Estaban siendo atacados. Ella se dió cuenta y corrió por los pasillos.- ¡Elrion! ¡Mamá!- comenzó a gritar- ¡Elrion!
Afuera todo era caos y se escuchaban los gritos de la gente que era asesinada.
- ¡Mamá! ¡Papá! ¡Elrion!
- ¡Elesrin!- reconoció la voz de Licia, la dama de compañía de su madre, ella corrió hacia el lugar de donde venia su voz- ¡Elesrin!
- ¡Mamá! ¡Elrion!
Una mano la tomo del brazo, Licia la guiaba hacia la biblioteca caminando apresuradamente.
Al llegar vio que sus padres estaban allí, ella corrió hacia ellos. Su madre tomo su rostro entre sus manos. El cabello castaño oscuro, los ojos violaceos...eran iguales.
- Tienes que correr, mi amor. Corre tanto como puedas.
- No te voy a dejar.
Su madre lloraba y ella también.
- Yo iré después, nos veremos después- prometio aunque claramente era una promesa vacía y Elesrin estuvo más que segura de eso al escuchar sus siguientes palabras- Tienes que recordar lo mucho que vales siempre, mi niña. No importa quien seas, te mereces más que las cadenas que te atan al trono. Recuerda eso, tú eres la heredera al trono de Alyrende, pero nada te obliga a tomar ese lugar...ya no.
Mientras su madre hablaba pudo sentir como hacia uso de su magia sobre ella, no sabía que hechizo estaba haciendo pero estaba segura de que no era algo que le agradaría en el futuro.
Miro a su padre que estaba cerca de la puerta, el cabello castaño claro casi dorado y los ojos verdes. El le sonrió y un sollozo salió de ella.
Se escucharon pisadas y gritos.
- Llévatela- le dijo su madre a Licia que estaba detrás de ella. La mujer intento hacerlo pero ella no soltó a su madre.
- No quiero irme sin ti.
- Tienes que...
Entonces entraron, los soldados entraron. Su madre se volteo hacia ellos, hacia donde su padre peleaba ahora.
Vio a un chico de ojos oscuros y cabello castaño dorado que apuntaba una flecha hacia ella con una gran sonrisa en su rostro...y también vio cuando su madre cubrió su cuerpo con el suyo y la flecha la impacto. En el corazón.
Hubo un grito y su padre volteo a verlas.
Eso le costó la vida.
El mismo chico sacó su espada y lo atravesó con esta.
Se escucharon más gritos pero no estuvo segura si eran de ella, de la gente que moría afuera o de Licia y su primo que ahora tiraban de ella lejos de los cuerpos de sus padres.
❄️ ❄️ ❄️
Llevaban tres días viajando, todo el reino estaba hecho un total caos, la gente huía, los reinos vecinos no querían ayudar, los soldados del rey arrasaban con ciudades y pueblos, y los Lores estaban más concentrados en buscar a la princesa que cualquier otra cosa.
Elesrin no había dormido, comido, ni dicho nada en esos tres días. La imagen de sus padres muertos estaba grabada en su mente y no salía de allí, si cerraba los ojos era lo único que podía ver.
Aún traía puesto el vestido rosa que llevaba ese día y que se había manchado de sangre cuando la flecha atravesó el corazón de su madre, una capa era lo que cubria el vestido y su cuerpo para que no estuviera a la vista la sangre ni la suciedad que la cubrían.
Mientras miraba fijamente a ningún punto en específico sintió como la sacudían un poco, su mirada triste y vacía se dirigió a Licia.
- Come algo, por favor.
La niña aparto su mirada.
- No tengo hambre.
- Entonces como un poco.
- No...
- Duerme ya- escucho que le decía Elrion seguido de un pequeño manotazo en la cabeza.
En otra ocasión le hubiese devuelto el golpe con todas sus fuerzas, pero ya no las tenía.
- El vaivén del barco me harán vomitar- se excusó ella.
- Eso no me importa, duérmete- le dijo su primo con una voz que pretendía ser autoritaria.
Ella recostó su cabeza en la madera sucia y fría del barco que la guiaba a él reino del que se había vuelto tres días atrás su mayor enemigo.
Al acostarse y cerrar sus ojos sintió que algo en ella se rompía al poder asimilar al fin que sus padres murieron, que su madre de alguna manera la había liberado de la responsabilidad que implicaba su trono y no volvería a verla sonreír nunca más.
Comenzó a llorar silenciosamente, reflejando el dolor que sentía en su pecho ya que era una niña de cuatro años que se sentía tan rota y dolida en ese momento que no era capaz de siquiera llorar con algo más de fuerza.
Después de unos minutos su cabeza empezó a dolerle, luego sintió como unos brazos la rodeaban, le daban algo de paz y luego cayo en un profundo sueño del que despertó cuatro dias despues con una realidad modificada.
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Nieve y Tormenta
FantasyLas malas decisiones son comunes cuando vives en un mundo lleno de sombras y secretos que más que perderte podrían ahogarte. Porque la oscuridad, aunque te esconde, puede ser sofocante y nadie puede vivir por siempre en ella. Los secretos, aunque...