POV Jang Mi
Me detuve en seco al oír un ruido cercano a la ventana de la habitación. Giré la cabeza y la miré, sintiendo cómo mi corazón se aceleraba ligeramente ante lo inesperado del sonido. Tenía certeza de que había escuchado algo cerca de la ventana, pero no sabía exactamente qué había sido.
Las dudas y las sospechas comenzaron a invadir mi mente mientras observaba la ventana con cautela, tratando de adivinar de dónde había venido el ruido. Me acerqué lentamente, con pasos sigilosos y silenciosos, hacia la ventana en cuestión.
Un fuerte sonido me sobresaltó haciéndome retroceder ligeramente hacia atrás. Un cuervo se había estrellado contra el cristal de la ventana, creando un estruendo repentino en la habitación en silencio. Me llevé una mano al pecho, sintiendo cómo mi corazón bombeaba rápido por el susto inesperado.
Miré con atención al cuervo que estaba posado en el alféizar de la ventana, tratando de comprender qué había sucedido exactamente. Observé cómo se sacudía las plumas ligeramente, aparentemente sin inmutarse por el choque contra el cristal.
El cuervo me miró con sus ojos oscuros y brillantes, con una intensidad que me hizo sentir una extraña mezcla de curiosidad y miedo. El hecho de que estuviera allí, justo en la ventana de la habitación, en la oscuridad de la noche, añadía una sensación de misterio y tensión a la situación.
A punto de respirar aliviada, pues el cuervo se disponía a volar lejos, me sobresalté nuevamente cuando una mano apareció de repente y atrapó al cuervo, estrangulándola ligeramente. Observé la escena con incredibilidad y mi pulso se aceleró de nuevo al ver cómo el cuervo luchaba y se debatía entre las garras de la mano desconocida.
Miré con atención a la persona que había atrapado al cuervo, pero aún no tenía una visión clara de quién era. Todo lo que podía distinguir era una silueta oscura recortada contra la oscuridad de la noche. La persona sostenía al cuervo con firmeza, sin mostrar preocupación por los intentos del animal de soltarse.
Cuando ladeé ligeramente la cabeza para poder ver mejor, me encontré con la silueta de una persona sentada en el alero del tejado. Su figura destacaba en la oscuridad, y podía ver cómo solamente ejercía fuerza con uno de sus brazos, mientras el resto de su cuerpo estaba en completo reposo.
Me quedé completamente quieta cuando reconocí a la persona sentada en el alféizar de la ventana. Mingi, con el cuervo en su mano y su figura oscura recortada contra la noche, era quien estaba allí. Di un paso hacia atrás, sintiendo cómo mi respiración se hacía ligeramente superficial ante su presencia.
Mi corazón latía con fuerza en mi pecho mientras lo observaba en silencio, aún tratando de procesar lo que estaba viendo. No esperaba encontrarlo aquí, sentado en el alféizar de la ventana, y mucho menos con un cuervo en sus manos.
Me quedé quieta, sintiendo cómo el tiempo parecía congelar mientras nuestros ojos se mantenían fijos unos en los otros. Repentinamente, elevó ligeramente una ceja y me miró de manera intensa, y después, con un gesto de su mano libre, movió ligeramente sus dedos, haciendo un gesto para que abriera la ventana.
Mis manos temblaron ligeramente al notar su gesto, aun sintiendo el nerviosismo que él siempre provocaba en mí. Tomé un respiro profundo, tratando de calmar mis nervios, y me acerqué a la ventana, accionando el mecanismo de apertura y abriéndola para dejar entrar a Mingi.
Una corriente de aire frío entró dentro de la habitación, mezclándose con la tensión en el aire. Mingi entró con un movimiento elegante, aún sujetando el cuervo en su mano. La habitación pareció hacerse más pequeña de repente con su presencia.
Mingi entró con un par de pasos fluidos y suaves, y en ese momento, se detuvo cerca de mí. Su voz rompió el silencio de la habitación mientras preguntaba, con una sonrisa ligeramente burlona, "¿Dormiste bien, preciosa?"
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HUYE - ATEEZ
Фанфик"Solo es tu imaginación..." murmuré, repitiéndolo como si fuera un mantra, tratando de creer que sólo era un truco de mi mente y que no había nadie siguiéndome. De repente, escuche una risa a mis espaldas, haciendome sobresaltar de sorpresa y miedo...