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Wade siempre te había protegido, incluso cuando eran solo amigos. Siempre te protegía y te protegía del peligro. Su actitud protectora se hizo aún más fuerte cuando empezaron a salir.
Y estaría maldito si dejara que otro cabrón al azar te mirara así y te tocara así.
Su mano estaba sobre tu brazo y tú lo tomaste como algo inocente, pero él podía ver la incomodidad en tu rostro, incluso desde lejos. Luego su mano bajó hasta tu espalda, tú todavía visiblemente incómoda, pero sin decir una palabra.
No estaba celoso, estaba molesto. Molesto porque ese idiota te miraba como si fueras su presa, como un trozo de carne que necesitaba agarrar. ¡Se alejó de ti durante dos segundos !
Él gruñó en voz baja mientras se dirigía hacia ti, con ambas bebidas todavía en sus manos. Te giraste, sonriendo al ver a tu novio. Él notó que la mano del hombre se apartó de tu piel y se volvió hacia Wade.
—¿Quién es tu amigo? —preguntó Wade, mirando al hombre con una sonrisa torcida y forzada. El hombre asintió con la cabeza y lo miró fijamente.
—Éste es Michael, Michael, este es Wade. Mi novio. —Los presentaste con un tono de voz ligeramente arrastrado, sin darte cuenta de la competencia de miradas que parecían estar teniendo en ese momento.
Michael se aclaró la garganta y ambos hombres se volvieron hacia ti. Wade te rodeó con un brazo y esbozó una sonrisa de suficiencia.
—Bueno, Michael ... ¿Siempre estás por aquí? —preguntó, mirando a su alrededor.
El hombre se encogió de hombros y Wade asintió.
—Hombre de pocas palabras, ¿eh? —replicó Wade.
—Supongo que sí —se burló, agarrando la taza con más fuerza en sus manos.
La tensión era espesa, todos podían notarlo excepto tú, quien felizmente bebió el resto de su bebida.
—Ve más despacio —Wade se rió entre dientes y te acercó aún más a él con una sonrisa.
—Michael me estaba contando sobre... sobre... —hipaste al hablar—. Sobre dónde vive o algo así.
Michael se sonrojó al verte exponerlo de esa manera, mirando hacia otro lado, sintiendo los ojos de Wade sobre él.
—¿Es así? —reflexionó, levantando las cejas hacia el hombre de cabello oscuro.
"Quiero decir, solo estoy aquí por un fin de semana. Solo estaba..."
"¿Te preguntas si podrían irse a casa contigo?" Wade inclinó la cabeza hacia un lado, el hombre se encogió de hombros y miró fijamente a su novio.
—¿Podemos irnos ? —Te giraste para preguntarle a Wade, quien asintió y te deslizaste de sus brazos, comenzando a caminar hacia la puerta lentamente.
—Bueno, eh, Michael , parece que están teniendo dificultades para caminar en este momento... —se quedó en silencio, mirándote alejarte e intentar llegar a la puerta, tropezando.
—Bueno, me tengo que ir. Nos vemos. —Le dio una fuerte palmada en la espalda al hombre, que hizo muecas y se burló de Wade mientras los observaba irse juntos.
Él tenía una mano en la parte baja de tu espalda, guiándote fuera del bar lleno de gente, y ambos caminando hacia las luces de la ciudad.
—Entonces, ese tal Michael... —comenzó, mirando a Wade con una expresión confusa, sin saber por qué había mencionado a ese hombre al azar.
"¿Y qué pasa con él?", balbuceaste.
—Bueno, es un poco raro... tenía como 60 años . ¡Vi canas en su cabeza! Y no hables con gente guapa en los bares a menos que quieras follar con ella. —Levantó las manos en defensa cuando lo miraste con los ojos entrecerrados.
—Creo que solo estaba... siendo amigable. —Te encogiste de hombros.
—Oh, qué dulce eres, nena, que no te das cuenta. —Sacudió la cabeza y frunciste el ceño—. Los viejos son lo peor, nena. Créeme. —Se rió entre dientes, con el ceño fruncido todavía en tu rostro.
—Él solo estaba... ¡No lo sé! —Levantaste las manos.
"Tenía su mano en tu espalda, en tu brazo, literalmente estaba a punto de tocarte el trasero antes de que yo llegara, ¿a qué te suena eso?"
"No sé."
"¡ Coqueteo ! ¿Qué otra cosa podría ser?"
—Hm. Quiero decir... supongo que me preguntó... dónde vivía y si quería viajar con él... —resoplaste, dándote cuenta de que tenía razón, recordando las palabras que había dicho antes.
—¡Oh, ya ves! Voy a matar a ese cabrón —exclamó.
"¿Harías eso por mí?" Dijiste con una pequeña sonrisa.
—¿Qué te hace pensar que no lo he hecho? —Arqueó las cejas y soltó una risita. En realidad no estaba bromeando.
Comenzaste a girar hacia un lado, pensando que era el camino a tu casa hasta que Wade agarró el cuello de tu camisa, tirándote en la dirección opuesta.
—¡Wade! —Te quejaste, apartando su mano de tu camisa.
—Primero, vas en dirección contraria, segundo, estabas a punto de chocar contra un poste de luz. ¡Debería haberte oído, gracias, Wade! —Juntó las manos y miró al cielo—. ¡Eres mi salvavidas, Wade! —se burló en un tono agudo.
—Gracias, Wade, oh mi Wade, ¿cómo podré pagártelo alguna vez? —dijiste sarcásticamente, riendo al final.
"¿Ves? Eso es exactamente lo que quise decir".
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