"Después de la trágica muerte de su madre, T/N y su familia buscan sanar la perdida en un nuevo lugar.
En su trayecto, descubre un vínculo inesperado con Eren Jeager atormentado por sus propios demonios familiares, problemas sociales y de personali...
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—Pffff, ¡jajajaja! —T/N se cubrió la boca, intentando no reír demasiado fuerte.
—Vamos, ¿vas a negar que Jean no se parece a un caballo? —Eren salió del baño, con el cabello aún húmedo, mientras se pasaba la toalla por los hombros y comenzaba a lavarse los dientes frente al espejo.
T/N le lanzó una mirada cómplice, intentando mantener la compostura, pero no pudo evitar soltar una risa más.
—No es eso... es solo que... ¡pobre Jean! No es su culpa tener esa cara, ¡jajaja!
Eren se detuvo un segundo para mirarla a través del espejo, con una sonrisa apenas disimulada mientras continuaba cepillándose los dientes.
—No seas hipócrita, tú fuiste la primera en decirlo, ¿recuerdas? —murmuró con la boca llena de espuma.
T/N lo miró fingiendo sorpresa.
—¿Yo? ¿Decir algo así? Jamás... soy un alma pura e inocente —dijo, poniendo una mano en su pecho dramáticamente.
Eren soltó una carcajada, escupiendo un poco de pasta de dientes en el proceso.
—¡Ah sí! Inocente... claro... —replicó él entre risas.
De repente, un golpe en la puerta los interrumpió. Ambos se quedaron en silencio de inmediato, y Eren, sin decir palabra, se llevó un dedo a los labios, indicándole a T/N que no hiciera ruido. Luego terminó de cepillarse los dientes apresuradamente.
—No hagas ruido... —susurró antes de preguntar en voz alta—. ¿Quién es?
Desde el otro lado de la puerta, la voz profunda de Zeke resonó.
—Soy yo, quien más va a ser idiota.
T/N abrió los ojos de par en par, el pánico recorriéndole el cuerpo, y sin pensarlo dos veces, se deslizó rápidamente debajo de la cama, conteniendo la respiración. Eren se acercó a la puerta y, tras un breve suspiro, quitó el seguro y abrió apenas lo suficiente como para asomar la cabeza, con la toalla aún en la cintura.
—¿Con quién te reías? —preguntó Zeke, echando un vistazo por encima del hombro de Eren, tratando de mirar al interior de la habitación.
Eren, manteniendo la calma, se interpuso hábilmente en el marco de la puerta, bloqueando la vista de su hermano mayor.
—Estaba hablando por teléfono —respondió con naturalidad, apuntando al dispositivo que descansaba sobre la mesa de noche.
Zeke lo miró un momento, como si intentara descifrar si decía la verdad, pero finalmente asintió, aunque no del todo convencido.
—Apúrate. Papá quiere que vayas a las oficinas a recoger unos documentos importantes —dijo Zeke con su tono habitual de superioridad.
—Bien, ya voy —respondió Eren, listo para cerrar la puerta y calmarse.
