TEOLOGÍA DEL CONTINENTE

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Guía para fieles creyentes

En un tiempo primigenio, cuando el mundo aún era joven, los Dioses se reunieron en un consejo divino:

Có, el padre sol, en un acto de purísima creación, dibujó en el lienzo del cielo las tierras que habrían de florecer y, con su luminosa faz, esparció su cálida bendición.

En descanso su amado, Vesper, la dama luna, cubrió la noche callada con su plateado brillo, trayendo sosiego y guía.

Tahari, moldeador de las aguas, agitó las olas primigenias, forjando un mar, bahías y golfos que besarían las costas, mientras Gar, espiritu de la naturaleza, con su aliento fecundo, construía montañas, volcanes, dunas, y vestía las tierras desnudas con bosques, prados y verdes llanuras.

Akarsa, la ninfa del amor, sonrió complacida, pues, en esta nueva creación, los seres que habitarían hallarian la unión y la armonía. Dotó a todo ser viviente de pasión y hermosura, y los unió en lazos sagrados.

Sihir, guardiana de lo antinatural, infundió magia en el aire, otorgando dones especiales a quienes lo merecían. Y Mor kai, señor y custodio de la muerte, reclamó su derecho sobre todo lo efimero e impuso su ley inexorable.

Asi emergió este continente, vasto y maravilloso. Un regalo de los Dioses al mortal peregrino, que hoy contempla su creación, con asombro y fervor gozoso.

BILOGÍA HADO: Raíces de Acero 🏙️ (1) | I.C. HernándezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora