Flufftober 2024 🎀 | Katsudeku

4. Curar Heridas.

⚠️ AU Chiquitos 4 Añitos⚠️
💕 Parte Uno: Soft e "Inocente" 💕
☕️ ¡Disfruten! 🥯

Podía camuflarse con el entorno si así lo desea, como un arbusto entre los árboles. El soleado y hermoso día resplandeciente sobre sus cabezas, el sonido de los pájaros y la naturaleza como siempre siendo tan tranquila y entrañable para Izuku. Es el último en la fila pero eso no importa, era un miembro importante de la banda liderada por el niño más genial de su jardín. Kacchuki.

— ¡Forward march and here we go, members of Agency Bakugo!

El inglés de Kacchan es increíble. Se detuvo antes de continuar siguiendo los pasos de sus compañeros. Cruzar aquel arroyo en un tronco elevado a una considerable altura le daba miedo, si se golpeaba su madre lo colgaría, eso seguro. El líder de la agencia cruzaba como si nada, los demás lo siguieron con normalidad. Aunque en un inicio se le atravesó la idea de regresar a casa por donde vino, se convenció de que tiene que ser un niño valiente. El no es débil, es un niño inteligente, sano y muy fuerte. Reanudó sus pasos detrás de los niños y oh no, su pie resbaló. El sonido de chapoteo del agua desvío la mirada de los presentes hacia el pequeño empapado y adolorido en el riachuelo.

— Midoriya es un tonto. Mírenlo, no pudo cruzar como nosotros — Las burlas aparecieron. No paraban de reírse del pobre niño.

— No sean idiotas — Bakugo chiquito bajo al río, extendiendo su mano a Midoriya — ¿Estas bien Deku?

— Si p-pero — Los sollozos no se disimulaba por más que quisiera con el agua del río — M-Me duele e-el cuerpo.

— Deku idiota, te raspaste la rodilla — Pacientemente hasta que el chico se puso de pie, dejó un golpe leve en la frente de Izuku.

— ¡Bakugo! ¿Falta poco para llegar al lugar no?. Ven, vamos — La bola de infantes lo esperaban.

— Pero, ¿Y Deku? — Cuestionó con su caracteristico ceño fruncido.

— Deja a ese inútil bueno para nada ahí y vamonos. Quizá así se muera y en su próxima vida obtenga un don — Las risas escandalosas de las víboras regresaron.

— Oh, ya veo — Bakugo caminaba regreso al tronco, abandonando a Izuku con sus prendas empapadas.

Kacchan es un buen niño con el. Sabe que cuando lo molestan, Kacchan lo defiende. Si Izuku necesita algo, Kacchan lo consigue y si alguien pone a discusión la fidelidad del explosivo hacia Izuku, el los hace explotar. Las palmas de Bakugo se posicionaron por debajo del tronco, provocando una explosión y por ende, el tronco cayó en el río. Las hienas yacían en el suelo sobandose sus estúpidos traseros.

— Malditos ineptos. No dejaré a Deku porque ustedes me lo ordenen, recuerden a quien le hablan — Amenazaba un sonriente Kacchuki — Vamos Deku, te cargo.

Dicho eso, el niño con don doblegó sus rodillas al nivel requerido para que el niño sin don se subiera en su espalda, agarrando los muslos del pequeño herido entre sus palmas y sacarlos del hueco donde estaban. Los idiotas que fueron lastimados por su culpa no importaban, ellos merecían la muerte, Deku no. Los picos rubios le hacían cosquillas en su nariz ocasionandole un estornudo.

— ¡Achu!

— Salud — Hablo con amabilidad extraña — Falta poco, con este sol no creo que te resfries.

— Gracias Kacchan.

Decidió acunar su rostro entre el cuello y hombros de Kacchuki. Sabía que su persona era fuerte, pero la fuerza de su amigo para cargarlo en su espalda y mantener su peso en su lugar es golosal. De pronto debería aceptar la invitación a hacer la rutina del rubio todas las tardes en el patio de la casa de los Bakugo. Él suele ir algunas tardes que su mamita visita a la mamita de Kacchan. El de ojos rojos siempre lo invita hacer ejercicio, pero el pecoso se niega y sigue garabateando en su libreta su informe. Aparentaba entender lo que escribía, pero ni el sabía que decía ahí. Solo sabía que Kacchan es increíble, eso suele escribir en su cuaderno.

— Kacchan — Recibió un gruñido para saber que podía seguir, se sentía algo culpable — ¿Por qué no continuaste la aventura con los demás? No quería que te perdieras de ir a ese lindo lugar.

— Ellos no saben donde es, soy yo. Y quería ir para mostrarte a ti, no a esos mocosos — Confesó con cierto rencor.

— Se te olvida que también somos unos mocosos.

— Si pero nosotros somos menos mocosos. Siéntate ahí, traere algo para que te cambies — Un sonrojo suave se acentuó en las mejillas del rubio. Izuku asintió.

La casa del árbol. Una guarida muy linda con dibujos, posters y logros del niño, también unos cuantos muebles. Kacchuki lo dejo en el suelo de la casa y bajo por las escaleras. Ya conocía todo lo que había en ese lugar, en las paredes de madera estaban todos los dibujos que Bakugo y él hicieron desde el día 0 de su amistad. Cuando estaba aburrido en su casa suele pintar a su amigo con su traje de héroe diseñado por el mismo ganando las batallas, ¡Kacchan siempre es genial! La presencia del explosivo se hizo presente nuevamente con una maleta que es un botiquín por su apariencia y una toalla con ropa, obviamente del rojizo. No quería que la mamá de Deku lo matará por permitir que le pasará eso al bebé, no señor.

— Creo que es de tu talla, un poquito grande pero servirá.

Las esmeraldas de párpados rojos por llorar lo miraron estupefactos, casi sin creerlo. ¡Usaría la ropa de Kacchan! Hoy es su día de suerte. Recibió la ropa y se dispuso a quitarse la suya.

— ¡No enfrente mío, Idiota! — La cara roja de Kacchan lo saco de onda. ¿Por qué se ponía rojo? ¿Tenía fiebre? — Estaré afuera mientras te cambias.

Fue lo último que dijo el rubio antes de abandonarlo por segunda vez en la casa del árbol. Con el cuerpo adolorido pero aún funcional, fue despojando la ropa mojada en el suelo y colocándose la que le prestó. Se miró en el espejo de la instalación y claramente le quedaba un poco más grande pero nada del otro mundo. Asomó su melena verde y le hizo señas al dueño de la casa para que regresará con el. Kacchuki no tardó en subir y un leve carmín decoraba sus mejillas. Izuku juraba que tenía fiebre. Por indicación del aspirante a héroe se sentó en el puff naranja del lugar, el otro se hizo frente a él arrodillado y entonces, observó como el cenizo hacia una bola regordeta de algodón y le echaba alcohol.

— Esto te va arder pero tienes que ser fuerte Deku, estira la rodilla — Con miedo, Izuku siguió la orden y volteó su rostro para no ver lo que pasaría. El otro llevó el objeto a su herida.

— ¡Ayyy! Duele Kacchan ahgg — Se retorcía del dolor y agarraba fuerte el hombro del enfermero sin título, quien soplaba rápidamente la herida.

— ¿Mejor?

Dirigió su vista a la herida, ya no había sangre en ella y le ardía pero poco. Asintió tímidamente al ver los iris rojos de Kacchuki, quien le sonrió y colocó una curita en su raspón, presionando para asegurar de que no se cayera para después darle un tierno beso sobre ella. Esta acción hizo que un calor subiera a su rostro y se sintiera extremadamente nervioso con la presencia del rubio. De alguna forma y como si fuera contagioso, Kacchan compartía el mismo tono al incorporarse. Se miraron con un sentimiento extraño en sus infantes corazones.

— ¿Cómo sabes curar heridas Kacchan? — Preguntó con curiosidad.

— Ya me ha pasado antes y he tenido que hacerlo por mi mismo — Alardeó su amigo.

— ¡Eso es increíble! — Los ojitos verdes brillaban. El de ojos rojos no pudo sostenerle la mirada, volteando por instinto contra los nervios.

— D-Dejaré esto en su lugar, ya vuelvo Iz-Deku.

Y sin más que decir, Kacchuki se fue por tercera vez del lugar e Izuku fue a mirarse en el espejo. ¿Que le estaba pasando? ¡Ahora también tenía fiebre! Seguro con el beso que Kacchan le dio en su rodilla sanaría y por ahí derecho le contagió la fiebre.