Capítulo 6: Medicina.

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-En realidad no soy tan inteligente, nada fuera del promedio, supongo que es cuestión de constancia, es definitivamente muy aburrido.

-Seguramente no fue muy divertido, pero... Seguro que se ve más que bien reflejado en tu nómina...

Pensé durante algunos segundos, ¿realmente había dicho aquello?

-Perdón yo... No quería decir eso.

El chico comenzó a reírse a carcajadas mientras yo me moría de la vergüenza.

-No, no te preocupes, me encanta tu transparencia. No es una mentira, obviamente se ve reflejado en mi nómina, pero es un trabajo con el que es complicado gestionar tus pocos momentos libres. Me cohíbe de tener relaciones con otras personas o de pasar mi tiempo libre al cien por ciento como quiero.

- ¿A qué tipo de relaciones te refieres? ¿No tienes amigos? - Volví a tomar otro pedazo de tarta una vez me acordé de lo que realmente estábamos haciendo en aquel momento. Me volví a dar cuenta de que mis palabras habían sido demasiado duras.

-No me refería exactamente a ese tipo de relaciones, pero todas en general se ven afectadas, amistades, relaciones sentimentales, sexuales. . . No tengo muchos amigos fuera del trabajo y en Debozz nunca hacemos finalmente una quedada todos juntos como en los viejos tiempos.

-Te entiendo un poco en la parte de las amistades, es de esos momentos en los que pienso que el dinero no lo es todo.

-Definitivamente. Hace mucho que no veo a mi familia, ese tipo de cosas se echan bastante de menos.

-Eso es realmente muy triste, yo a día de hoy no podría imaginar una vida sin ver a mi padre al menos una vez por semana. . .

-Pero el dinero también está muy bien, también es muy reconfortante poder invitar a tus familiares a una cena cara, tener tu propia casa, vehículo. . . Me encanta mi independencia.

Ambos reímos, pensábamos de la misma manera y es que, era cierto. Podía recordar momentos en los que me había sentido tan orgullosa solo por hacerle algún pequeño regalo a mi padre o a alguno de mis hermanos con mi propio dinero. Ellos se sentían felices pues recibían regalos, pero yo, definitivamente, me sentía mucho más feliz.

Me distancié en mis pensamientos unos segundos hasta que le escuché nuevamente hablar.

-Planeta tierra llamando a Vianne, ¿estás aquí conmigo o en la luna?

Su voz me hizo reír.

-Perdón, estaba distraída pensando en todo lo que estábamos hablando, quizás debería ir-

El chico me cortó, no quería que me fuera.

-¿Y tú? ¿Estudias a la par que trabajas? - Me mostró una sonrisa, sabía lo que iba a decirle. Le mostré una sonrisa, en realidad, no tenía nada que hacer.

-¿Estudiar a estas alturas? Si tengo casi 30 tacos... Y creo que me volvería completamente loca estudiando y trabajando a la vez, con mi hijo y con mis hermanos muchas veces a mi cargo...

-¿Hijo?

-Oh, ¿no te había mencionado nada de él? Hm... Lo siento. - Mi cabeza volvió en ese instante a llenarse de mil y un pensamientos sin sentido porque, de nuevo, no éramos pareja o algo más allá por lo que debería preocuparme. - Tengo un hijo de 5 años, sí.

El chico se quedó unos segundos en silencio, como si estuviera asimilando esa información. Volvió a beber un poco de café antes de responderme.

-Pareces muy joven para tener ya un hijo ¿con cuántos años lo tuviste?

Su tez se volvió más seria, pude notarlo. Ahora no me mostraba esa sonrisa continuamente. No debería haber dicho nada, no es como que algo así pudiera ocultarlo, pero... Quizás debería haberle mencionado algo tan importante por mensaje.

-Yo... tenía diecinue- Veintiuno. Ahora tengo veintiséis.

El chico no sabía que decir en aquel momento y yo tampoco, aquellos segundos se me hicieron eternos.

-Creo que debería irme, mi padre y mi hijo... Y bueno, me esperan para cenar.

Dije mientras me estaba levantando y recogiendo mis cosas, me sentía incómoda. Yo misma había creado esa incomodidad y lo cierto era que ni siquiera me esperaban para cenar.

Me acompañó hasta la puerta y antes de que pudiera despedirse de mí llamé a mi padre, evitando que pudiera hablarme directamente, no sabría cómo responder si me preguntaba cualquier cosa.

Escuché la puerta del patio delantero cerrarse poco después de que yo saliera, sin embargo, la puerta de su casa tardó unos minutos más en cerrarse, pude escucharlo. Supongo que estaba pensando en todo lo que había pasado.

"¿Vianne?" Mi padre me cogió la llamada y hablé rápido.

-Padre, al final voy a llegar para cenar, ¿tienes preparada comida también para mi o me pasó a por algo?

"No te preocupes hija, ha sobrado para ti, ¿cuándo llegas? Creí que no ibas a venir en toda la noche."

-Yo también lo creía, ha habido un cambio de planes, tan pronto como un taxi me recoja estaré allí, no estoy muy lejos.

"Está bien hija, te espero aquí, ve con cuidado. Puedo mandar al chofer si lo deseas, pero tardará más que el taxi seguramente."

-No te preocupes papá, gracias.

Nos despedimos con un adiós cariñoso y llamé rápidamente a mi taxi de confianza para que me recogieran.

No tardé mucho en llegar a casa, de hecho, fue más larga la espera a que llegara el taxi que el recorrido en coche.

Mi padre me esperaba en casa.

-Buenas noches, hija.

-Ya estoy en casa. Voy a darme una ducha rápida y vengo a cenar.

-¿Ha ocurrido algo? Vienes muy seria. ¿Cómo es que tu salida ha acabado tan pronto? ¿todo bien con tus amigos?

Mi padre siempre se preocupaba por mí, a veces, demasiado y por cosas muy triviales. Y aunque no me molestara, en aquel momento prefería preservar mi tranquilidad, no quería hablar con nadie.

-Todo está bien, padre. Estoy muy cansada, nos lo hemos pasado muy bien y no hemos parado en todo el día, me pasé por el trabajo antes de ir y estuve viendo a Bella también.

-Oh, okay hija. Me alegro entonces, ve a ducharte y cena cuánto antes.

Fui hasta mi habitación y busqué mi pijama velozmente, quería cenar cuanto antes, es entonces cuando escuché como de nuevo me sonaba una notificación, una detrás de otra, un total de tres.

Efímero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora