—¿Hm? Eh... Los han escuchado con el estetoscopio únicamente... Creo. No estoy segura de las pruebas que me han realizado.
—Vianne, ¿tú no tienes problemas respiratorios? He leído tu historial, lo del trasplante. Una neumonía es peligrosa en alguien sin enfermedades previas por lo que, en ti, es muy peligrosa. El chico se apresuró en sacar su estetoscopio. —El chico se apresuró en sacar su estetoscopio, que ya yacía guardado en uno de sus bolsillos.
—Kay, ¿qué pasa? —Comencé a asustarme rápidamente al verle a él
—Si no han revisado bien tus pulmones tu vida podría seguir en riesgo, aunque notes que te sientes mejor, ¿sigues teniendo problemas para respirar? ¿te duele el pecho el pecho al respirar?
No estaba racionalizando demasiado, estaba a punto de bajar mi camiseta para ocultar mis pulmones, no hacía nada aquello a propósito, pero todo aquel asunto le había dejado muy preocupado.
—Perdón, Vianne, ¿me permites?
Desabroché los primeros botones de mi camiseta, no llevaba ropa interior pero, aun así, no se me veía nada. Aunque no era algo que le preocupase a él en lo absoluto, en aquel momento me hablaba, nuevamente, como un profesional, como mi médico y no como mi amigo y algo más.
—Puede que esté un poco frío. —Dijo antes de colocar el estetoscopio sobre mi pecho.
Nada más mi piel sintió el frescor del estetoscopio tuve un pequeño escalofrió, a lo que él me mostró una sonrisa. En aquel momento, agradecía que no fuera mi corazón el que revisaba en ese momento, porque de ser así, estaría cerca de una taquicardia.
Me pidió varias veces que respirara con tranquilidad, que aguantara el aire o que respirase con algo más de velocidad, todo iba relativamente bien hasta que escuchamos su walkie sonar; "El cuerpo y los órganos están llegando ya, se pide que un especialista de cada departamento espere arriba para comenzar las operaciones tan pronto como se puedan." El hospital entero comenzó a movilizarse en esos momentos. Pronto comenzaron a anestesiar a todos los pacientes, varios médicos subieron hasta la azotea, todos debían moverse rápido, todas las mesas de operaciones estarían ocupadas.
—Mierda. — Susurró mientras pensaba unos segundos. —Debo irme, es muy tarde por lo que deberías llevar durmiendo ya unas horas. Me encargaré de que alguien venga a revisar esto pronto, ¿sí? —Se acercó a mí y me dio un dulce beso en la cabeza.
No quise soltarle la mano, pero debí hacerlo en algún momento, él se fue corriendo, le esperaba una noche dura.
Poco tiempo después me quedé completamente dormida, no vino ningún médico a revisar lo de mis pulmones, tampoco vino ninguna enfermera a comprobar mi temperatura durante la noche, pude dormir tranquila, incluso aunque esa no fuera la mejor idea.
Desperté con gran dolor de cabeza, el sonido de las máquinas me taladraba la cabeza por completo, no podía con mi alma. Esta vez no me despertó mi padre o Kay, me despertó una enfermera que me traía el desayuno y encima con un desayuno de mierda.
Unos huevos revueltos con jamón y unas tostadas. Junto con esto varios sobres de mantequilla y mermelada. El desayuno dicho así no estaba tan mal, pero visto tenía una pinta asquerosa. Por lo menos, lo único bueno de ese desayuno no solo sería el mix de frutas.
Al final, acabé disfrutando más de lo que creía el plato, aunque quizás solo se trataba de que estaba hambrienta. En cuanto la enfermera volvió a recoger los restos le pedí algo para el dolor de cabeza "se lo diré a un médico" pero nadie más vino aquel día aparte de las enfermeras para traer la comida, ni siquiera mi padre y yo aquel día no podía cesar de pensar en Kay. Me sentía con muchas más fuerzas, pero tampoco podía hacer mucho... O eso creía hasta que se me iluminó una bombilla ¡podía dar un paseo!
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Efímero.
RomanceVianne y Kay se conocen a través de amigos y se embarcan en una relación apasionada y perfecta. Su amor parece inquebrantable. Sin embargo, se ven obligados a enfrentarse a los diferentes desafíos que el mundo les pone en medio del siglo XXI. Secre...