro, me miro a los ojos y asintio.

—Todos los días.

la mujer de mi vida | Franco Colapinto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora