HUYE - ATEEZ

Capítulo 30

POV Jang Mi

Me desperté con un gemido suave, parpadeando en la penumbra de la habitación en la que me encontraba. Estaba tumbada en una cama grande, que supuse que sería mi habitación ahora. Me incorporé ligeramente y miré a mi alrededor, notando que esta habitación tenía un aspecto un poco más acogedor que las otras.

Me froté los ojos con cansancio mientras intentaba recordar cómo había llegado hasta aquí.

Mis pensamientos estaban confusos y nebulosos, y los recuerdos de lo sucedido antes de perder la consciencia empezaban a emerger poco a poco en mi mente.

Sentí cómo una pesadez invadía mi cuerpo y mi mente, y me desplomé de nuevo en la almohada de la cama, sintiendo cómo el cansancio se apoderaba de mí.

De repente, escuché una risa que vino desde el otro lado de la habitación. Me tensé ante el sonido inesperado y me incorporé ligeramente en la cama, buscando su origen en medio de la penumbra.

Logré distinguir la silueta de alguien sentado en una silla en la esquina del cuarto, pronto me di cuenta de que se trataba de Mingi. Él se incorporó y se acercó a mí con pasos lentos y tranquilos. Su presencia era aún más intimidante que antes.

Mingi se detuvo a los pies de la cama y me observó con una sonrisa leve en los labios. Su voz salió suave mientras me miraba, con una nota de diversión en su tono.

"Cansada, preciosa?", me preguntó, cruzando los brazos y acentuando su presencia en la habitación.

Mingi se cruzó de brazos, mostrando una figura delgada pero en apariencia muy física y fuerte. Su presencia era aún más impresionante a medida que se acercaba, y pude sentir cómo una oleada de inseguridad y miedo me recorría. Aún así, reuní el coraje para responderle.

"Sí... estoy cansada...", murmuré, manteniendo su mirada.

Su sonrisa se ensanchó ligeramente cuando contesté, y pude notar una nota de complacencia en su expresión. Se quedó allí de pie un momento, observándome en silencio mientras yo le devolvía la mirada, tratando de mantener un aspecto calmado y valiente.

Finalmente, Mingi rompió el silencio y se sentó en el borde de la cama, a mi lado. Su cuerpo se colocó cerca del mío y su presencia llenó el espacio que nos separaba mientras me estudiaba con atención.

Sus ojos recorrían mi rostro y mi figura con calma, y pude sentir cómo su proximidad me hacía sentir aún más incómoda y nerviosa. Permanecí sentada allí, con la espalda apoyada en la cabecera de la cama, intentando mantener la calma.

Mingi permaneció en silencio unos momentos, sus ojos aún estudiándome con atención. Su proximidad y su aire dominador parecían llenar toda la habitación, y la tensión en el aire se podía cortar con un cuchillo.

"Parece que estás un poco tensa...", dijo en un susurro burlón. Su sonrisa se había convertido en una ligera sonrisa mientras continuaba estudiándome. Su voz tenía un toque burlón que no se molestó en esconder.

Podía sentir cómo mi tensión aumentaba con cada palabra que salía de su boca, y mi corazón latía con fuerza en mi pecho. Traté de mantenerme tranquila y no parecer asustada o asombrada ante su comportamiento, pero no podía evitar sentir cómo sus palabras me hacían sentir aún más incómoda y frágil.

"N-No estoy tensa...", mentí, y traté de mantener un tono tranquilo y despreocupado a pesar del nerviosismo que sentía. Sin embargo, no estaba segura de si mis palabras sonaban convincentes o no.

Mingi soltó una risa suave ante mi respuesta, claramente notando mi nerviosismo y mentira. Su sonrisa se volvió aún más burlona mientras me miraba con atención, observando todos los detalles de mi expresión y mi lenguaje corporal.