8: Una excusa para estar contigo

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Juliana

Val, si me sigues mirando de esa manera, te juro que me voy a derretir. Ya sé que estás muy emocionada por este regalo, tanto como yo, pero... ¿hay algo más que pasa dentro de esa linda cabecita? Ya es la tercera o cuarta vez que me miras así hoy...

¡Demonios Juliana! ¡Detente con eso! Son ideas tuyas, nada más. Tu amiga está feliz y tiene razones para estarlo ¡Mierda!, casi se me olvida, me falta entregarle la cajita.

Me acerqué a la mesa de nuevo y busqué en mi bolso el estuche envuelto en papel de regalo que había guardado dentro de él.

Me acerqué a Valentina y le dije, extendiendo mi mano hacia ella:

—En vista de que, gracias a todos los dioses, has aceptado mi regalo, quiero darte esto.

— ¿Más regalos Juls? —exclamó ella con expresión de asombro.

—Sí —respondí sonriendo.

Emocionada e impaciente, esperé a que Valentina retirara el papel de regalo. Al levantar la tapa del pequeño estuche, ella descubriría un llavero metálico con el emblema de la Universidad de Columbia y el juego de llaves que lo acompañaban.

Con esa sonrisa que suele iluminar todo a su alrededor, Valentina me preguntó:

— ¿Y esto, qué es?

—Las llaves de la que, dentro de unas semanas, también será tu casa.

Y de nuevo... allí estaba esa mirada y para rematar, con lágrimas incluidas.

¡En serio!, ¿quieres matarme de un infarto?

Valentina se abalanzó sobre mí y me abrazó sin decir una sola palabra. Yo la abracé también, haciendo mi mejor esfuerzo para disimular todo lo que estaba sintiendo en ese preciso instante, aunque con el estruendo que había en medio de mi pecho no podía hacer gran cosa. Es interesante, ahora que lo pienso, el corazón es uno de los órganos más caprichosos de nuestro cuerpo, mientras más deseamos ocultar lo que sentimos más se aceleran sus latidos...

Primera Ley Valdés:

"La intensidad de un amor secreto es directamente proporcional a la velocidad de los latidos que se generan cuando pretendemos ocultarlo"...

Eso es Juliana, sigue pensando en tonterías a ver si logras que esos latidos se estabilicen, o no, mejor cambia el tema... Buscando nuevo tema de conversación... Procesando... Listo...

Me separé un poco de la razón de mis desvaríos y le dije:

—Aunque tus clases comenzarán en septiembre, te necesitaré en Nueva York lo más pronto posible.

—Ya decía yo que este regalo venía con trampa —dijo Valentina bromeando.

Me reí mientras decía:

—Me encantaría que pudiéramos practicar durante el verano los idiomas que preciso dominar antes de que comience el próximo semestre.

—Acabo de recordar tu promesa, me dijiste que hallarías la forma de vernos durante el verano. Lo que no me imaginé en ese momento es que tú ya sabías a la perfección cómo lo lograrías.

—Exacto, por eso no quise hablar de asuntos tristes que estaban a un paso de resolverse.

Valentina se echó a reír y dijo:

—Okay, en vista de que lo tienes todo planificado, dime, ¿cuándo deseas que me mude a Nueva York?

—¿Mañana te parece un poco pronto?

— ¿¡QUÉ!? ¿estás loca Juls?

Solté una gran carcajada y respondí:

—Me acabas de preguntar cuándo DESEO que te mudes y yo respondí con la pura verdad, por lo que a mí respecta DESEO que te mudes mañana. De modo que la pregunta correcta sería:

Clásico VI JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora