Capítulo 10: Nuevos Inicios.

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Volví a leer su mensaje "No lo sé, creo que simplemente me dejó muy desconcertado por el simple hecho de que eres muy joven. Aun así, no es algo que me moleste o que me cause algún problema, sería de muy poco hombre si así fuera."

Y volví, otra vez, a entenderlo.

"No puedo juzgarte. Comprendo que te sorprendiera de esa forma y puedes estar tranquilo, si es que tu miedo era ese, no busco un padre para mi hijo." Le respondí.

"No, para nada, no es algo que yo pretenda, aunque claro que me encantaría conocer a tu hijo." Respondió el poco después de mi respuesta, ya me sentía algo más cómoda pero la realidad se vería si de nuevo quedábamos.

"¿Qué tal si volvemos a empezar, Vianne? Quiero conocerte, quiero saber de ti y, sobre todo, quiero tratarte como mereces, comportarme como un verdadero hombre."

"Sí, Kay, hagamos esto bien de nuevo, tomémoslo con calma."

Me sentía feliz, realmente quería hacerlo bien con él. Era un buen hombre y sus palabras me habían convencido muy fácilmente, parecían honestas, ¿por qué desconfiaría de él? ­­­­Quizá todo esto era una gran red flag que no quería aguantar y que trataba de ocultar por un poco de cariño. Pero realmente parecía honesta.

"Quedemos nuevamente cuando te recuperes, te invito a cenar, o a comer mejor si no estás totalmente recuperada."

­­­­­­­ "Me parece una idea genial, estoy ansiosa por que llegue el día."

Los siguientes días transcurrieron con tranquilidad, continuamos hablando de vez en cuanto cuando me despertaba de mis largas siestas, lo bueno es que cuando hablábamos lo hacíamos durante horas. Sin embargo, yo no parecía mejorar en lo más mínimo. La fiebre no bajaba, si me sentía un poco mejor era momentáneo por el efecto de las pastillas. No tenía fuerzas como para estar más de 5 horas despierta y eso, en algún momento, comenzó a hacerme sentir increíblemente frustrada. Lloraba continuamente en las pocas horas que estaba despierta mientras que todos me recomendaban volver al hospital y finalmente, después de varios días y tras que pasaran los días hablados por la doctora volvimos.

Le escribí un mensaje a Kay tan pronto me desperté "hoy voy al hospital nuevamente, espero poder verte un poco por allí." Tras ello me preparé, esta vez, fue mi padre el que me acompañó al médico para poder asegurarse de que me hacían las pruebas necesarias.

Fui apoyada en mi padre todo el camino del coche al hospital, no tenía fuerzas algunas y lo cierto es que me veía totalmente demacrada, no comía bien o lo suficiente.

Aguardábamos cerca de la recepción mientras mi padre rellenaba los papeles cuando sentí como alguien me tocaba la cintura, no reaccioné velozmente pero cuando ví de quien se trataba se dibujó una pequeña sonrisa en mi cara.

—Vianne, ¿Qué tal?

Vi genuina preocupación en sus ojos.

—Kay, te echaba de menos.

Su preocupación aumentó después de que mencioné aquellas palabras con tal lentitud y con tanta parsimonia. Parecía que iba drogada y, con razón, entre la medicación de la gripe y las diversas medicaciones de mis problemas mentales iba, literalmente, volando.

—Vianne, me preocupas. Voy a ver qué puedo hacer para que te atiendan cuánto antes.

El chico subió una de sus manos hasta mi cara y me acarició con cariño, realmente estaba preocupado. Le dio una mirada a mi padre y se dirigió directo hasta la recepción, hablando con algunas enfermeras y viendo y consultando algunos papeles con ellas.

—Si me permite los papeles, pueden quedarse por aquí cerca, os llamarán en unos segundos.

Mi padre le extendió los papeles y habló con seriedad. No le había hecho mucha gracia aquel gesto que había tenido el otro conmigo, hubo como una especie de pique, para ver quien era más... ¿serio?

Efímero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora