Jihyo seguía sus instintos y más se metía en el bosque. No tenía ni idea de donde estaba, tampoco de volver al campamento, solo esperaba no llegar tarde. Comenzaba a hacer un frio de la hostias, eso significaba solo una cosa. La guarida de las deidades estaba cerca. La joven tuvo que frenar, pues un acantilado se interponía entre ella y su destino.
-Joder Bae - maldijo a Nayeon - espero que estés ahí dentro, porque si no, yo misma te mataré - la morena no lo dudo, ya que si lo hacía no saltaría y sin pillar carrerilla, se dejó caer al acantilado. A mitad de la caída comenzó a sentir una especie de magia por todo su cuerpo, parando así la velocidad. Sin embargo, el aterrizaje no fue sutil, pues cuando quedaban solo unos metros para tocar el suelo, la magia desapareció dejándola caer a plomo - joder, lo que hace una por amor o por masoquista - se levantó y se disponía a limpiarse las rodillas cuando sintió un empujón sobre su espalda haciéndola caer de nuevo - ¿pero que?
-Aficionadas - la voz le hizo levantarse de golpe, quitándose de encima el cuerpo que la había tirado al suelo - hay que poner los pies antes.
-Mina - dijo mirándola con cara de pocos amigos - Sana - la menor de las Kang estaba en el suelo mirándole con una sonrisa - ¿Estáis locas o que ? - ambas chicas iban a contestar pero Jihyo levantó la mano - mira, no, no quiero saber. Pero Irene os matará a las dos.
- Es posible - contestó Sana mientras se levantaba - pero ahora sabe donde estamos - Sana levantó su collar mientras Jihyo suspiraba - además tres cabezas piensa mas que una.
- Mina - la joven le miró - ¿Esto es parte del plan? - la segunda menor de las hermanas Bae negó con la cabeza - Mataré a Nayeon. Vamos, aquí somos carne de cañon.
Las chicas comenzaron a caminar por el bosque intentando seguir un rumbo o alguna pista, pero no tenía ni idea de a donde iba. Claramente no había mucha visibilidad y hacía frio. No sabía el tiempo que había pasado, pero para ellas era como tres siglos mínimo. No se escuchaba nada, ni un pájaro ni nada, solo sus pasos al caminar.
-Esto es absurdo - dijo Sana tirándose al suelo - creo que hemos pasado por ese árbol mil veces ya.
- Y más que vas a pasar - contestó Mina imitando a la joven - es un laberinto deidade - Jihyo también las imitó - o sabes por donde ir o eres la elegida para que se te revele el camino o las deidades te encuentran.
-Mina, tu hermana ha entrado aquí muchas veces - Sana abrió los ojos de par en par - ¿Cómo salía o entraba? no os contó nunca.
- No - la menor suspiro - Irene nunca habla de esa época. No está muy orgullosa.
- Me perdí - dijo Sana llamando la atención de ambas - ¿ alguien me explica ?
- Hubo un tiempo en el que Jennie y mi hermana eran mejores amigas. Se iban a cualquier pueblo y hacían ríos de sangres. Mataban por placer, competición y aburrimiento. Eran muy temidas en todo el reino, incluso, se decía que mi padre reinaba por miedo a su hija - Mina sonrió - sin embargo, todo cambió cuando atacó vuestro pueblo. Vuestra casa era de las primera y el destino quiso que fuese Irene quien comandaba el ataque. Cuando entró a vuestra casa, se encontró a Seulgi protegiéndote - Mina paró y tomó aire, el oxigeno comenzaba a faltar a sus pulmones - ella no dudo y atacó pero por primera vez en su vida alguien le hizo frente, tu hermana no dudo y se llevo el primer ataque, provocándole la cicatriz del brazo. Seulgi se levantó corriendo y se puso delante de ti, mi hermana no pudo volver a atacar.
- ¿ Por que no ? - preguntó Jihyo.
-No lo se, solo sé que Irene salió de la cabaña y le dijo a Jennie que cancelara el ataque - Mina tomo una piedra del suelo y comenzó a darle vueltas en su mano - eso enfureció a Jennie muchísimo y se negó a no atacar.
- Pero Irene los protegió y los venció a todos - continuó Jihyo - muchos directamente huyeron, le tenían tanto miedo a Bae Irene, que al ver que ella se puso en medio, salieron corriendo.
- Joder - se quejó Mina, mientras volvía a coger la piedra que era la cuarta vez que se le caía al suelo en poco tiempo.
- el camino no se esconde, solo hay que verlos con los ojos adecuados - susurró Sana llamando la atención de sus dos acompañantes. Las miró con total confianza - sé como llegar a la casa de Kim Jennie - La joven se levantó de un salto seguida de Mina y Jihyo - seguidme.
Sana echo a correr por mitad del bosque a toda velocidad y sin dudar en ningunos de sus pasos. Conforme más se adentraba, más difícil le era caminar, pero eso solo significaba una cosa. Estaban cerca, muy cerca. Había comenzado a nevar y el aire quemaba sus pulmones, Dar un paso le costaba la vida, pero no podían abandonar ahora. Su cuerpo estaba lleno de arañazos de los arboles y sentía las quejas de Mina y Jihyo, estaban igual o peor que ella. Pero tenía claro que no se iba a rendir, aunque se encontraban atrapadas en una zarza. Seulgi no se rindió aquella noche y ella no iba a hacer lo mismo, cerró los ojos y se concentró. Solo había que mirarlo con los ojos correctos y de repente, sintió como caía. El agua fría del norte era su suelo ahora y sino salía de ahí moriría de hipotermia.
Las tres jóvenes nadaron hacía una pequeña playa que había cerca, estaban tan cansadas y con tanto frio que no se había dando cuenta lo que tenían enfrente. Mina fue la primera que levantó la cabeza y sonrió, lo había conseguido.
-Sana - Jihyo se abrazó a ella corriendo - eres un genio - Sana le devolvió el abrazo mientras aprovecho a Mina, la miraba que recibió le encantó. Después de mucho tiempo, Mina volvió a mirarla como lo hacía antes de la pelea, volvía a ver amor en sus ojos.
-Aun tenemos que rescatar a Nayeon - dijo - y salir de aquí.
- Eso no va a pasar - las tres chicas se levantaron corriendo, Mina por instinto se puso delante de Jihyo y Sana. Lo que vio no le gustó nada - cogerlas - La joven Bae levantó las manos, pelear ante más de 300 deidades no tendría ningún sentido y en menos de dos segundos estarían muertas - No quiero a las hermanas juntas - la orden de Jisoo confirmó las sospechas de Jihyo, ellas tenían a Nayeon.
- ¿Crees que vendrá Irene ? - le pregunto Rosé a su madre.
- Espero que no - contestó mientras miró como se llevaban a las tres jóvenes - solo espero que Sana descubra la verdad, antes de que Bae Joohyun sepa que tenemos a sus dos hermanas menores - Rosé bajó el arco y lo apoyó en el suelo.
- No quiero que mama muera - dijo con voz de pena.
-Si Irene viene - Jisoo miró a su hija - prométeme que harás lo que sabes hacer - Rosé le miró con cara de asombro - si alguien debe morir esta noche, es Kim Jennie o Kang Sana, pero nunca alguna de las Bae. Prométemelo, Rosé.
- Te lo prometo.

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Game Over
VampirosCuentan las leyendas que hay un mundo no descubierto bajo nuestros pies o sobre nuestras cabezas, donde viven las criaturas más letales, pero a la vez las más hermosas de nuestros sueños. Ese mundo que sigue sus propias leyes, que a cualquier mortal...