「Por Amor」

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Tiempo atrás en el bosque encantado... se llegaba a creer que el legado Van Helsing se había acabado.
O al menos eso pensaba el profesor, el cual estaba en su estudio lamentándose entre alcohol y libros antiguos.

—Podemos encontrar una solución —Hablo Verónica en voz baja entrando a su oficina —Puedo-

—No se puede —Respondió el profesor sin levantar su cabeza del escritorio —Es una maldición.

Habían acabado con Dracula ¿pero a que costo? Van Helsing ahora era un hombre lobo, los licantropos y chupasangre habían estado en guerra y ahora gracias a él esa pelea había terminado junto con su legado porqué por palabras del propio profesor.

Ahora él también era un mostruo de la oscuridad.

Tan equivocado no estaba.

Verónica torció los labios y salió del estudio para luego bajar las escaleras de la mansión y llegar a la sala donde su esposo la esperaba admirando algunas de tantas joyas qué se encontraban en el ropero.

—Todo eso está maldito, ni pienses en tocarlo —Dijo con una sonrisa divertida al ver al pirata a punto de tocar algo con su Garfio.

—Vamos preciosa, un pequeño obsequio ayudaría a remodelar todo mi barco —Bromeo acercándose a ella —¿Como está?

—Deprimido.

No le gustaba la sensación de no poder ayudar a su padre y Killian lo notó.

—Tal vez lo mejor para él ahora sea acostumbrarse.

Era una sugerencia valida pero Abraham prácticamente se odiaba.
—Escondí toda la plata de esta mansión —Respondió con obviedad —Y el resto quiero que te la lleves, seguro te será útil  —Agregó entregándole una bolsa de tela llena de artículos valiosos hechos de plata, balas, dagas y armas, ella temía por la seguridad de su padre y entre menos armas qué puedan matarlo estaba más tranquila.

—¿Segura de que no quieres que me quede un poco más tiempo?

Killian no quería volver al mar ahora teniendo en cuenta el estado actual de su esposa y suegro, el último mencionado aun le fastidiaba pero era importante para Verónica.

Y si lo era para ella también lo sería para él.

—Estaré bien, sabré que hacer —Le sonrió agradecida y después de un beso de despedida el pirata se marchó para que ella llevara el duelo del reciente hecho sola.

Sin embargo él jamás pensó que la cazadora tomaría decisiones tan drásticas en su ausencia.

Era comprensible, su padre, el hombre que la amaba, protegía y cuidaba ahora estaba al borde del suicidio y definitivamente ella no se iba a quedar con los brazos cruzados.

Pero hacer un trato con Rumplestiltskin estaba fuera de los límites, incluso para ella, tiempos desesperados requieren medidas desesperadas.

—Mi corazón a cambio de que le quites la maldición —Habló con seguridad frente al espectro.

Habia viajado horas en su caballo sin detenerse para llegar hasta allí y no iba a irse hasta obtener un trato en el que incluyera la salvación del profesor.

—¿Por que tu corazón sería tan valioso? —Preguntó Rumple con curiosidad y diversión pues no veía aún un beneficio claro.

Verónica se mordió el labio inferior y contestó manteniendo la misma seguridad pero en el fondo queriendo retractarse.
—Amo a Killian —Tomó un respiro —Y él me ama a mí, tú y él tienen cuentas pendientes y fracasé en mi misión de asesinarlo pero ahora te doy el poder de tener un arma valiosa contra él.

El espectro lo reconsideró.

Ella tenia un buen punto, tener como títere al alma gemela de tu enemigo no es algo que puedas tener tan fácil, además de que Verónica Van Helsing tenia una excelente reputación como cazadora de criaturas malignas.

Le sería muy útil.

—Lo amas... pero al parecer no tanto si estás haciendo este trato conmigo.

Claro que ella lo amaba, lo amaba tanto que daría su vida por él pero también tenía una prioridad.
Su padre.

—¿Tenemos un trato?

Rumple lo pensó unos minutos hasta que finalmente respondió.
—Tenemos un trato —Afirmó extendiendo su mano hacia ella la cual estaba dispuesta a tomarla pero antes de hacerlo él fué más rápido y llevo su mano a atravesó de su pecho sacándole un quejido de sorpresa y dolor.

Una vez su corazón fué extraído de su pecho Rumplestiltskin le entregó un antídoto qué curaría la licantropia del profesor.

Y asi fue, una semana despues la castaña reposaba en la planta baja leyendo un libro cuando de repente su padre cruzo las enormes puertas con una expresión mas feliz y animada vestido de su característico traje negro de cuero y piel.

—Levántate de ese sofá niña, tenemos un bosque que vigilar —Sonrió al ver que su sacrificio habia dado sus frutos.

—¿Por que tanta energía? Creí que hoy podria descansar un poco despues de haber hecho ese trabajo yo sola.

—¡El descanso es para los muertos! —Le grito antes de marcharse para esperarla afuera.

Silvy, su lechuza estaba a su lado, el silencio del animal era como si la acusara o reclamara de algo ademas de sus enormes ojos que la observaban.

—¿Que mas podia hacer?... —Murmuro con los labios torcidos mientras cerraba su libro y se ponía de pie para seguir a su padre.

[...]

El pueblo estaba de luto.

Pero para Verónica aun habia algo raro en todo esto.

—Aun no creo que Regina-

—Yo la vi —Insistió la chica de cabello rubio por tercera vez con la misma expresión intranquila y decepcionada que habia mantenido todo el día desde la mañana.

—Pero Henry es lo mas importante para Regina, haber hecho esto y romperle el corazón no es lógico.

Ella prácticamente hacia todo lo que el le dijera, la convencía de ser mejor, salvar personas que ella naturalmente habría dejado morir solo por indiferencia, lo era todo para la reina.

—Verónica tiene razón —Exclamo Jefferson, el cual mantenía rodeando los hombros de la cazadora con un brazo para mantenerla a su lado pues tenia un presentimiento extraño desde que salieron de la casa. 

Como si alguien los observara.

—Lastimar los sentimientos de Henry es lo ultimo que Regina haria —Al sombrerero no le agradaba en lo absoluto Regina pero si podia demostrar su inocencia lo haria, despues de todo, hacer a un niño feliz es una sensación agradable —Y si tal vez la hubieras dejado pasar mas tiempo con Henry...

—Ella no es su madre —Exclamo Emma sin tacto alguno, sorprendiendo a la pareja —Yo si.

—No —Verónica hablo con el mismo tono de voz molesto que la rubia —Regina lo es, ella estuvo en sus primeros pasos, su primera palabra, todas las noches que lo despertó alguna pesadilla y cada vez que se enfermaba —Todos en el pueblo lo sabían, lo habían visto durante los últimos años, era buena madre aunque no quisieran aceptarlo —No esperes llegar como si nada y esperar que Henry se olvide de ella para estar en tus brazos.

El rostro de Emma era un autentico poema, Jefferson mantuvo su semblante serio pero por lo poco que conocía a su novia sabia que esas palabras habían tenido un toque personal ya que la cazadora también habia sido abandonada y adoptada.

—Mejor vamonos —Murmuro el castaño dándole un ligero apretón en el hombro y acercándola mas a su cuerpo al ver la tensión que se habia formado entre ambas en pleno entierro de su amigo.

No quiso decirle todas esas palabras crudas pero fue inevitable, ella también estaba en conflicto consigo misma ahora que recordaba porque habia entregado su corazón, sin embargo... aun habia algo que su mente le bloqueaba pero que...














































𝗛𝗨𝗡𝗧𝗘𝗥 ━━━━ OUATDonde viven las historias. Descúbrelo ahora