Capítulo 4: Buenos días.

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Desperté bastante temprano esa mañana, solía despertarme a las 7 o las 8 para levantar a mi hijo para que fuera a clase por las mañana, su educación era lo más importante para su padre y para mí, sin embargo hoy era sábado.

Mi padre se aseguró de despertarme, hoy tenía psicólogo.

Aunque, de alguna manera agradecí que me despertase tan temprano.

Bueno, en realidad tan temprano no era, eran las 9 pero si era lo suficiente temprano como para ser sábado.

Me estiré durante unos minutos en la cama, sintiendo la comodidad que los estiramientos me daban y después recordé.

Todo lo que pasó anoche era real, era real aquella conversación.

Encendí mi teléfono, había notificaciones de Deboz pero cuando entré a revisarlas ninguna era para mí, Kay no había escrito nada más después de nuestro último mensaje.

"Te estoy esperando" de hecho, él seguía esperando mi mensaje y en un momento de locura espontánea mañanera, si así podemos llamarlo, decidí enviarle un mensaje, en privado.

Claramente, era más vergonzoso eso que escribirle solo a él en un grupo de gente.

"Buenos días debozzzz" escribí en en el chat del grupo y después de algunas respiraciones rápidas y meditaciones inacabadas decidí enviarle un mensaje a Kay.

Sabía que si lo pensaba demasiado no iba a hacerlo y, realmente quería hablar con él.

"Hola nobio, realmente me quedé dormida anoche, disculpa" le escribí mientras aún me frotaba los ojos para quitarme las legañas, cuando aún siquiera me había dado tiempo a terminar de hacerlo me respondió.

Kay:

Hola, novia, ¿dormiste bien?

Vianne:

Si, dormí un montón, ¿y tú?

Kay:

Dormí bien, aunque no tanto como hubiera querido.

Vianne:

¿Por qué no has dormido más?

Kay:

Tuve que madrugar.

Vianne:

Hoy es sábado, hoy no se trabaja.

Kay:

Tenía algunas cosas pendientes, aunque no del trabajo pero,

tienes razón, voy a descansar.

Y bueno, ¿dónde está mi beso de buenos días?

DIGO, ya que no me diste el de buenas noches..

Después de leer aquel mensaje me apresuré a hacerme una foto, salía poniendo morritos, como si le mandara un beso, en la foto salía con los ojos cerrados y dentro de lo que cabía, no se me veía muy fea, a pesar de no estar usando maquillaje. La envíe junto con el mensaje "¿Crees que te sirve así? Y buenos días cielito."

Ambos desde el inicio empezamos a utilizar apodos cariñosos para referirnos el uno al otro "pequeña" o "cielito" no eran apodos que nos extrañaron mucho a ninguno de los dos, vimos natural desde un principio usar aquel tipo de apodos pues, ambos solíamos usarlos con todo el mundo.

Kay:

No creí que lo harías, eso es mejor que nada, ahora estoy suave.

Buenos días, princesa.

Efímero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora