—Ha sido una buena idea —le digo a Sergio, que camina unos pasos delante de mí.
Me mira por encima del hombro y levanta la comisura de los labios.
—No parezcas tan sorprendido.
—Las vistas son increíbles.
—Aún no hemos llegado al lugar.
—Esa no es la vista de la que hablo.
Corro hacia él y le doy un pellizco en su delicioso culo. Me ha estado tentando durante toda la caminata, rebotando bajo el fino material de sus pantalones cortos deportivos gris oscuro.
Sergio se da la vuelta, me rodea la cintura con los brazos y me atrae hacia sí para besarme. Sus labios sellan mi boca antes de que deje que su lengua se salga con la suya. Es firme y familiar, y la sensación es increíble.
Y como estamos en un lugar totalmente apartado y sin nadie alrededor, bajo la mano sobre la polla cada vez más gruesa de Sergio.
—No deberíamos —murmura contra mis labios.
—Deberíamos.
Y lo hacemos.
Buscamos un lugar aún más apartado, a unos metros del camino, y nos la chupamos mutuamente. No hay nada como el sexo al aire libre y, una vez que hemos satisfecho nuestro deseo primitivo, reanudamos la marcha.
—¿Falta mucho? —pregunto.
—Ya casi. —Sergio me coge de la mano y sonríe—. ¿Así está bien?
—Creo que aún tienes un poco de mi semen en la barbilla. —Alargo la mano y se la limpio—. Y sí, cogerme de la mano está bien.
Está más que bien, en realidad.
Estoy tratando de mantener las cosas bajo control y no dejarme llevar demasiado. Que Sergio sugiriera tener una cita falsa sin invitar a la prensa no significa nada. Probablemente sólo necesita cambiar de aires.
Sigue trabajando muchas horas y no ha vuelto a mencionar a Ventura, así que supongo que no ha habido progresos en ese frente. Un paseo dominical por el bosque del interior de la Gold Coast para despejar el aire, y las cañerías, es justo lo que necesita para alejarse del estrés de su vida.
Sí, sigue diciéndote eso, Maxie, repite mi estúpido subconsciente.
A pesar de recordarle a Sergio que no se ponga pegajoso cada vez que puedo, la verdad es que lo hago tanto por mi bien como por el suyo.
Quizá más mío que suyo.
Los últimos meses no han sido sólo un poco de diversión con una pizca de sexo caliente y multimillonario.
Realmente me gusta conocer a Sergio. Siempre sospeché que debajo de su comportamiento difícil de leer, había una buena persona. Y tenía toda la razón.
Es un gran trabajador, que se deja la piel siete días a la semana para dirigir su empresa familiar. Se toma la responsabilidad en serio.
Es amable. El hombre ha contratado a un chef y dona comida a los sin techo todos los días por el amor de Dios.
Quiere a sus hermanos y es protector con ellos.
Me hace preguntas discretas sobre Lando, y sé que lo hace para comprobar doble, triple y cuádruplemente que es un buen hombre. No quiere que Carlos sea lastimado de nuevo.
Y está preocupado por Fernando. No ha entrado en detalles, pero cree que le está ocultando algo.
Y es gracioso. Sergio Pérez Mendoza tiene sentido del humor. ¿Quién lo diría? Es rápido de reflejos y devuelve cualquier mierda que le lance con facilidad y una gran sonrisa en la cara.
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i don't know, bet you wanna try [chestappen]
Fiksi PenggemarSergio Pérez y Max Verstappen con una falsa relación (no tanto) y algunas vibras de Pretty Woman.