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―Bible, caro, abre la puerta

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―Bible, caro, abre la puerta.

―¿Jes?― Corrí hacia el intercomunicador de nuevo.

―¿Dónde estás, Jes?

―Estoy justo fuera de la puerta, caro.
Me mordí el labio, temeroso.

―¿Estás solo?

Jes rió.

―Sí, Bible, estoy solo.

Accioné la puerta para que se abriera.

―Jes―. Las lágrimas inundaron mis ojos cuando la puerta se abrió para mostrar al único hombre que quería por encima de todos los demás.

―Oh, Jes.

El hombre me agarró y me arrastró a sus brazos. Enterré mi cara en su amplio pecho y simplemente respiré. Nada más era posible. El golpe constante de los latidos del corazón de Jes me mantuvo donde estaba.

Jes tomó respiraciones profundas mientras me abrazaba con fuerza.
Me estremecí.

―Te tengo, caro.― Sus palabras eran reconfortantes, pero el abrazo apretado que Jes tenía en mi cuerpo era mucho más.

―Nunca voy a soltarte.

Sonreí.

―Está bien.

Todo fue una imagen borrosa después de eso.

Agentes de policía armados y miembros del S.W.A.T se precipitaron a la habitación.

Nos llevaron a la sala, y luego abajo hacia una ambulancia que esperaba, a ambos nos llevaron directamente al hospital para ser atendidos de nuestras heridas.

Cada vez que alguien intentaba separarme de Jes, pegaba el grito en el cielo. Ellos finalmente me dejaron donde estaba, atendiendo ambas heridas la lesión en mi cabeza y la herida de bala de Jes desde donde estábamos sentados abrazándonos. Con tal de que no me apartaran de Jes, no me importaba lo que me hicieran.

Cuando fuimos asignados a diferentes habitaciones en el hospital, yo por una conmoción cerebral y Jes de una herida de bala, el personal de enfermería se dio cuenta rápidamente que no iba a ser trasladado. Me sorprendí cuando mi padre arregló para nosotros que nos pusieran en una habitación juntos.

Quedé aún más sorprendido cuando mi padre entró una vez que nos habían acomodado en nuestra habitación, para disculparse por meter la mano en lo que había sucedido.

Jes parecía dispuesto a dejarlo así, lo pasado, pasado está.

Yo no era tan rápido para perdonar.

―Si tú no hubieras-

―Quieto, Caro― Jes dijo mientras apretaba un dedo en mis labios.

―Tu padre está arrepentido de lo que hizo y prometió no volver a hacerlo de nuevo.―

Mio ¹ (JesBible) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora