Kin[k]g

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Sorpresa UwU, el tan esperado one shot.

BUENO, sé que mis notas siempre van al final del one shot (y habrá otra nota ahí), pero es que me veía en la obligación de advertir de que me pasé de intensa. O sea, de normal soy intensa pero me pasé. De verdad que si alguien tiene pensado ir al cielo, skip a este one shot porque yo te aseguro que no subes. No sé qué me poseyó aquí pero literalmente todo el one shot es nopor.

Si estás buscando sexo gay explícito, estás en buen sitio, I guess. Que luego no digan que no advertí, nos vemos en el infierno uwu.

 Que luego no digan que no advertí, nos vemos en el infierno uwu

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Autora: Sandra M.P.

[NO COPYRIGHT 2024]

[SMUT] [+18] [ABUSOS, AGRESIÓN, CONTENIDO CRUDO Y DELICADO]

—¡Maldito! ¡Regresa aquí!

El rubio corrió con todas sus fuerzas, abrazando la hogaza de pan en su pecho al mismo tiempo que saltaba por encima de algunos barriles y cajas. Sus pies descalzos ardieron cuando pisó algunas, se rompieron, y algunas astillas terminaron clavándose en la planta de sus pies.

—¡Eh! —una mujer mayor recibió un fuerte empujón que la arrojó al suelo.

—¡Disculpe! —gritó sin detenerse. Su corazón se apretó un poco al haber empujado a la anciana sin querer, con tanta fuerza. No la vio.

Para su fortuna, ni los civiles ni otros mercaderes intentaban detenerlo, porque a muchos les daba igual.

Eran tiempos de pobreza y miseria para muchos, así que los robos se producían constantemente.

—¡Ahí!

Recibió un fuerte golpe en la barriga que lo dejó sin aire y acabó desplomándose de rodillas al suelo. La hogaza de pan cayó, ensuciándose con la arena y la tierra, y su rostro se frunció con una expresión de dolor mientras sentía que el calor se expandía en la zona golpeada previamente.

Un fuerte tirón en su pelo hizo que le ardiera el cuero cabelludo y se levantara sin dejar de apretar su rostro.

—Así que un ladrón. —el hombre lo miró como si fuera una hormiga a punto de ser pisoteada.

—¡Mil gracias, mi señor! —el mercader al que le había robado la hogaza de pan se acercó haciendo mil reverencias hacia el guardia que lo había detenido como si fuera su salvador.

De todas formas, la hogaza de pan se había echado a perder.

—Ya sabes lo que les sucede a los ladrones. —ignoró por completo al mercader y lo arrastró tirándole del pelo. La multitud iba haciendo hueco para que el guardia pasara entre ellos. Recibió miradas y cuchicheos por parte de toda la plaza, pero e él sólo le importaba una.

Tragó saliva y se llevó un dedo a los labios, en un gesto que le indicaba a aquellos pequeños ojos llenos de lágrimas que guardara silencio.

De todos modos, no había nada que su hermana de diez años pudiera hacer allí.

Hyunlix | One Shots (Lixjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora