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Resumen : Cuando Wade y Logan regresan de una misión, buscan algo que los libere del estrés. Es entonces cuando recuerdan un chiste que la lectora hizo hace unas semanas.
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Eras la niña de sus ojos. Algo tan preciado que ambos sentían la necesidad de proteger. Su ángel por el que harían cualquier cosa.
Entonces, cuando bromeabas con ellos sobre un trío, ambos se lo tomaban en serio. Planeaban en secreto cómo te lo propondrían. Discutían sobre quién iría a dónde y cómo sería. Ninguno de los dos era del tipo de persona que comparte.
Te sentaste en tu cama en el apartamento que compartías con ellos. Leías en silencio un libro que te había recomendado uno de tus amigos. Una historia obscena sobre un amor desventurado. Un golpe en tu puerta te alejó de ella.
"Pasa", le gritaste a quienquiera que estuviera detrás de la puerta. Wade y Logan estaban en la puerta, ambos claramente golpeados todavía con sus súper trajes. Ambos lucían guapos como siempre, esos atuendos siempre te llegan al alma.
Wade se dejó caer en tu cama, gimiendo mientras se estiraba sobre el suave colchón. Logan se arrodilló junto a la cama, encorvando la mitad superior de su cuerpo sobre el colchón. Su sudoroso olor llenó tu habitación. Acariciaste el cabello de Logan sabiendo que los dos solo buscaban un poco de relajación.
—¿Hay algo que pueda hacer para ayudarlos? —preguntaste inocentemente, sin saber que estabas a punto de abrir las compuertas. Wade saltó sobre su estómago, con los pies hacia atrás. —Bueno, tenemos algo que preguntarte —Wade apoyó la barbilla en sus manos. Inclinaste la cabeza y le dijiste a Logan una mirada interrogativa. Se puso de pie y se subió a la cama detrás de ti. Se colocó de modo que sus brazos y piernas rodearan tu figura. Sus labios presionaron tu cuello, el aire caliente bailó sobre tu piel. Te reclinaste contra él, disfrutando del calor de su cuerpo.
—Teníamos la esperanza de que, si tú quisieras, tú podrías, ¿cómo se dice? ¿Dejar que te llevemos a... eh... a París? Um... al estilo de la Torre Eiffel... —dijo Wade en tono de broma, fingiendo que no podía pensar en la palabra.
