Capítulo 5: El rey de los rebeldes, Parte I

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Capítulo 5: El rey de los rebeldes, Parte I

Eva Dunkel

¿De verdad era él o estaba alucinando? Noté como su ceño se frunció ligeramente, pero sus ojos azules no parecieron brillar en reconocimiento hacia mí, era una mirada confusa, como si se creyera que lo confundía con alguien, pero entonces sucedió lo que menos me esperé, él apuntó y disparó, la detonación pasó tan cerca de mi oreja que grité pensando que me había disparado a mí, sin embargo, luego de unos nanosegundos me di cuenta de que no me dolía nada y fue cuando reaccioné volteando a mis espaldas sobresaltada al escuchar un quejido, al mismo tiempo que un brazo inerte me cayó en la cabeza.

Grité al ver el cuerpo inerte al que Eros le había disparado, voltee hacia él y nuevamente nuestras miradas se cruzaron, sin embargo él volteó para continuar disparando a las personas que nos estaban alcanzando. Sus músculos grandes, su mirada fija y metódica pareciendo invencible mientras sostenía su enorme arma y disparaba, se me resecó la garganta mientras me quedaba completamente fuera de mí observándolo como si esto fuera una cruel ilusión.

Todos estos meses me torturé pensando en que él estaba muerto, que se había ido para siempre ante esta rebelión cuando me dejó sola en el castillo, pero no fue así.

Él estaba vivo, estaba aquí, frente a mí, trabajando para los que tenían como lema "Muerte al monarca".

El doctor Patrick me tomó del brazo sacandome de mí especie de hipnosis para jalarme y moverme con él detrás de Eros para protegernos. No fue hasta ese momento que me di cuenta de que Eros no venía solo, sino que habían muchos hombres más enmascarados que no llevaban uniformes; los Rebeldes, llevaban armas grandes y empezaban a disparar a los oficiales de la realeza.

—Muévete, ¡Muévete! —dijo Patrick ayudándome a correr al auto de donde al parecer había llegado nuestra ayuda, yo hacia lo mejor que podía pero joder, me dolía demasiado el abdomen y sentía que la herida se me había vuelto a abrir porque mí camisa empezaba a mancharse de sangre.

Uno de ellos nos llevó al buggy off road 4x4 y nos ayudó a subir, cuando estuvimos dentro, el auto arrancó y todos corrieron a montarse sin dejar de disparar a los oficiales, mientras nos alejabamos a toda velocidad. Nos siguieron disparando pero como iban a pie, era imposible que nos alcanzaran y las balas dejaron de tener alcance. Siento que un peso bajó de mis hombros. Nos habíamos salido con la nuestra. Habíamos logrado escapar.

—Oye, oye, Eva ¿estás bien? —dijo el doctor Patrick posiblemente al ver mi rostro palidecer y mi respiración volverse un caos. Joder, dolía y cada vez era peor, no tenía ni fuerzas para tomar las pastillas de mi bolsillo, todo empezaba a desvanecerse.

Negué con la cabeza.

—Me voy... —jadee—Siento que me voy...

Con mi mente en esa vista de sus ojos azules tan claros que tocaban el gris en mí, sentí que mis ojos se pusieron en blanco y entonces todo se volvió oscuro.

EROS DUNKEL

Al llegar al refugio noté que la reina estaba perdiendo mucha sangre, era muy joven, demasiado, como para estar con un viejo como mi abuelo, rostro suave de facciones delicadas, no tenía ni una gota de maquillaje y aún así su belleza resaltaba con sus largas y abundantes pestañas, labios carnosos ligeramente resecos. ¿Qué pudo haber tenido esta mujer para que mi abuelo la quisiera como esposa además de su evidentemente belleza? De seguro que ella supo meterse entre sus asquerosos pantalones de viejo decrépito y al darse cuenta de quien era verdaderamente el rey, quiso huir pero luego vino el atentado donde le dispararon. Pero aún esto me parecía sospechoso, no confiaba completamente en ella, ni en el doctor porque él trabajaba directamente en el castillo, sin embargo, Helio insistió en ayudarlo porque se conocían.

Ahora la monarquía nos echaría la culpa de esto exponiendo que nosotros la habiamos secuestrado algo que ahora era verdad.

Los custodié cuando la trasladamos a una de las habitaciones, el doctor Patrick la atendió cambiándole los yesos y limpiándole la sutura del abdomen, vi que tenía una fea cicatriz a lo largo de su abdomen, era de hecho doloroso verla así de pálida. Cuando el doctor terminó se limpió las manos y me hizo una señal para que salieramos de la habitación y así la dejáramos descansar.

—¿Está muy mal? —le pregunté con curiosidad de saber si iba o no a sobrevivir.

—Perdió muchas sangre —me explicó—, la herida es muy reciente y no ha tenido tiempo de que se cierre. —suspiró pareciendo mortificado— Solo quiero que mejore, ya ha sufrido demasiado.

Noté su cara de completa desolación y estreché los ojos.

—No lo pongo en duda —dije—, ¿la reina es... tu pareja ahora?

Parecía que él estaba demasiado involucrado con ella. El doctor me miró pareciendo algo dudoso y afirmó con la cabeza diciendo:

—Sí.

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PERO DOCTOR QUE LE PASA??!!! hoy dos capítulo >:D

La maldad del rey (#2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora