En una pequeña ciudad costera, Kathryn es una talentosa actriz que ha decidido tomarse un descanso de Hollywood para redescubrir su pasión por la actuación en el teatro local. Joe, un joven aspirante a actor, sueña con salir de su pueblo y hacer una...
El sonido insistente de los golpes en la puerta despertó a Joe. Parpadeó, desorientado, mientras trataba de ubicarse en el pequeño sofá en el que había pasado la noche. El ruido continuaba, incesante, y se incorporó de inmediato. Mientras caminaba hacia la puerta, pasó por la habitación, echando un vistazo rápido a Kate, que aún dormía profundamente. Cuando abrió, se encontró con una mujer alta, rubia, de ojos azules brillantes, que lo observaba de arriba abajo con una ceja levantada.
—Así que tú eres el famoso novio de las fotos —dijo con un tono divertido, mientras cruzaba los brazos.
Joe, sorprendido y algo incómodo, negó con la cabeza rápidamente.
—No, no, yo... no somos... —intentó responder, pero fue interrumpido por Kate, que salió de su cuarto, frotándose los ojos.
—¿Qué es todo este ruido? —preguntó somnolienta, acercándose a la puerta.
Cuando sus ojos se acostumbraron a la luz y enfocaron la figura frente a Joe, Kate se quedó helada.
—Abril —dijo, su tono mezclando sorpresa y resignación.
Abril, su exrepresentante, entró en la casa sin esperar una invitación. Miró a su alrededor y sonrió con aprobación.
—Vaya, Kate, tu casa es muy hogareña. Me gusta el ambiente —comentó mientras inspeccionaba el lugar. Luego se dirigió rápidamente al comedor, haciendo un gesto para que la siguieran.
Joe intercambió una mirada con Kate, claramente incómodo, el se dirigio a la cocina para prarparar cafe, mienttas Kate seguía a Abril. Cuando se sentaron, ella sacó de su bolso un fajo de papeles, fotos impresas y un informe con la publicación que se esperaba lanzar a primera hora.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Mira esto —dijo Abril mientras desplegaba las imágenes sobre la mesa—. Estas son las fotos que planeaban publicar hoy mismo. Ya sabes, esas fotos que hicieron que se hablara de un romance entre tu y El , no te preocupes, negociamos con ellos y logramos retrasar la publicación por tres semanas. Eso les costó... bueno, unos tres millones—
Kate se quedó atónita, incapaz de responder de inmediato. El silencio fue interrumpido por Abril, que al notar la expresión en su rostro, le puso una mano en el brazo con suavidad.
—No te preocupes, querida. No vamos a pagar esa cantidad. Acordamos 5,000 dólares para retrasar la publicación hasta después del estreno de *Hamlet*. Eso debería ayudarnos con el impacto mediático y darle más proyección al proyecto —explicó.
—Yo... no puedo creerlo —dijo Kate, frotándose las sienes en señal de frustración—. Me mudé aquí para alejarme de todo esto, para encontrar un poco de paz. Solo quería una vida tranquila, ¿por qué siempre tiene que pasarme esto?—
Joe, que había estado en la cocina sirviendo café, escuchó las palabras de Kate y volvió con dos tazas humeantes. Se las ofreció a ambas mujeres y luego se sentó en silencio, observando la escena.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Abril dejó su taza y la miró con comprensión.
—Lo sé, querida. Lo sé. Hicimos todo lo posible para suavizarlo, pero este es el plan. Tenemos tres semanas para asegurarnos de que el impacto de las fotos sea lo menor posible. Vamos a controlar la narrativa, ¿de acuerdo? Durante estas semanas, te enfocaremos en tu papel en *Hamlet*, mostrando que tú y Joe solo son amigos. Estarán rodeados de los demás del reparto en público, evitaremos cualquier interacción demasiado cercana que pueda malinterpretarse.—
Kate, agotada emocionalmente, simplemente asintió, pero no podía evitar sentirse devastada por dentro. Bebió su café en silencio, mientras Abril continuaba explicando los detalles del plan.
—Tendrás que volver a las redes sociales. Sé que no es lo que querías, pero lo haremos de forma estratégica. Subiremos fotos de los ensayos, de ti y los demás actores. Todo casual. Joe, cariño —dijo girándose hacia él—, tú también harás lo mismo. Necesitamos que todo parezca muy natural. Solo amigos y compañeros de trabajo, ¿de acuerdo?—
Joe asintió en silencio, observando la tensión acumulada en los hombros de Kate. Sabía que esto era mucho para ella, más de lo que estaba preparada para manejar. Y por eso, decidió no dejarla sola.
Abril tomó una pausa, mirando a ambos antes de continuar.
—Kate, también tendremos que organizar una sesión de fotos con un reportaje, algo que muestre cómo pasaste de ser una estrella de Hollywood a una actriz en un teatro independiente. Será un ángulo perfecto para crear empatía con la audiencia, y suavizará el golpe cuando finalmente publiquen esas fotos. Ya hablé con un fotógrafo y un periodista de confianza. Solo tenemos que fijar una fecha.—
Kate suspiró profundamente, sintiéndose atrapada, pero sabiendo que no tenía otra opción.
—De acuerdo. Hagámoslo —dijo finalmente, su voz apenas un susurro—. No quiero que esto arruine todo lo que hemos construido aquí—
Abril sonrió, contenta de haber llegado a un acuerdo.
—¡Perfecto! Te prometo que haremos lo mejor posible para protegerte. Todo esto es temporal. Solo tres semanas, y luego... —dejó la frase en el aire, como si no quisiera admitir que el futuro era incierto.
Kate le devolvió una sonrisa débil. La relación de trabajo entre ellas había sido intensa durante años, y aunque Abril era dura, sabía que en el fondo, se preocupaba por ella. No era solo su representante; era como una hermana mayor.
—Te agradezco todo lo que haces, Abril —dijo Kate—, de verdad.
Abril se levantó, abrazando a Kate con fuerza.
—Sabes que te quiero, ¿verdad? No solo como clienta, sino como amiga. Estoy aquí para ti, siempre. Vamos a superar esto, te lo prometo.—
Joe, que había estado observando todo desde la distancia, se sintió aún más protector hacia Kate. Sabía que este era un territorio familiar para ella, pero eso no lo hacía menos doloroso.
Cuando Abril finalmente se fue, Joe se acercó a Kate, que parecía más pequeña y vulnerable que nunca.
—¿Estás bien? —le preguntó con suavidad.
Kate asintió lentamente, pero su mirada estaba perdida.
—Sí, Joe. Estoy bien. Es hora de manipular a la prensa antes de que nos devore vivos. No es la primera vez que hago esto—
Joe solo pudo asentir. Sabía que había mucho más detrás de esa afirmación de "estar bien". Pero también entendía que Kate necesitaba su espacio.
—Okey —dijo, intentando sonar relajado—. ¿Sabes qué? Vamos a olvidarnos de esto por hoy. ¿Qué tal si pasamos el día viendo películas? Podemos fingir que no hay un elefante en la habitación, solo por un rato—
Kate lo miró con una sonrisa, agradecida por su intento de hacerla sentir mejor.
—Eso suena bien, Joe. Muy bien—
El resto del día lo pasaron en el sofá, compartiendo el silencio y risas ocasionales, mientras el peso del mundo exterior parecía estar, por un breve momento, en pausa.