24.Dalia blanca

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permite expresar los sentimientos de seducción a la persona amada

Los días en México habían sido una mezcla de emociones intensas para Kelly. Su relación con Lukas avanzaba bien, pero como todo en la vida, no estaba exenta de complicaciones. Matías y Damiano, dos nuevos amigos que Kelly había conocido a través del grupo, comenzaron a mostrar un interés evidente en ella, lo que inevitablemente generó tensiones con Lukas.

Todo comenzó una tarde soleada cuando el grupo se reunió en la casa de Karla para pasar el rato. Karla había organizado una pequeña fiesta en su jardín, y todos estaban relajados, disfrutando de música y comida. Kelly se encontraba conversando animadamente con Matías cuando Damiano se acercó con una sonrisa.

—Hey, Kelly, ¿te gustaría venir conmigo a ver algo genial en la terraza? —preguntó Damiano, con un tono despreocupado.

—Claro, suena divertido —respondió Kelly sin pensar demasiado, siguiendo a Damiano.

Lukas, que había estado hablando con Teo a un lado, notó inmediatamente la interacción y frunció el ceño. Aunque confiaba en Kelly, no le gustaba cómo Matías y Damiano se acercaban tanto a ella últimamente. Decidió seguirlos, manteniéndose a cierta distancia mientras se dirigían a la terraza.

Arriba, Damiano le mostró a Kelly una vista espectacular de la ciudad. Ella sonrió, maravillada por la escena.

—Es increíble —dijo Kelly, apoyándose en la barandilla.

Damiano se acercó un poco más, sonriendo.

—Sí, pero no tan increíble como tú —murmuró en voz baja.

Kelly se quedó en silencio por un momento, sorprendida por el comentario. No quería ser grosera, pero tampoco estaba interesada en Damiano de esa manera.

—Eh, gracias, Damiano, pero… ya sabes, Lukas y yo estamos juntos —respondió Kelly con suavidad, intentando no incomodarlo.

Antes de que Damiano pudiera decir algo más, Lukas apareció en la terraza, su expresión tensa.

—¿Interrumpo algo? —preguntó, su tono más frío de lo habitual.

Damiano se encogió de hombros y se alejó un poco.

—Solo le estaba mostrando la vista a Kelly. Nada más.

—Bueno, ya la ha visto, así que podemos volver con los demás —dijo Lukas, tomando la mano de Kelly de manera protectora.

Kelly sintió la incomodidad crecer en el aire. Aunque apreciaba que Lukas la protegiera, tampoco le gustaba sentir que la estaban controlando.

—Lukas, solo estábamos hablando. No pasa nada —dijo Kelly con un tono conciliador, mirando a Damiano para asegurarse de que no se sintiera mal.

Damiano sonrió, pero Kelly notó la tensión entre los dos chicos. Mientras volvían al jardín, Matías se acercó a Kelly con una bebida en la mano.

—Kelly, ¿quieres ir a jugar un partido de fútbol rápido? Te necesitamos en nuestro equipo —dijo Matías, sin notar la mirada de advertencia que Lukas le lanzó.

—¡Claro, suena divertido! —respondió Kelly, intentando aliviar la tensión.

Lukas suspiró, cruzándose de brazos mientras veía cómo Kelly seguía a Matías. No podía evitar sentirse celoso. Aunque sabía que Kelly no lo hacía con malas intenciones, la constante atención de Matías y Damiano comenzaba a frustrarlo.

Durante el partido, la tensión alcanzó su punto máximo. Matías y Kelly jugaban en el mismo equipo, y cada vez que ella hacía una jugada impresionante, Matías no perdía oportunidad para felicitarla con demasiada efusividad. Mientras tanto, Lukas, que estaba en el equipo contrario, miraba con disgusto cada interacción.

En un momento, Kelly anotó un gol, y Matías la levantó en brazos con una gran sonrisa.

—¡Eres una campeona, Kelly! —exclamó, girándola en el aire.

Lukas dejó de correr de inmediato y se acercó a ellos, su paciencia agotándose.

—Ya basta, Matías. Déjala en paz —dijo con dureza.

Matías lo miró sorprendido, soltando a Kelly de inmediato.

—Relájate, hombre. Solo estábamos divirtiéndonos —respondió Matías, alzando las manos en señal de paz.

Kelly, que estaba atrapada entre ambos, intentó calmar la situación.

—Chicos, por favor, no quiero que peleen. Solo estábamos jugando —dijo, mirando a Lukas con preocupación.

Lukas respiró hondo, intentando controlar su enfado.

—Lo siento, Kelly. Solo… no me gusta cómo te están rodeando todo el tiempo —confesó, su tono más suave pero todavía tenso.

Matías y Damiano intercambiaron miradas antes de alejarse un poco, dejando que Kelly y Lukas hablaran en privado.

—Lukas, confía en mí. No estoy interesada en ninguno de ellos. Tú eres mi novio —dijo Kelly, tomando las manos de Lukas—. Pero no quiero que esto arruine nuestras salidas con los amigos.

Lukas asintió, aunque seguía sintiendo los celos ardiendo en su interior.

—Lo sé, Kelly, pero a veces es difícil. No quiero perderte —admitió, bajando la mirada.

Kelly sonrió suavemente y lo abrazó.

—No me vas a perder. Solo tienes que confiar en nosotros —susurró, acariciándole el cabello.

Lukas la abrazó de vuelta, suspirando aliviado. Sabía que tenía que aprender a manejar sus celos, pero no era fácil cuando sentía que otros chicos intentaban acercarse a ella. Sin embargo, también sabía que Kelly era honesta con él, y eso era lo más importante.

A medida que el sol comenzaba a ponerse, el grupo se reunió alrededor de la fogata que Karla había encendido. Matías y Damiano mantuvieron una distancia respetuosa de Kelly, mientras Lukas y ella compartían miradas cómplices a lo largo de la noche.

Aunque las tensiones no habían desaparecido del todo, Kelly confiaba en que su relación con Lukas podía superar los obstáculos. Y a pesar de los celos y las pequeñas fricciones, estaba decidida a mantener el equilibrio entre sus amigos y su relación, sin dejar que nada ni nadie se interpusiera en el camino de su felicidad.

Saturno>Lukas UrkijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora