Capítulo 32

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POV Jang Mi

Sentí cómo mi corazón latía aún más rápido mientras me quedaba quieta y en silencio delante de él. Sabía que sus palabras eran una promesa y que él tenía el control para cumplirlas si así lo deseaba. Su círculo alrededor de mí se cerró y se colocó más cerca, su presencia y su dominio llenando cada centímetro de la habitación.

Mingi me observaba con atención, con esa sonrisa traviesa jugando en sus labios. Acercó su rostro al mío, y tras unos momentos de silencio...

"Sé quién tiene la otra carta... Y no pienso dejar que la encuentres..." susurró en un tono ligeramente amenazador, "ni que él te encuentre a tí." sentenció. Su declaración hizo que un escalofrío recorriera mi espalda, sintiendo el peso de su control y dominio sobre mí.

Intenté protestar, pero las palabras se atascaron en mi garganta mientras él hablaba. Su presencia abrumadora y su palabras llenas de dominio hicieron en mí que mi voz se volviera más débil y titubeante. Tragué saliva con fuerza, intentando reunir valor para responder, pero él parecía estar disfrutando de mi estado vulnerable.

Él se acerco aún más, acortando la distancia entre nosotros hasta que su rostro estuvo a centímetros del mío. Su aliento rozó mi mejilla, y tuve que luchar contra el escalofrío que recorrió mi cuerpo ante su cercanía. Sus ojos oscuros y penetrantes estaban fijos en los míos, como si pudieran ver hasta lo más hondo de mi alma.

Su dominio era abrumador y su presencia llenaba toda la habitación. No había nada que me impidiera huir, pero no podía moverme, atrapada en su trampa. Sentía cómo mi respiración acelerada se mezclaba con la suya, y mi corazón latía con fuerza contra mi pecho. Él sabía que tenía completo poder sobre mí en ese momento y lo estaba aprovechando al máximo, disfrutando de mi rendición.

Me sentía pequeña y vulnerable debajo de su mirada intensa, como si fuera una presa y él mi depredador. Su dominio era absoluto y su presencia cada vez más abrumadora. Sentía cómo sus palabras retumbaban en mis oídos y cómo sus ojos oscuros me miraban con una mezcla de dominio y deseo. Estaba atrapada en su mundo en ese momento, y no tenía escapatoria aparente.

Su rostro estaba cerca del mío, tan cerca que podía sentir su aliento en mi piel, tan cerca que la proximidad me desconcertaba y me hacía sentir todavía más vulnerable debajo de él... Intentaba encontrar palabras que decir para resistir y recuperar el control, pero él parecía saber exactamente cómo dominarme y mantenerme a su disposición. Su dominio era tan abrumador que me sentía impotente y rendida ante él.

Luché contra el nerviosismo que él provocaba en mí y conseguí articular un hilo de palabras. Mi voz salió débil y temblorosa.

"No puedes mantenerme aquí para siempre..." Trataba de parecer fuerte y desafiante, pero él pudo ver la duda y el miedo en mis ojos.

Él se rio suavemente ante mi tentativa de protesta y se acercó aún más, lo suficientemente cerca como para sentir su aliento rozando mi mejilla.

"Claro que sí, preciosa. Puedo mantenerte aquí todo el tiempo que quiera y no puedes hacer nada al respecto." Sus palabras sonaron a amenaza, y se hacía más evidente con cada palabra que salía de sus labios.

Su proximidad y su dominio eran abrumadores. Estaba tan cerca que podía sentir su calor corporal y su presencia llenaba todo mi espacio personal. Luchaba por mantener la calma y no mostrar la debilidad que sentía, pero cada momento cerca de él me recordaba quién estaba al mando en ese momento.

Mingi se rio suavemente ante mi intento de resistencia y se acercó aún más.

"Es más... Haré que no quieras salir de esta habitación", susurró en un tono más grave, pero suave.

Mingi se me acercó aún más, acorralándome poco a poco contra la pared. Su presencia se volvió abrumadoramente fuerte y su dominio era palpable en el aire. Sus manos exploraban mi cuerpo, acariciando y apretando mis curvas con un toque seguro a la vez que posesivo.

Su boca se acercó a mi cuello, dejando besos y mordiscos suaves mientras sus manos siguieron explorando todo mi cuerpo. Podía sentir cómo mi respiración se aceleraba al sentirlo cerca y cómo mi mente se nublaba por la mezcla de emociones que él estaba provocándome.

Su dominio era absoluto en ese momento. Sus manos se movieron debajo de mi camiseta y acariciaron mi piel desnuda, haciendo que mi cuerpo se estremeciera con cada contacto. Sus besos y mordiscos en mi cuello me recordaban quién estaba a cargo en ese momento.

Su peso me presionaba contra la pared, y sentía cómo su cuerpo se apretaba contra el mío. Él tomó control de la situación, sus manos me sujetaron contra la pared y sus labios siguieron explorando mi cuello. Su respiración se mezclaba con la mía y el ardor entre nosotros crecía con cada segundo.

Mi mente se nublaba y mi cuerpo se rendía a su dominio. Mis manos se aferraron a sus hombros en busca de apoyo, pero él se alejó ligeramente para encontrarse con mi mirada. Sus ojos oscuros estaban llenos de deseo y sus labios se curvaron en una sonrisa traviesa.

Su mano acarició mi mejilla y me sujetó por la barbilla, obligándome a mantener su mirada.

"Eres mía, preciosa, y no voy a dejarte ir...", dijo casi en un susurro, sus palabras retumbaron en mis oídos y su dominio se hizo aún más evidente.

Él se posicionó entre mis piernas y su peso se dejó sentir más presente contra mi cuerpo. Su dominio estaba en su máxima expresión y no tenía escapatoria. Sus manos siguieron acariciando mi cuerpo, y su boca volvió a aproximarse a mi cuello.

Sentía cómo mi mente se nublaba aún más bajo su dominio, y las sensaciones que él causaba en mi cuerpo eran abrumadoras. Su boca pasó de mi cuello a mi hombro, dejando besos y delicadas mordidas mientras sus manos seguían acariciando y apretando mis curvas con un toque posesivo.

Su dominio era innegable y su peso contra mi cuerpo hacía aún más presente el poder que ejercía sobre mí. Sus manos exploraron debajo de mi camiseta y acariciaron mi piel desnuda, haciéndome sentir cómo un escalofrío recorría mi espalda con cada contacto.

Él se alejó ligeramente para encontrarse con mis ojos de nuevo. Su sonrisa traviesa se volvió más evidente al sentir cómo mi cuerpo respondía a sus caricias. Sus manos bajaron a mis caderas y me apretaron contra él, con un dominio que no podía negar. Sus manos siguieron acariciando mi espalda y su boca se acercó a mi oído.

"No vas a ir a ningún lado, preciosa, ahora que te tengo sola para mi... no voy a dejarte ir" susurró con una voz suave pero firme.









Nota de la autora:

Cap cortito pero quería actualizaaaar, espero que a pesar de eso os guste 🫶🏻🫶🏻 intentaré volver a actualizar pronto con un capítulo largoooo, si tenéis sugerencias o peticiones sobre alguna interacción o algo que os gustaría que pasara avisadme, que yo encantada de complaceros jaja 😘

HUYE - ATEEZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora