FC. cap 13 !

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Si bien, la actitud coqueta de Franco siempre fue algo que me enamoro, hasta de chiquitos, creo que también sin duda dio motivos de que hablar a las personas.

Apenas mi pareja llego a las fórmula uno, como es común le hicieron varias notas, pero por redes sociales se hicieron virales unas más que otras.

—Mi favorita es esta; Franco cola que veo, cola que pinto— se río el —una imaginación tiene esta gente.

—Bien que vos le das contenido— bromee sentandome a su lado en la cama.

—Es que es muy bueno Sam.

Rode los ojos y me acerque a él apoyando mi cabeza en su hombro. El chico paso su brazo por mis hombros para atraer me hacia el.

Me moví ligeramente en mi lugar, algo incomoda, mirando el celular de Franco, pero no prestaba atención lo que aparecía en la pantalla.

—¿Estas aburrida?— asentí sin decir nada —¿Que podemos hacer para que se vaya el aburrimiento?

Me enderece y lo mire sin decir nada todavía, mi novio me devolvió la mirada y pensó por unos segundos.

—Dame tu mano— estire mi mano, el la tomo con delicadeza y dejo un beso en mis nudillos.

—Vamos a salir un ratito.

Se levantó de la cama, busco sus zapatillas por el piso y se las puso rápidamente, me miro y dijo que vaya así como estaba, que me ponga las zapas para salir.

Hice caso, no estaba con ropa tan de entre casa, así que creo que estaba safable.

Salimos de la casa y subimos al auto, puse algo de música para el camino y Franco encendió el motor. No me dijo a donde iríamos, hablo poco y nada durante el viaje, lo cual era raro.

Palabras era algo que nunca le faltaban a Franco.

—¿Paso algo?

—No, ¿por?

Negue con la cabeza y dejamos ahí ese tema.

—Sabes que el otro día.

El momento de silencio finalmente había terminado, y Franco salió con su storytime sobre su último GP.

Este fin de semana teníamos que viajar a México, para que Franco comience sus prácticas para la carrera. Ya teníamos todo preparado y simplemente esperábamos a que llegue el día, hace mucho no visito México y la verdad unos días allá me van a relajar mucho.

—Voy a volver negro de México— se río el chico.

—Hoy tengo que ir a una sesión de fotos para la revista ¿venis?— me miro y yo dude por unos segundos —veni porfa, quiero que estés ahí.

—Para hacerte el lindo nomas— rode los ojos y reí.

—Y si, ¿para que me quiero hacer el lindo si no va a ser para mi mujer?

Finalmente accedí y llegamos a un lugar para tomar algo, unas fotos por acá, otras por allá, siempre es la misma rutina. Salir con Franco era eso.

Intentaba caminar entre la gente, pero se me atravesaban y me era difícil entrar al lugar o simplemente movilizarme cómodamente.

—Chicos por favor, me voy a sacar fotos con todos, lo único que pido es que dejen pasar a mi mujer, necesita espacio— en un momento Franco pidió algo de calma y cuando la gente se calmo agarro mi mano y me atrajo a su lado para que entre al lugar.

Salir con Franco también era eso.

La prioridad del piloto siempre era yo y asegurarse de que este segura y cómoda, sabía como odiaba las aglomeraciones y era muy cuidadoso de hacer notar este detalle a toda su gente.

Mire a mis espaldas y mire a Franco sacarse fotos con sus fans, una chica se acercó a él y descaradamente tomó su mano para que la posara en su cintura, yo la mire confundida.

Rápidamente Franco quito su mano y sonrio a la cámara para alejarse de la multitud.

—Creo que termine.

Se acercó a mí y tomó mi mano para buscar una mesa y sentarnos para pedir algo.

Al pasar los minutos la comida se había acabado y comenzamos a charlar normalmente, planeando nuestros próximos días en México y que haríamos allí.

Los dueños del local, y aparentemente fans de mi novio, se acercaron a nosotros y felicitaron a Franco por su buena actuación en las carreras.

—Gran parte del mérito lo tiene ella— dijo señalandome con la mirada y sonrio —ella es mi motivación para subir a ese auto día a día, quiero ser un mejor piloto solo para ser el hombre que se merece ella, se merece a alguien que valga la pena, no uno cualquiera.

Si había algo que me gustaba más que nada de mi novio, además de su humildad y el hecho de que no reconozca sus triunfos solo por el, sino por todo aquel que lo ayudará y apoyara, era que el siempre hacia mención a mi, prácticamente me ponía en un pedestal, todo el tiempo lo hacía.

Unas horas más tarde nos encontrábamos en el lugar donde le harían la sesión de fotos a Franco para la revista Forbes.

No se que me emocionaba más, que Franco salga en la portada de una revista, o ver a mi novio apoyado contra un auto con un traje que le quedaba muy bien y con su sonrisa coqueta que me enamoraba más.

—Franco, por favor, mira a la cámara.

Retaron nuevamente a mi novio, que cada dos por tres se distraía y dirigía su mirada a donde estaba yo, me tiraba sonrisas o me guiñaba un ojo.

Le dieron un pequeño descanso y Franco se acercó a mí con una sonrisa divertida.

—¿No sabes mirar a una cámara Colapinto?— bromee apoyando mis manos en sus hombros.

—¿Podes culparme? Tenía tremendo bombón a pocos metros míos, no podía evitar distraerme.

Se acercó y apoyo sus manos en mi cintura, dejando un beso en el hueco de mi cuello.

—Vos me provocas, es tu culpa.

Rode los ojos y acomode el cuello de si camisa.

—Te queda divino el traje.

—Todo me queda divino, ¿pero sabes que es lo que me queda aun mejor?— negué y espere a que continúe —Tener a la mujer más hermosa y perfecta del mundo, eso me deja en el top.

Solte una risa ante su chamuyo, lastimosamente no pudimos hablar mucho más ya que lo llamaron para que continúe con la sesión.

De un momento a otro Franco se encapricho de que quería que salga en al menos una foto, yo me negaba puesto a que la sesión de fotos era suya, pero cuando a mi novio se le pone algo en la cabeza nadie se la saca.

Se acercó rápido a mi y me llevó al lado del auto, me dio una vuelta y comenzó a tirarme chamuyos.

—Si creen que conmigo van a tener éxito con las fotos, pongan una foto suya y se vuelven locos— insistía.

Los del set se reían y nos grababan a Franco y a mi.

Finalizó la sesión y habían un par de periodistas en la puerta esperando hacerle una nota a Franco, yo le dije que iba al baño y que seguramente saldría por la puerta de atrás, el asintió y se fue a dar la nota.

Pero al salir del baño me dijeron que la única salida habilitada era la trasera, así que fui nuevamente con Franco.

—Notamos una insistencia con que tu novia aparezca en los videos y fotos ¿por algo en particular?— pregunto un periodista.

—Bueno, con una novia como ella ¿quien no quisiera presumirla— sonrio y luego nego —no hay tal razón, quiero que este lo más cerca mío posible.

—Ella merece ser tan o más reconocida que yo, mi mujer fue de las pocas que me acompaño en este camino, quien estuvo cuando yo no era nadie, cuando nadie me conocía.

—Si estoy donde estoy, no es por mi, es por toda la gente que estuvo a mi lado, mi familia, mi equipo, mi gente y mi mujer, ella lo es todo.

la mujer de mi vida | Franco Colapinto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora