───── 𝗢 𝗡 𝗖 𝗘

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Aidan sonrió complacido mientras tomaba un sorbo de su vaso, mirando a través de la mampara las calles oscuras iluminadas por las luces de la ciudad

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Aidan sonrió complacido mientras tomaba un sorbo de su vaso, mirando a través de la mampara las calles oscuras iluminadas por las luces de la ciudad.

—¿Así que tres años? —preguntó Emily, rompiendo el silencio que se había instalado entre los dos.

Él asintió, mirando sus dedos. Hace más de media hora que estaban sentados en esa mesa. Emily lo había llamado esa tarde, confesando que despertó con un fuerte dolor de cabeza y había pasado todo el día en la cama. Aidan también despertó con una jaqueca, y luego de un día de limpiar la azotea con su hermana, habían decidido cenar juntos en un restaurante cerca del hotel de ella.

Aidan sabía que tarde o temprano hablarían de su relación pasada. Aunque ya habían pasado tres años y sentía que lo había superado, aún le costaba hablar de ello.

—Sí —susurró, y luego sonrió, intentando que ella no percibiera su incomodidad.

Aidan nunca fue buen actor. Emily notó la pequeña mueca que lo había delatado, despertando aún más su curiosidad. Desde la mañana había estado con esa duda en mente: Aidan era una persona físicamente atractiva, con esos ojos verdes que podrían hacer suspirar a cualquiera, especialmente cuando sonreía. Su personalidad, encantadora y divertida, hacía que la pregunta fuera inevitable: ¿Por qué no estaba en una relación?

—¿Quién terminó a quién? —preguntó Emily, sin poder evitarlo.

Él mordió ligeramente su labio antes de contestar.

—Ella a mí.

—Ouch —respondió Emily, y él solo hizo un gesto con la mano, restándole importancia—. ¿Me puedes contar más?

Aidan soltó un suspiro, mirando alrededor como si temiera que alguien lo escuchara.

—No estuvimos mucho tiempo juntos —confesó, con un tono de calma que demostraba que ya lo había procesado—. Pero, como Emma te contó, no soy exactamente un experto en relaciones. Y bueno, esa chica me gustaba mucho.

—¿Fue la de las estrellas? —preguntó ella.

—No, eso fue mucho antes. —Él hizo una pausa antes de continuar—. La verdad, con ella fue distinto. Creo que ya le gustaba alguien más desde el principio, pero yo no lo supe hasta más tarde. No fue fácil, porque sentía que me estaba esforzando por alguien que no me veía del mismo modo.

—¿Ya lo sabías mientras estaban juntos? —preguntó ella, sorprendida.

—No desde el principio, pero luego las señales fueron bastante claras. —Aidan terminó su vaso y añadió con una pequeña risa—. Es difícil estar con alguien cuando sientes que siempre está mirando a otra persona. Pero cuando lo entendí, me di cuenta de que no era sano seguir así.

—Te entiendo —susurró Emily, sintiendo que esas palabras resonaban en ella más de lo que quería admitir.

—Al menos fue honesta cuando terminó conmigo —dijo Aidan, con una sonrisa casi divertida—. Y lo agradezco, porque me ayudó a entender que no era mi culpa. A veces, simplemente no es el momento o la persona adecuada.

Donde todo comenzó || A.G. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora