Capítulo dedicado a: Krisstina_88
Capítulo 16: REY IGOR IVANKOV
IGOR IVANKOV
Mandé a que llevaran a Aurora a un lugar seguro con cuidados médicos en cuanto perdió la conciencia. Verla otra vez era como si hubiera ganado la lotería, la había encontrado, o más bien, ella dejó que la encontrara. De seguro supo que iría tras su padre y no tuvo más opción que aparecer como un ratón que le echan agua caliente a su hueco. Mi ira por ella aumentaba y me satisfacía pensar en todo lo que le haría para matarla y asegurarme de que su muerte fuera lo más dolorosa posible.
Ahora estaba bajo mi poder una de los Dunkel, me faltaba mi enemigo directo.
Habíamos logrado detener a los rebeldes y someterlos a nuestro conveniencia, logramos apresarlos a todos tras nuestro ataque sorpresa, y tenerlos bajo nuestro poder. Solo faltaba el que más me importaba, Eros. Logró escapar y no lograbamos dar con su paradero, pero sólo era cuestión de tiempo, yo gobernaba esta nación y nadie estaba a salvo de mí.
Kivav; uno de mis agentes más personales, entró a mi oficina, parecía algo nervioso.
—¿Qué ocurre? —pregunté.
Sabía que cuando tenían esa actitud nerviosa podía oler que algo estaba por desatarse, algo estaba por sacarme de mis cabales, pero me gustaba a veces actuar sin pensar, las noticias que me enojaban sacaba mi peor lado, y mi peor lado era mi favorito.
—Korol —murmuró acercándose con un papel en sus manos—, el presidente Butin ha enviado este recado para usted.
Tomé una profunda respiración, el presidente Benjamín Butin no había tenido la osadía de hacerme frente nunca porque sabía que yo tenía el dominio de casi toda Rusia, pero ahora que me había metido en sus asuntos; cuando él quería dar albergue a los rebeldes, de seguro que le enojó, pero me valía mierda, ya tenía un buen tiempo empezando a fastidiarme sus leyes, solo que, al no tener un pretexto para atacar no lo hacía.
Estiré la mano y recibí la carta impresa, me hizo gracia que envió un recado en vez de solicitar verme personalmente; un completo cobarde. Fruncí el ceño mientras la tomaba y la abría para leer que decía:
«No tiene autorización de estar en esta zona de Rusia, ni de atacar a los refugiados de Belmia, se le niegará la entrada a la zona fronteriza. Y se le exige devolver a los prisioneros, de lo contrario, se le levantará una orden de aprensión.
Atentamente, presidente Benjamín Butin.
Carta emitida desde el estado democrático federativo de Rusia».
Corté el papel en diversos pedazos, y los lancé al piso mientras lanzaba un golpe de Palma abierta contra mi mesa tan fuerte que las piernas de la vieja madera cedieron y se rompió frente a mí. La ira cagándome la vista por atreverse a hacer algo tan estúpido como amenazarme y ponerme condiciones, yo tenía el poder, no él. Y ya estaba harto.
—Manda a encerrar a todos los rebeldes en el calabozo, acabaré la mierda que debí acabar hace años —ordené mientras tomaba una de mis armas favoritas, Satán, uno de mis artefactos más valiosos y que usaba en ocasiones especiales.
—Korol ¿Está seguro de esto?
Lo voltee a mirar y él se sobresaltó cuando Satanás le apuntó. De seguro veía que estaba a punto de cometer una gran locura.
—No le preguntas a un dragón si está seguro de lanzar fuego —repliqué—, ocúpate de lo que te mandé a hacer, porque hoy me levanté ok ganas de matar gente y gobernar el mundo.
Tomé los cartuchos y salí de la habitación.
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Solo bastó una línea de mis hombres y mis misiles más preciados para atacar sin piedad El Gran Palacio del Kremlin y destruirlo en millones de pedazos, el fuego arrastrando todo a su paso, consumiendo las paredes blancas hasta las cenizas, amaba ver el mundo arder.
—El presidente se escapa —gritó alguien.
Vi por el techo verde que estaba saliendo el avión privado del presidente cobarde.
—Hoy no hay piedad. —susurré mientras acomodaba a Satanás entre mis brazos, apuntaba hacia arriba y entonces, disparé. El cañón salió disparado y destrozó el avión del presidente en miles de pedazos.
Tomé nuestra bandera, un águila en colores rojos y amarillo como el mismo oro que nos representaba, sangre y riqueza, la alcé mientras las cenizas se consumían detrás de mí.
—¡Hoy nosotros somos la ley! ¡Hoy nosotros gobernamos!
Gritos de victoria antes nuestra batalla mientras gritaban: «¡Rey Ivankov!» me di cuenta de que ahora yo gobernaba, ahora yo tenía el control absoluto de todo, nunca estuve más lleno de poder que como lo estaba hoy.
Una conquista al país, el primero de muchos.
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______________________Hoy maratón de los reinos del placer, espero lo disfruten :D
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La maldad del rey (#2)
ActionNadie está a salvo de los malos. Todos son traidores. Todo lo que se ha convertido el Imperio es una forma de asesinar, una forma de venganza de la que nadie podrá salir vivo. Para Eva que está secuestrada y fue obligada a casarse con el rey, la...