Capítulo 15: Papá.

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—No estoy segura de eso, papá. Supongo que me atrae bastante.

—No empieces con tus mierdas, Vianne. ¿Cuánto tiempo llevas hablando con él? Apuesto a que no ha pasado ni una sola semana como para que esté durmiendo contigo.

Mi padre era duro con sus palabras, muy de hecho. Pero era todo parte de su preocupación. Siempre había tenido o sentido una necesidad de estar con alguien, no sabía estar sola. O eso decía mi padre, desde mi opinión no tenía nada que ver con eso, yo no controlaba cuando conocía a alguien o cuando una persona aparecía en mi vida.

Mi padre siempre era bastante duro conmigo en temas de parejas y relaciones, ya me habían hecho mucho daño, había acabado mal y con problemas mentales incurables por lo que no deseaba que mi estado físico y mental empeorara como lo había hecho en anteriores ocasiones ni una sola vez más.

Y si a eso le incluías que Kay no parecía caerle muy bien... No me lo iba a poner muy fácil, de hecho, iba a hacer lo posible por que aquello no saliera adelante.

—No empieces tú con eso, papá. No tengo absolutamente nada con él, no me calientes la cabeza con esto, por favor.

Hubo un pequeño silencio.

—¿Qué es eso de lo que hablaba de lo del ataque de ansiedad? ¿Ocurrió algo ayer?

Suspiré y asentí con la cabeza.

—Leah. Tuvo la indecencia de venir hasta mi habitación, estuvo hablando incluso con Kay. Comencé a sentirme muy mal cuando la ví y no pude controlarlo. Kay me tranquilizó bastante, aunque no le he explicado nada del por qué o de quien era ella. Tuvieron que ponerme un tranquilizante para poder calmarme. Fue... Horrible, honestamente.

—¿Habías tomado las pastillas para la ansiedad? No entiendo porque Leah se atrevería si quiera a acercarse por aquí.

—No, no tengo mis pastillas aquí por lo que no he podido tomarlas.

—¿Y porqué no le has dicho a las enfermeras o a tú...Médico?

Ví en su cara como se quedó con ganas de decir algo más, sin embargo, no se atrevió o no quiso decirlo.

No tenía ninguna gana de estar con él en aquel momento.

—Realmente no he tenido tiempo si quiera para acordarme de ello.

De nuevo volví a ver como se aguantaba las ganas de decir algo, probablemente alguna pullita contra Kay de nuevo.

—Y tú, ¿por qué no viniste ayer?

Comencé a comer el desayuno.

—¿No has visto el teléfono? Estuvimos totalmente rebasados de trabajo hasta muy entrada la noche y cuando acabé estaba reventado y a parte de eso, tus hermanos estaban en casa solos. Aunque ya son mayores prefiero continuar haciéndoles yo la cena.

—¿Y Alastor? Su operación no acabó tan tarde.

—¿Le viste? Creo que tuvo una cita con una chica, o algo de eso me dijo, me parece bastante poco creíble que él tenga una cita.

—Uhum, le ví acompañado de Kay, ambos trabajaron juntos en la operación.

Ahora que mencionaba todo aquello recordaba la propuesta de Alastor a Kay, se me revolvió un poco el estómago pensando en que quizás si se iría, aunque honestamente era lo mejor.

Reaccioné un poco tarde a la segunda parte de lo que había dicho.

¿¡Alastor había tenido una cita!?

Efímero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora